
Buenos Aires, 6 de mayo (EFE) .- El director de la clínica en la que Diego Armando Maradona fue admitido poco antes de su muerte, Pablo Dimitroff, dijo el martes que el ídolo argentino tenía comportamientos de autocolección, los ciclos alterados del sueño y no cumplieron con la toma de medicación, por las cuales aconsejó en el momento un internamiento natal.
Dimitroff fue el primero de los testigos en testificar este martes durante una nueva audiencia del juicio por la muerte de Maradona en el Tribunal Penal oral (TOC) No. 3 de San Isidro, en las afueras de Buenos Aires, en la que siete trabajadores de la salud están acusados de homicidio simple con eventual intención por la muerte del ex jugador de fútbol.
El Doctor es el director de la Clínica Olivos, una institución en la que Maradona se sometió a una intervención quirúrgica por un hematoma subdural en la cabeza y donde permaneció ingresado hasta el 11 de noviembre de 2020, una fecha en la que fue transferido a una residencia privada en el vecindario de Tigre, en las afueras de Buenos Aires, donde murió dos semanas después, el 25 de noviembre.
“Sus comportamientos eran autónomos, no comía, tomó cosas que no funcionaban bien, no se levantó de la cama, estaba despierto por la noche y dormía durante el día, no se encontró con la toma de medicamentos”, dijo Dimitroff durante su declaración.
“Nos pareció que la dirección no era el lugar correcto para la continuidad del tratamiento que había comenzado en la clínica de Olivos con el drenaje del hematoma”, agregó, en referencia a la controvertida decisión de que la estrella continuó su tratamiento en una casa después de salir de la clínica.
En ese sentido, el testigo dijo que trasladar a Maradona de la Clínica Olivos a otra institución que se ocuparía de su rehabilitación motora, sus problemas de adicción y sus síntomas de abstinencia “fue la única salida adecuada para garantizar que el paciente pudiera llevar a cabo una buena recuperación”.
Dimitroff se encargó de los médicos del ídolo, Leopoldo Luque y Agustina Cosachov, acusados en este caso, que “era un paciente complicado para llevarlo nuevamente a la casa”.
Según el testigo, su inquietud “fue aceptada y planteada como una preocupación de la familia y tratar el cuerpo médico”, quien a su vez admitió que tenían mucho “llevarlo a la casa”.
Además de Luque, el cabezazo de Maradona hasta su muerte, y el psiquiatra Cosachov, son juzgados en este proceso por el psicólogo Carlos Díaz, el médico y coordinador de la compañía Swiss Medical Nancy Forlini, el médico Pedro di Spagna, el coordinador de enfermería Mariano Perroni y la enfermera Ricardo AlmirÓn.
La enfermera Gisela Madrid también es procesada, pero enfrentará un juicio con jurado, según lo solicitado.
En este proceso, los jueces Maximiliano Savarino, Verónica di Tommaso y Julieta Makintach deben determinar si siete de los ocho acusados son culpables del delito de homicidio simple con eventual intención, que tiene una multa máxima de 25 años en prisión.
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