La Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH) ha anunciado este martes el ‘Plan Nacional de Salud Hepática: Reto 2032’, que ha presentado recientemente al Ministerio de Sanidad, con el fin de promover la prevención y el diagnóstico precoz de las enfermedades hepáticas, la cuya incidencia está aumentando en España.
“La situación en España es de un aumento de la morbimortalidad asociada a las enfermedades hepáticas, mientras que, en otras enfermedades, está disminuyendo, como es el caso de la mortalidad por cáncer o por enfermedades cardiovasculares”, advirtió el doctor Manuel Romero, jefe del Servicio de Digestivo. Sección de Sistemas del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, en un encuentro informativo celebrado este martes y organizado por Europa Press.
De hecho, uno de cada cinco españoles corre riesgo de sufrir una enfermedad hepática y las patologías relacionadas con este órgano representan ya la tercera causa de muerte prematura en España. Este aumento de incidencia está relacionado con el aumento de hábitos y estilos de vida poco saludables, como el abuso de alcohol, una alimentación poco saludable y el sedentarismo, entre otros.
Los especialistas están especialmente preocupados por la creciente prevalencia tanto de la enfermedad conocida como hígado graso (esteatosis hepática metabólica), vinculada a la obesidad y la diabetes tipo 2, como de enfermedades hepáticas relacionadas con el consumo de alcohol.
La primera es ya la patología hepática más prevalente en España, pues se estima que afecta a tres de cada diez españoles, y ambas han desplazado ya a las hepatitis víricas como principal causa de cirrosis, cáncer de hígado e indicación de trasplante, con la particularidad Además, la incidencia de estas dos patologías no sólo avanza, sino que lo hace a edades cada vez más tempranas. De hecho, en la última década se han triplicado los casos de cáncer de hígado debido al hígado graso.
MÁS DE 50 LÍNEAS DE ACCIÓN
En total, y para mejorar el abordaje de todas estas patologías hepáticas, el Plan identifica un total de quince objetivos estratégicos y más de 50 líneas de actuación, clasificadas en tres grandes áreas de actuación: prevención, diagnóstico, tratamiento y seguimiento. Las medidas están ordenadas por orden de importancia.
Por su parte, el doctor José Luis Calleja, subdirector del Servicio de Gastroenterología del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda (Madrid) y presidente de la AEEH, ha detallado que el documento pretende “intentar influir en los políticos sobre la importancia de invertir en salud”, como lo hizo el Plan Nacional contra la Hepatitis C en 2015. “Este Plan, en cuatro años, logró curar a más de 260.000 personas de la hepatitis C. El número de personas que necesitan un trasplante se ha reducido del 49 al 12 por ciento en 2022. Hemos demostrado que, en el fondo, invertir es ahorrar”, recordó.
Por ello, el Plan se centra en la prevención y la detección precoz. “La dieta y el ejercicio son prevención y tratamiento, teniendo en cuenta que no existe un tratamiento farmacológico para el hígado graso”, explicó la doctora Rocío Aller, especialista en Aparato Digestivo del Hospital Clínico de Valladolid, y secretaria de la AEEH. Según ha precisado, el tratamiento “se basa en la dieta mediterránea”, aunque esta tiene que ser personalizada y acompañada de nuevas tecnologías, como el uso de la inteligencia artificial.
Además, el Plan considera fundamental abordar el consumo de alcohol a edades cada vez más tempranas, ya que es ya la primera causa del desarrollo de cirrosis y de la necesidad de trasplante de hígado, además de estar detrás de más del 50 por ciento de los cánceres de hígado. hígado.
Asimismo, se considera fundamental tomar intervenciones decisivas para prevenir la obesidad, que está detrás de la progresión del hígado graso, que afecta ya a más de 10 millones de españoles, de los cuales casi dos millones presentarían inflamación del hígado (esteatohepatitis) y, de ellos, 400.0000 ya tendrían cirrosis hepática.
ENFERMEDADES SILENCIOSAS
En relación a la detección temprana, la gran dificultad es que las patologías hepáticas son enfermedades “silenciosas”, según los expertos, ya que sus síntomas son inespecíficos y no se manifiestan hasta que el hígado muestra un daño importante. Sin embargo, el diagnóstico precoz es fundamental para cambiar el pronóstico de la enfermedad. Así, por ejemplo, un cambio en la alimentación y la actividad física permite revertir la enfermedad en más del 80 por ciento de los casos.
Por todo ello, el Plan incide en la necesidad de realizar el cribado de enfermedades hepáticas en todas las personas que presenten factores de riesgo como diabetes, obesidad o abuso de alcohol. Además, más del 90 por ciento de los casos de cáncer de hígado aparecen en personas con enfermedad hepática crónica, “lo que podría permitir un diagnóstico precoz de esta enfermedad”, según Aller.
Más allá del hígado graso y las enfermedades hepáticas asociadas al consumo de alcohol, el Plan también incluye las hepatitis virales, que considera “un desafío no resuelto”. Así, el doctor Javier Crespo, jefe del servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, ha reclamado equidad en la vacunación contra la hepatitis A y B. “Aunque hemos avanzado mucho en los tratamientos en España, uno de cada cuatro pacientes que tratamos por hepatitis víricas tiene una enfermedad hepática avanzada”, explicó.
Durante el encuentro también estuvo presente la presidenta de la Federación Nacional de Trasplantes de Hígado, Eva Pérez Bech, quien lamentó el estigma que rodea a las enfermedades hepáticas. “Parece que los pacientes se lo han buscado ellos mismos debido a sus hábitos de vida. Los pacientes hepáticos sufren mucho y en silencio porque no se atreven a decirlo”, comentó.
Finalmente, el Plan también aborda las enfermedades hepáticas minoritarias (clasificadas en tres grupos: autoinmunes, tóxico-metabólicas y vascular-hepáticas), destacando la importancia que debe tener la medicina de precisión para una mejor caracterización de las mismas y permitir así una mejor atención y práctica clínica con pacientes. También se destaca la necesidad de invertir en investigación en este ámbito.
“El Plan nace con el objetivo de aunar la experiencia que hemos desarrollado en hepatología durante los últimos 50 años. De aquí a 2032, los tomadores de decisiones políticas deben poder dar luz al Plan y lograr normas y leyes que regulen tanto lo beneficioso como lo negativo, porque esa será la base para garantizar que en 2032 no tengamos hepatitis C de ningún tipo. tipo”, concluyó.
