Esta es la comida típica de España que los psiquiatras nunca comen para evitar la depresión

Esta es la comida típica de España que los psiquiatras nunca comen para evitar la depresión
Esta es la comida típica de España que los psiquiatras nunca comen para evitar la depresión

Si alguna vez vas al consultorio del psiquiatra, él o ella puede sugerirte un cambio en tu dieta diaria. Estamos acostumbrados a recibir consejos dietéticos de nuestro médico de atención primaria, cardiólogo o endocrinólogo. Sin embargo, en los últimos años los estudios científicos han sido claros: una dieta saludable, similar a las tradicionales, No sólo se asocia con un menor riesgo de enfermedades cardiovascularespero también muchos otros órganos.

Lo más interesante es que todos los especialistas médicos coinciden en qué son los alimentos saludables. Es decir, lo que es bueno para el corazón suele serlo también para los riñones, el cerebro o cualquier otro órgano. Sin embargo, los últimos estudios también indican que Lo que comemos tiene un peso fundamental en el funcionamiento de nuestra propia mente. De hecho, la calidad de la alimentación se ha asociado en los últimos años con un mayor o menor riesgo de sufrir depresión.

“Los estudios han comparado las dietas tradicionales, como la mediterránea o la tradicional japonesa, con la dieta occidental típica y han demostrado que El riesgo de depresión es entre un 25% y un 35% menor en quienes siguen una dieta tradicional.“, explica la Universidad de Harvard en su sitio web. Lamentablemente, aunque la dieta mediterránea ha sido el patrón alimentario en España durante siglos, en las últimas décadas se ha vuelto más común la peligrosa dieta occidental.

Demasiados azúcares

Aunque pensemos que el jamón serrano o el embutido son piezas clave en la dieta española, en realidad, la dieta mediterránea es fundamentalmente vegetal. Las legumbres, frutas y verduras tienen mucha más importancia en esta dieta tradicional y son Alimentos que brindan protección a los órganos y la mente.. El exceso de carnes rojas y procesadas –donde lamentablemente se encuentran nuestros jamones y embutidos– es una seña de identidad de la dieta occidental, además del abuso de alimentos procesados.

“Las dietas ricas en azúcares refinados, por ejemplo, son perjudiciales para el cerebro”, explica Harvard. “Además de empeorar la regulación de la insulina del cuerpo, promueven la inflamación y el estrés oxidativo. Múltiples estudios han encontrado una correlación entre dietas con un alto consumo de azúcares refinados y deterioro cognitivo e incluso empeoramiento de los síntomas de los trastornos del estado de ánimo, como la depresión.

[Doctor Guarner, el médico que explica cómo hemos destrozado la microbiota en los últimos 150 años]

Pero, ¿cómo puede la comida afectar nuestro estado de ánimo? Según Harvard, sin los micronutrientes de los alimentos vegetales que combaten los radicales libres y la inflamación, podemos esperar lesiones al tejido cerebral y, por supuesto, consecuencias cognitivas. En cualquier caso, en los últimos años varios estudios científicos han sugerido que la microbiota intestinal está estrechamente relacionada con el posible desarrollo de depresión. Es decir, lo que ocurre en el intestino puede tener mucho que ver.

Cuida el intestino

la revista cientifica Naturaleza El año pasado publicó dos estudios científicos en los que reportaba el descubrimiento de hasta 13 taxones microbianos que estaban asociados con la depresión. Esas bacterias intestinales específicas son responsable de la síntesis de mensajeros químicos clave para la depresión, como glutamato, butirato, serotonina y ácido gamma aminobutírico (GABA). Los autores del estudio explicaron que una dieta equilibrada podría representar un complemento al tratamiento de la depresión, según recoge este artículo de EL ESPAÑOL.

Por ello, los psiquiatras intentan evitar a toda costa las carnes procesadas, un grupo de alimentos en el que se incluye nuestro preciado jamón serrano, pero también otros productos como los embutidos. Las carnes procesadas han demostrado ser malas para nuestro intestino y, de hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) las declaró cancerígenas para los humanos. El estudio que dio origen a esta clasificación afirmó que “Cada ración de 50 gramos de carne procesada consumida diariamente aumenta el riesgo de cáncer colorrectal en un 18%”tal y como se explica en este artículo de EL ESPAÑOL.

 
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