Racing venció a Coquimbo por la Sudamericana

El “movete Racing movete” se había activado a los 38 minutos, seguido de unos pitos cuando el equipo se marchaba al descanso. En ese momento, la afición ya empezaba a perder la paciencia. Preocuparse por lo que vieron sus ojos: una mala actuación, con un equipo pobre en propuesta, carente de una línea definida, que lo intentó con descuido. Pero la calma llegó en el inicio del segundo tiempo, con una imagen mejorada de Racing. Adrián Martínez abrió la puerta con el penal convertido, Juan Nardoni alargó y Maravilla puso el 3-0. Lo remató en una ráfaga ante la selección chilena. Esos posibles focos de fuego fueron neutralizados y la Academia mantuvo su liderazgo en su zona. Racing venció a Coquimbo y aseguró, al menos, el segundo lugar del Grupo H de la Sudamericana. Es decir sí o sí pasará de fase.

Al poco tiempo Racing remató el compromiso. Se volvió amigable con el balón, dejó de ser un problema. Nació una mayor fluidez en los pases, aparecieron secuencias de toques adelantados. Con el resultado a favor, la confianza creció y con ella el equipo empezó a llegar con más frecuencia a la portería contraria, sin tantas prisas y con más pausa. Cuando Coquimbo avanzó en la cancha, rápidamente florecieron los espacios con los que Racing se sentía más cómodo para atacar. Y también a favor estuvo la expulsión de Fernández al 24′.

Racing se levantó tras una muy mala primera etapa ante Coquimbo por la Sudamericana

La Academia se sobrepuso a un PT que rozó el horror. Reaccionó a tiempo. Y una vez marcado el primer gol, cayeron los dos restantes, con doblete de Maravilla Martínez. Ahora los jefes pensaron más y los jugadores de Racing sintieron seguridad. Hubo tranquilidad. Pero sobre todo eficacia para aprovechar las situaciones de gol, que no fueron muchas.

Atrás había quedado una etapa inicial para el olvido. Su producción había sido muy débil. En su reencuentro con su gente, luego de cinco partidos sin presentarse en su casa, el elenco de Gustavo Costas fue un cúmulo de voluntades que nunca pudieron ensamblarse. Desde el campo surgió la imagen de un equipo deslucido, con acciones forzadas, lejos de aceitarse. Falta fútbol, ​​jugadas que emocionen, que transmitan ilusión a la grada.

Una vez más hizo del golpe su principal recurso. Jugaba a un kilómetro por hora. Sin pausa ni paciencia. No hubo triangulaciones más allá de la mitad de la cancha, ni 2 contra 1 en ningún sector. Racing quedó en un partido, con los delanteros lejos, mal abastecidos. No sabía qué hacer con el balón. O no sabía cómo ejecutar aquello en lo que trabajaba.

Racing derrotó a Coquimbo y mantuvo el liderato del Grupo H.

La elección del once titular por parte de Costas fue lógica

Desde el inicio Costas armó una formación que fue aceptada. Salvo la ausencia de Johan Carbonero, cuestionable porque merecía ser titular, el resto de nombres elegidos eran lógicos. Pero la gran dificultad está en el nivel colectivo. No hubo cambio de ritmo, sorpresa. La Academia hizo que todo fuera predecible. Los esfuerzos de Salas y Maravilla Martínez no fueron suficientes. Ni siquiera con la frescura que puede entregar Baltasar Rodríguez. Pero en ese contexto de confusión, el pibe tampoco rindió. No hubo juego interno en Acadé ni hicieron daño con centros desde los costados, ante un equipo que pasó rápidamente la línea del balón en defensa sin retroceder demasiado.

Después de regalar ese horrible primer tiempo, Racing jugó con otra determinación y convicción en el segundo. Necesitará ser más regular, sin tantos bajónes, para volver a ser un equipo verdaderamente confiable. Este jueves, luego de un clima que comenzó a espesarse en las gradas, la noche terminó con sonrisas por una victoria que aseguró el pase al certamen sudamericano.

Foto de portada: @racingclub

 
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