WASHINGTON, 17 de abril.- Un estudio reciente, publicado en la revista Nature, Earth & Environment, sugiere que las grietas en la Tierra pueden haber sido la clave para la vida en la Tierra, y también en Marte.
El origen de la vida en la Tierra es una de las cuestiones más fascinantes de la ciencia humana, comenta The Washington Post.
Financiado por el Consejo de Investigación del Medio Ambiente Natural del Reino Unido, un equipo de científicos de la Universidad de Newcastle examinó los primeros materiales que aparecieron en nuestro planeta hace más de 3.500 millones de años.
Descubrieron que al combinar hidrógeno, bicarbonato y magnetita en condiciones similares a las de las fuentes termales o las fuentes hidrotermales, podían formar ácidos grasos, considerados los componentes fundamentales de la vida.
Cada vez se revelan más secretos sobre el origen del universo y las especies. Otro grupo científico descubrió que la llamada “sopa prebiótica” o vía química podría haber sido la precursora de moléculas genéticas primitivas.
Este grupo de investigadores de Múnich ha descubierto una ruta química, conocida como “sopa”, que podría ser perfecta para generar moléculas genéticas primitivas en la Tierra hace 4.000 millones de años, poco después de su formación.
El equipo de investigación dirigido por Thomas Carell y su grupo de la Universidad Ludwig Maximilian de Munich afirma haber demostrado que la “sopa” química es viable para ser el origen de la vida.
En realidad, se trata de un grupo de compuestos probióticos que cumplen con los requisitos para evolucionar. Es decir, a partir de bases simples es capaz de convertirse en organismos cada vez más complejos.
El equipo de investigadores utilizó un enfoque innovador con redes de grietas y calor para replicar la síntesis de componentes vitales de la vida. Los expertos cambiaron los tubos de ensayo por pequeñas redes de grietas ramificadas que se asemejan a las que se forman naturalmente en las rocas.
Hicieron fluir agua a través de las grietas, junto con componentes químicos clave, y luego aplicaron calor, imitando un proceso similar a lo que podría ocurrir cerca de respiraderos hidrotermales en el océano o en rocas porosas cerca de una piscina geotérmica.
Descubrieron que el calor que fluye a través de estas redes geológicas clasifica y filtra las moléculas, ayudándolas a crear cadenas más largas llamadas biopolímeros.
“Es una demostración fantástica de que procesos físicos simples pueden funcionar para hacer estas cosas”, dijo Matthew Pasek, profesor de geociencias de la Universidad del Sur de Florida.
Christof Mast, biofísico de la Universidad Ludwig Maximilian de Munich, confirmó que su laboratorio diseñó una configuración experimental que se aproxima a las condiciones bajo las cuales tuvo lugar la química prebiótica que dio origen a la vida.
