Un grupo de científicos dirigidos por Blakesley Burkhart y Thavisha Dharmawardena hicieron un descubrimiento innovador en el campo de la astronomía. Uso de datos del satélite coreano STSAT-1, detectó un Gigantescas nubes de gas molecular escondido a solo 300 años luz de distancia. La nube, llamada EOS en honor de la diosa griega del amanecer, contiene aproximadamente 3.400 masas solares en gas y tiene una forma media.
Lo que hace que este descubrimiento sea único es la forma en que se detectó la nube. Los astrónomos a menudo usan radiotelescopios para detectar el monóxido de carbono como un indicador indirecto de la presencia de nubes moleculares. Sin embargo, EOS es pobre en el monóxido de carbono, lo que lo hizo invisible para los métodos convencionales. En cambio, Los científicos utilizaron la emisión de fluorescencia ultravioleta distante para detectar directamente las moléculas de hidrógeno fluorescentes.
Según lo publicado por la revista especializada Nature, los investigadores explicaron que EOS está al borde de la “burbuja local”, un volumen de espacio donde el medio interestelar es más raramente que su entorno. La nube se dispersará en aproximadamente 5.7 millones de años Debido al impacto de los fotones de fondo en las moléculas de la nube. Aunque es demasiado pronto para comenzar a formar estrellas, el equipo cree que la dispersión de nubes moleculares como resultado de la fotodisociación de la luz emitida por las estrellas cercanas podría actuar como un mecanismo de retroalimentación para regular la tasa de formación estelar.
El descubrimiento de EOS podría reescribir nuestra comprensión del entorno interestelar y descubrir nubes ocultas en toda la galaxia. Científicos Esperan que esta técnica de emisión de fluorescencia ultravioleta distante detecte otras nubes similares en el futuro.