
En la víspera de sus 92 años, que se convertirán en mañana, Bob Schakwijk se enorgullece de mantenerse activo: “Por supuesto que sigo trabajando. Tengo mi cámara en un lugar donde no está perdido; es digital. En este momento lo soy jugando Con una Leica. Yo era leicacista. “
GALERÍA: En su trabajo, Álvarez Bravo y Schalkwijk tienden a un puente entre México y los Países Bajos
El famoso fotógrafo holandés-mexicano, reconocido por su extenso trabajo para documentar la cultura, los paisajes y las comunidades indígenas de México, actualmente participa en la exposición Visiones de México y Holanda, Inaugurado el sábado pasado en la Casa de Archivo Manuel Álvarez Bravo (Casa Mab), donde permanecerá hasta agosto.
En él comparte créditos con ese gran maestro mexicano, considerado uno de los exponentes más importantes de la fotografía artística en América Latina, cada una con 15 imágenes, la mayoría en blanco y negro.
Bob, cuando la gente va a él enamorada, asistió a la apertura de la exposición y no se suministró para satisfacer las solicitudes de retratar con él, dedicar copias de algunos de sus libros o simplemente saludar y charlar por un tiempo.
Entre los asistentes había varios fotógrafos importantes, como Lourdes Almeida, Rogelio CuLlarlar y Pim Schalkwijk, uno de sus cinco hijos. Los recibió y asistió sonriendo y buen humor, como también lo hizo con El día En una breve entrevista.
– ¿Cuál es su sentimiento cuando vio su trabajo reunido con el del Maestro Álvarez Bravo?
−es es fabuloso, porque lo conocí hace muchos años, obviamente; Pero nunca está bien. Pero lo que sabía de él es que él era alguien muy amable, muy sabio; Un hombre fantástico.
− Coincidió haciendo un trabajo similar al mismo tiempo, cada uno en el país del otro.
“Así es.” Él es mexicano y tomó fotos en Holanda, mientras nací allí, al mismo tiempo me dediqué a fotografiar este maravilloso México.
– ¿Qué elegiste para esta muestra?
– FUTS que más o menos coinciden con los de Don Manuel, aunque, obviamente, no se logra. Uno, porque Holanda y México no se ven muy iguales, son países diferentes. Lo curioso es que Don Manuel fascinó a Holanda y a mí, México.
– ¿Estás trabajando?
– Sí, tengo mi cámara allí, en un lugar donde no se pierde; Es digital. Ahora mismo estoy jugando Con una Leica. Yo era leicacista. “
– ¿Cuál es su opinión sobre la fotografía actual en relación con la de hace casi 70 años, tiempo al que pertenecen varias de las imágenes de la muestra?
– Lo que veo aquí es una simplicidad en las composiciones de Don Manuel, y creo que trato de hacer lo mismo. La gente de hoy pone muchas cosas, satura sus imágenes de contenido.
– ¿La fotografía con teléfonos celulares?
−No, siempre debe estar con la cámara. No me gusta mucho el teléfono celular.
Vistas de México y Holanda: Manuel Álvarez Bravo/ Bob Schalkwijk Celebra la reunión de dos países a través de la lente de ambos creadores, cuyas obras han contribuido a fortalecer los lazos entre sus respectivas culturas, explorando las identidades que los definen.
También es una fiesta, destaca la tarjeta de habitación. Como un archivo activo, nos complace promover este diálogo entre dos trayectorias relevantes y rendir homenaje a la carrera de Bob Schakwijk, un holandés que, a través de su cámara, ha expresado una admiración constante por nuestra tierra.
Integrado por 30 imágenes, la exposición es un puente visual y afectivo entre México y los Países Bajos del aspecto de ese par de fotógrafos, que a fines de la década de 1950 viajaron a esos países para capturar su esencia.
Esta exposición es parte de la Asociación Manuel Álvarez Bravo AC, que este 2025 celebra su vigésimo aniversario para mantener vivo el archivo de ese distinguido creador mexicano (1902-2002), explica su hija Aurelia.
El programa incluye tres exposiciones por año, todas con la presencia de este autor. El primero, en diálogo con un joven fotógrafo, 20 o 30; El segundo, con uno consagrado, como ahora es con Bob Schackwijk, y el tercero, con el trabajo exclusivo de Álvarez Bravo.
“Todos estarán integrados, en su mayor parte, por fotos inéditas y no icónicas de Álvarez Bravo,” los hermosos durmientes “, como les decimos a aquellos que se han olvidado un poco y que se encontraron mucho en los años 70 u 80 (del siglo pasado), y algunas impresiones raras, delicadas y muy especiales, que nunca se han ido aquí”, dice el director de esa asociación.
Redescubrimiento de color
Una de las atracciones de la muestra actual es que incluye ejemplos del trabajo de color de Álvarez Bravo, aspecto inusual en el mexicano, según el curador Claudia Perulles.
El color es muy importante porque, aunque trató de hacerlo toda su vida, era muy caro. Fue hasta los años 60, cuando los recursos se volvieron un poco más accesibles por la llegada de la fotografía publicitaria, lo que hizo mucho color; Y también, porque en Holanda lo redescubrió, explica.
Dijo en entrevistas que vio a los impresionistas en frente y le hizo querer hacer color nuevamente. En nuestros archivos, solo el uno por ciento de los negativos de Álvarez Bravo son color. De ese conjunto, la mayoría permanece inédito. Además, gran parte de esas fotos son de Holanda.
Según el investigador, Álvarez Bravo se conoce solo al 10 por ciento de su trabajo, una parte mínima si la casa MAB se considera 40 mil negativos.
El propósito del archivo y la investigación es publicitar a los otros lados públicos de su trabajo. En 100 años que vivió y 80 que fotografió, cubrió todos los temas, todas las técnicas, todas las cámaras. Queremos publicitar ese material, y creemos que este es el mejor lugar.
Casa Mab está en el Espíritu Santo 83, San Francisco, Coyoacán. Sus horarios son los martes, sábados y domingos de 11 a.m. a 5 p.m., el costo de acceso es de 200 pesos con un descuento del 50 por ciento para estudiantes y personas con credencial de inapam.