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¿Seguramente el ejercicio alarga la vida? Un estudio con gemelos fomenta el debate.

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La actividad física se considera una forma de combatir la mortalidad y prolongar la vida humana, pero los investigadores finlandeses que estudian con parejas gemelas aseguran que los beneficios de la longevidad no sean tan directos o fuertes como se pensaba.

Según el estudio publicado en enero en el Revista Europea de Epidemiologíaque incluyó 22,750 gemelos finlandeses nacidos antes de 1958, siguen las recomendaciones de actividad física de la OMS asociada con un riesgo de mortalidad a corto plazo, pero, a plazo, no se observan diferencias entre la mortalidad de lo muy activo y el sedentario.

Los investigadores dicen que cumplir con los 150-300 minutos de actividad moderada o los 75-150 minutos de actividad vigorosa a la semana recomendada por las autoridades de la salud no redujo el riesgo de mortalidad ni alteró el riesgo de enfermedades genéticas. “Incluso en gemelos que cumplieron estos niveles de actividad física durante un período de 15 años, se observó una diferencia estadísticamente significativa en las tasas de mortalidad en comparación con sus socios gemelos menos activos”, explicaron al dar a conocer su trabajo.

Estas conclusiones contrastan con las de muchos otros estudios publicados que asocian la práctica regular del ejercicio a una menor mortalidad. Según una investigación publicada en JAMA MEDICINA INTERNA En 2022, “la práctica del ejercicio el fin de semana está relacionada con una reducción del 20% de la tasa de mortalidad con respecto a aquellos que están inactivos”.

Y un trabajo publicado en 2023 en Medicina de la naturaleza Con el monitoreo de datos a más de 25,000 personas del Reino Unido durante siete años, concluyó que hacer al menos tres esfuerzos intensos al día entre uno y dos minutos de duración reduce la mortalidad por cáncer alrededor del 40% y la mortalidad cardiovascular alrededor del 50%. Por otro lado, la Sociedad Española de Oncología Médica maneja informes según los cuales, en el caso de desarrollar un tumor, la actividad física reduce casi el 20% el riesgo de mortalidad.

La mayoría de los estudios no habían tenido en cuenta que nuestra variación genética afecta nuestras elecciones de comportamiento

Elina SillampääInvestigador de la Universidad de Jyväskylä

Entonces, ¿por qué el estudio finlandés ofrece conclusiones tan diferentes? Elina Sillampää, profesora e investigadora de la Universidad de Jyväskylä y uno de sus autores, asegura que haya muchas razones posibles, incluidas las gemelas ofrecen una visión única porque las parejas monocigóticas comparten toda su variación genética y permiten controlar la confusión genética en la investigación.

“La mayoría de los estudios publicados no han tenido en cuenta la confusión genética, es decir, nuestra variación genética afecta nuestras elecciones de comportamiento y que las personas con genotipos que favorecen una vida saludable también pueden elegir estilos de vida más saludables porque, por ejemplo, tener una buena capacidad cardiorrespiratoria facilita el ejercicio y les gusta hacerlo”, explica Sillampä a este periódico.

Es natural que los niveles de actividad física sean más bajos en aquellos que tienen una enfermedad o están de la muerte.

Elina SillampääInvestigador de la Universidad de Jyväskylä

Enfatiza que otra posible razón de las diferencias que han encontrado que monitorear las parejas gemelas puede ser lo que llama causalidad inversa. “Los estudios epidemiológicos se basan en asociaciones entre la actividad física y la incidencia de enfermedades o mortalidad, y es natural que los niveles de actividad física de las personas disminuyan con la edad si están enfermas, tienen alguna enfermedad subyacente o están cerca de la muerte; esto puede la asociación entre la actividad física y la mortalidad a corto plazo, y en muchos estudios los períodos de seguimiento son bastante cortos”, dice.

En este sentido, asegura que los estudios que usan datos de gemelos finlandeses sugieren que la asociación entre la actividad física y la mortalidad por todas las causas se debe a la selección genética porque no hubo diferencia en la mortalidad gemela con niveles de ejercicio discordantes.

Por otro lado, un estudio gemelo similar encontró una diferencia dentro de los pares de gemelos suecos, y la discrepancia, según los investigadores finlandeses, puede estar en la forma en que las enfermedades prevalentes de los participantes se controlaron desde que, los pares de gemelos que informaron enfermedades y otros factores de estilo de vida se controlaron, las diferencias se controlaron.

