Se acerca el déficit oficial. La pregunta resuena con otras variables como el dólar blue. El Gobierno acaba de reconocer que junio llegará finalmente en números rojos en materia fiscal. La razón parece simple: habrá que pagar la electricidad y los salarios, ambos atrasados.
La declaración la hizo nada menos que el presidente de la Nación, Javier Milei. Fue ayer, en la secuencia que representó el mensaje de la expresidenta Cristina Fernández en la inauguración del microestadio de Quilmes -el sábado- y la respuesta del mandatario en una radio. Mientras CFK había acusado a Milei de que podría mostrar superávit porque adeudaba numerosos pagos, el presidente respondió que, cuando llegue junio, deberá cancelar la deuda con Cammesa a la que se sumarán los bonos estatales. “Cuando lleguen esos números, operativamente vamos a estar en déficit”, dijo el presidenteaunque aclaró: “Con todo lo acumulado antes las cuentas siguen equilibradas, lo que importa es que el saldo acumulado siga equilibrado”.
Con la ley de Bases bajo el brazo rumbo a Washington
En vísperas del tratamiento que Diputados dará al proyecto de ley Bases, el sincericidio de Milei desató una ola de preocupación en el Gobierno, especialmente en Palacio del Tesoro. Con Diana Mondino en China, donde habrá que hacer un esfuerzo para cerrar la renovación del canje por algo más de 5.000 millones de dólares, el ojo budista del ministro Luis Caputo, quizás el tercer ojo, estará puesto en Kristalina Georgieva. El Messi de las finanzas necesita una carambola para triunfar: la renovación inmediata del canje y, acto seguido, la aprobación de la ley de Bases tanto en Diputados como en el Senado. Sólo entonces podría, en teoría, volver a pasar la gorra por Washington para ver si el FMI, sensibilizado por el supuesto apoyo político en el Congreso, se apiada de la billetera de plata. El Gobierno necesita dólares y la aprobación de las Bases parece una condición necesaria para seguir hablando del tema, casi una ofrenda en el altar del mercado financiero internacional.
Carrera paralela: dólar blue, tasas y deva
La gran pregunta subyacente es Si Milei podrá aguantar un tiempo más la composición de las cuentas públicas antes de que Georgieva pueda reevaluar cuántos dólares podrá desembolsar durante 2024. De este esquema de toma de decisiones dependen no sólo los precios de acciones y bonos, sino también la fortaleza del tipo de cambio y precios alternativos como el dólar blue. Si las cuentas públicas vuelven a caer en déficit, es probable que todo el castillo de naipes que están armando Milei y Luis Caputo que promueve una reducción del riesgo país a fuerza de un aumento anabólico de los bonos quede a la mitad de su objetivo. final.
Más trucos que el mago Chester
Mientras tanto, los baches se tapan como pueden. Como el BCRA no puede participar en las licitaciones, se han puesto trucos. Por ejemplo, en el mercado secundario, Santiago Bausili compra los bonos a quienes luego ingresan al mercado primario a comprar la licitación del Tesoro. Indirectamente, el BCRA sirve de contraparte a quienes, de otro modo, venderían sus bonos, provocando que el precio caiga y la tasa suba. Hay más. El ministro Luis Caputo acaba de encabezar una reunión días atrás en el Palacio de Hacienda donde presentó una propuesta para cancelar únicamente las transacciones de diciembre de 2023 y enero de 2024 mediante la entrega de títulos públicos -BOPREAL- por un monto aproximado de 600 millones de dólares a valor nominal. .
Como se dijo –y Milei reconoció indirectamente-, Este monto supera el superávit financiero acusado por el Gobierno, lo que refleja la debilidad del saldo positivo sobre el que abanderó la Casa Rosada. La medida recuerda a las Letras del Tesoro (Letes) en dólares que entregó el Gobierno del expresidente Macri a cambio de los pesos, algo que hoy hace el BCRA con el Bopreal. Otro dato que va en esa dirección es que el BCRA confirmó ayer que evalúa ampliar el BOPREAL para que las empresas puedan pagar utilidades y dividendos a no residentes, operación que estaba restringida por el cepo. Se habilita así una “vía de salida”, el mismo mecanismo que se utilizó para la deuda comercial, además de chupar pesos de la economía.
¿El mercado cree en el superávit financiero de Milei? Se podría decir que, para no arruinar el negocio que tienen entre manos –la apreciación de los bonos– muchos piensan que todos “hacen como” creerles. ¿Cuál es el límite? El día que no quede más remedio que aceptar la debilidad de las cuentas. Para entonces, el Gobierno espera que la inflación alcance el 5% mensual, prácticamente a la par de la tasa de interés y la devaluación que logra implementar el Banco Central. Una triple carambola.
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