Daniel Angelici celebró su cumpleaños 60 con una fiesta en toda regla en la que no participó ningún emisario del gobierno de Javier Milei, lo que confirma la tensión entre el histórico operador judicial del macrismo y el presidente.
El Tano prestó su restaurante Origami en la Costanera Norte para agasajar a invitados de la UCR y el PRO, en especial a Jorge Macri. Angelici, aficionado a los emprendimientos gastronómicos, tuvo un papel clave en la distribución de terrenos para el renovado centro bajo el viaducto Mitre.
La milanesa de lomo con fideos con crema fue uno de los platos de bodegones que intentó disfrazar un menú chic. La entrada había quitado cualquier atisbo de popularidad: los invitados atacaron la barra de fuego, el sushi y las tapas patagónicas.
La fiesta duró hasta las cuatro de la madrugada y los invitados comieron cada hora, como en una granja de pollos.
Mientras Los Palmera tocaban en directo, degustaron un risotto de tomate, burrata de búfala y pesto de tomate. Disfrutaron de la mesa de dulces al son de la música del violín. En la época de La Konga, manzanas caramelizadas con helado de crema americana y crumble de almendras. Para los que preferían algo más dietético, hubo volcán de dulce de leche con helado de plátano.
Los que aguantaron la comida hasta el final, se abalanzaron sobre las mediocres pizzas y hamburguesas mientras se deleitaban con las elaboradas melodías de Los Totora. El premio final fue una mesa de chocolates que los valientes catalogaron como “postnucleares”.
