Después de casi un cuarto de siglo, Vargas reconoce el impacto de esta iniciativa cultural para configurar una alternativa a las propuestas de las grandes distribuidoras cinematográficas y dar más espacio a las narrativas latinoamericanas.
«Sobre todo lo que buscamos es que la gente venga a un festival de cine más que a ver las películas en sí; darle más espacio a los realizadores de la zona con sus propuestas”, explicó en entrevista con Prensa Latina.
El director artístico afirma que después de 24 años el público siente “que no somos sólo el trópico o México”.
Una de las fuertes apuestas del evento es posicionar las creaciones de la región desde la diversidad pero con películas que provoquen reflexión y una mirada diferente.
“No es fácil permanecer tanto tiempo en una organización cultural sin fines de lucro, y además encontrar el espacio donde la gente pueda hablar y discutir”, confesó.
En ese camino, la influencia del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano que se celebra cada año en la capital cubana representa un fuerte aliado para la cita neoyorquina.
El movimiento en general pudo darse porque Cuba aportó toda su plataforma intelectual e incluso económica durante los años 60 y 70 cuando insistió en el asunto.
Vargas recordó que el Festival de Cine de La Habana comenzó como un hermano pequeño del evento habanero en el año 2000 y ahora presenta una programación propia al servicio de su público.
Sin embargo, son muchas las referencias y el respeto que le tenemos a ese festival. Es un aporte a la cinematografía latinoamericana que pocos festivales de la zona logran, reconoció.
La 24 edición del Festival de Cine de La Habana en Nueva York tuvo su noche inaugural el viernes y se extenderá hasta el 18 de abril con la proyección de más de una treintena de películas de América Latina, en su mayoría estrenos mundiales y locales.
Con sede principal en el Cine Quad, el evento exhibirá películas de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, México, Perú, Panamá, Uruguay y otros países de la región.
La variedad de países y géneros es uno de los puntos fuertes del evento, interesado además en atraer a todo tipo de público.
“Creo que los neoyorquinos sobre todo tenemos mucha curiosidad y queremos saber, entender, involucrarnos, involucrarnos con un gran porcentaje del público que no es latino y se involucra”, agregó al respecto el organizador.
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