El pozo emocional es un componente esencial en la vida de cada persona. Alcanzarlo no significa vivir sin dificultades, sino aprender a enfrentarlas con equilibrio, conciencia y autoconocimiento. En los momentos en que el ritmo diario exige cada vez más, es clave detenerse y reflexionar sobre cómo somos, qué necesitamos y cómo podemos construir una vida más completa.
Diana Sosa, coordinadora académica de la carrera de psicología del campus de Piura de la Universidad Tecnológica de Perú (UTP), comparte algunas claves para desarrollar un estado de bienestar que contribuya a nuestro crecimiento personal, relacional y emocional.
- Conexiones auténticas. Centrarnos en generar relaciones significativas con nuestro entorno nos permite establecer lazos psicosociales saludables, identificar y elegir con qué personas o grupos que quiero relacionar y cómo enfatizar nuestra capacidad para controlar y decidir lo que considero adecuado y oportuno para mi desarrollo personal.
- Experiencias de logro. Las presiones diarias pueden poner un velo que evita ver más allá. A veces, nos llenamos de información que afecta negativamente nuestro estado de ánimo. Por lo tanto, detenerse y reflexionar según nuestras experiencias o situaciones de éxito y logros, nos permite identificar elementos de impacto positivos. De esta manera, identificamos nuestros recursos internos con calma y reafirmación de valor personal.
- Concéntrese en uno mismo. Es una prioridad hacer una “parada” en nuestra vida para analizar y revisar nuestro “yo”. Esto implica mirar dentro de nosotros mismos e identificar nuestros objetivos, expectativas, deseos presentes y aquellos actos que realizamos, reconocen los roles que cumplimos y, sobre todo, en lo que sentimos en cada uno de ellos. Mapear nuestra vida en relación con nuestras expectativas y nuestro papel en la sociedad es esencial para adoptar un sentido humano que impulse el desarrollo psico -emocional.
- Buenos actos. Para lograr un estado de bienestar total, es esencial proyectar acciones de generosidad antes que otras. Puede tomar un camino de bondad dando paso al pozo de los demás, comenzando con nuestra familia, ya que proyectar valores en los círculos donde interactuamos fortalece los lazos de comunión. Palabras, gestos, las acciones que usamos pueden estar dirigidas a demostrar bondad ante las diversas situaciones que enfrentamos.
- Atención a nuestra salud mental. Cuidar nuestra salud física es de vital importancia, lo mismo ocurre con nuestra salud mental. Detente a pensar en el pozo emocional y el trabajo a nivel psicoterapéutico cuando lo necesito, influye significativamente en nuestra capacidad de ser feliz.
“Recordemos que la felicidad es un estado de pozo que podemos construir de día a día, fortaleciendo nuestras relaciones y generando interacciones positivas con los demás”, dice el coordinador de UTP.
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