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Los investigadores también observan la relación entre la práctica del ejercicio físico y el envejecimiento biológicoLlibert Teixidó / Archivo

De hecho, el estudio publicado en enero también examinó la relación entre la actividad física y el envejecimiento biológico a través de muestras de sangre y descubrió que tiene una forma en forma de U.

Los hábitos de vida, y sobre todo fumar, también pueden estar detrás de las diferencias en las conclusiones del estudio finlandés con respecto a otros en términos del vínculo entre el ejercicio y la mortalidad. Los investigadores explican que antes de tener en cuenta los estilos de vida de los participantes, sus resultados se parecían a los de otros estudios, pero una vez que los modelos se ajustaron en función del consumo de tabaco y otros factores, como la educación o el consumo de alcohol, se atenuó la asociación entre el ejercicio y la mortalidad. Porque, probablemente, la mortalidad mayor o menor tiene que ver con la suma de la persona, no solo con su actividad física.

Vivir muchos años de forma autónoma la herramienta más importante es el ejercicio

José CasajúsProfesor Zaragoza, investigador de Exernet

En este sentido, José Antonio Casajús, profesor de la Universidad de Zaragoza y presidente honorario de Exernet (la red de grupos de investigación españoles sobre ejercicio físico y salud) recuerda que un trabajo publicado en 2018 sobre la población estadounidense ya indicó que aquellos que reunieron cinco aspectos de estilo de vida saludable (dieta, actividad física, no alcohol, no tacacas y peso balanceado) tenían una esperanza de vida de 12 años a los que no cumplieron con los cinco años a los que no cumplieron con los que no cumplieron con los cinco años.

“Sin duda hay un componente genético en la longevidad, pero hemos estado demostrando que el estilo de vida es muy importante para la vida de la población y, sobre todo, agregar años de calidad de vida”, enfatiza Casajús. Y enfatiza que los avances científicos y tecnológicos permiten que la vida se extienda, pero para disfrutar de esos años debemos preservar la capacidad funcional “y vivir muchos años de forma autónoma, la herramienta más importante, sin duda, es el ejercicio físico”.

Coincide en este Sillanpää: “Las asociaciones del ejercicio con la mortalidad pueden ser más débiles de lo que se pensó, pero tiene muchos beneficios para la salud física y mental, por lo que recomiendo realizar actividades físicas que contribuyan con la alegría de vivir y permiten una buena capacidad funcional y, por lo tanto, manteniendo por lo que sea posible una vida independiente en la vieja edad”.

El efecto de la actividad física está a corto plazo, si deja de hacerlo, sus beneficios se pierden

Roberto elosuaIMIM researcher, Cibercv and UVic-UCC

También Roberto Elosua, investigador de IMIM, CIBERCV y profesor médico en el UVIC-UCC, enfatiza que la genética es importante para la salud, pero que los estilos de vida, que son modificables, son clave para mejorarlo. Y en esta línea, varios estudios en los que ha participado muestran que el ejercicio promedio en riesgo de muerte. Ahora, “el efecto de la actividad física está a corto plazo, si deja de hacerlo, sus beneficios se pierden”, advierte Eloosua.

Y allí, dice, podría ser una de las claves de los resultados discordantes del estudio finlandés. “Han agrupado a los 22,000 participantes en cuatro tipos de trayectorias de actividad física que les preguntan tres veces (1975, 1981 y 1990) al respecto, pero no han evaluado si en los 30 años de seguimiento han cambiado su experiencia, porque el cumplimiento de las recomendaciones de la actividad física a largo plazo es complicado”, dice el investigador.

Y agregue otras dos limitaciones que pueden afectar las conclusiones de los investigadores finlandeses. “Tienen en cuenta la actividad física total, pero no cuánta energía se gastan en ella, si la persona ejerce intensa, ligera o moderada, y eso es importante porque hay dudas de que la actividad de la luz tiene un efecto de salud; y cuando analiza la relación entre el ejercicio y la edad biológica, lo hacen sobre una submuestra de poco más de 1,100 personas de las cuales el 80% son mujeres, y eso puede cuestionar los resultados”, dice.

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