“Es el caballo de Troya por donde entran los alimentos ultraprocesados” – .

Freidora sin aceite sí o freidora sin aceite no. El debate está sobre la mesa. Para algunos es el invento del año: cocinar con mucha menos grasa, facilidad de uso y cantidad de recetas (Internet está lleno).

Sin embargo, para otros no es una máquina tan maravillosa: demasiado consumo energético, poca capacidad, un aparato que ocupa demasiado espacio y una serie de críticas que ya entran en el terreno de la salud y, por tanto, hay que valorar si son realmente cierto. . Veamos el caso de este vídeo de Instagram.

A continuación entramos en detalle sus principales críticas, de la mano de dos expertos tecnólogos de alimentos: Javier Morallón, catedrático de biología y experto en tecnología de alimentos; y José Juan Rodríguez Jerez, catedrático del Área de Nutrición y Bromatología de la UAB y doctor en Veterinaria).

Temperaturas excesivas

¿Cocinar a temperaturas demasiado altas puede destruir las vitaminas y otros nutrientes? Hay que tener cuidado, porque algunas vitaminas sensibles al calor pueden destruirse, como las vitaminas del grupo B o la vitamina C. “Se pueden degradar por el exceso de temperatura y la oxidación cuando se fríe un alimento”, afirma el doctor Rodríguez Jerez.

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Morallón rompe un punto a favor de las temperaturas de cocción, que también ayudan a destruir los antinutrientes y a que las vitaminas y otros elementos (especialmente proteínas) se absorban mejor que si los alimentos no han sido cocinados. “Ojo con la tendencia del crudiveganismo, porque aquí podemos estar perdiendo muchos nutrientes, y eso no es recomendable”, explica.

“Pero sí: es cierto que las vitaminas mencionadas, sometidas a temperaturas demasiado altas, pueden perderse. Y al mismo tiempo, las grasas llegan al punto de humear y empiezan a quemarse y perder propiedades”, continúa.

La famosa acrilamida

Además, cuando se tuesta demasiado un alimento rico en hidratos de carbono aparece la acrilamida, una toxina potencialmente cancerígena. “Es la reacción de Maillard”, afirma Morallón. “Lo que cocinas empieza con un color amarillento y luego se vuelve más dorado. Hasta ahora, todo bien. Pero ya no es aconsejable comer nada que se vuelva marrón o negro bronceado. Cuanto más oscuro es el color, más sustancias empiezan a generarse. sustancias tóxicas, como hidrocarburos aromáticos, aminas heterocíclicas, acrilamida, etc.”, señala.

En cualquier caso, Morallón añade que, “respecto a una freidora convencional, se genera un 90% menos de acrilamida”.


Muchos compran este aparato para cocinar sin aceites

imágenes falsas

Ambos expertos coinciden en que, si la dieta es equilibrada, no tiene nada de malo cocinar de vez en cuando con freidora. “Todo es cuestión de cantidades”, aclaran. “Quienes comen patatas fritas constantemente durante mucho tiempo, si están muy tostadas porque les gustan crujientes, pueden tener problemas”, añade Rodríguez Jerez.

“El problema no es la máquina, sino la falta de variedad en la dieta. Cuando aparecieron las microondas también hubo muchas opiniones en contra de una supuesta exposición a las ondas”, sostiene.

Las partículas de metal se liberan del recipiente y entran en la comida.

Morallón no ve ningún peligro en ello: “El aluminio es uno de los metales más comunes en la corteza terrestre, hay muchos alimentos que lo contienen y nuestro organismo es perfectamente capaz de gestionar estas partículas y eliminarlas por vía renal”. Además, deja claro que no se desprende tan fácilmente, que el aluminio de los utensilios de cocina tiene una capa protectora y que la ley es bastante restrictiva en este sentido. No es necesario sufrir por eso.

Los utensilios y moldes de silicona liberan partículas tóxicas

No es así. Los expertos indican que en los últimos años la normativa europea también ha restringido muchos componentes tóxicos de los utensilios que entran en contacto con los alimentos. Javier Morallón recomienda renovar todos los utensilios de silicona que tengan más de uno o dos años y comprar otros nuevos, que estén fabricados -sobre todo- en la Unión Europea, para asegurarnos de que no sueltan ningún elemento tóxico.

Otras reseñas

Otros expertos en nutrición dicen que “cocinar con menos aceite” es relativo. “Estos aparatos blanquean muchos tipos de alimentos que no son recomendables: nuggets, crestas congeladas, croquetas, etc., muchos de los cuales ya están prefritos, por eso quedan tan bien en la freidora”, afirma Morallón.

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“Pero si no comiste eso, ahora de repente empezarás a comerlo, y no importa. La freidora sin aceite puede ser un caballo de Troya para muchos alimentos que no nos interesan en absoluto. Me dieron un regalo. Una y otra vez fui a devolverlo”, confiesa.

“Habrá que ver si se consolida la llegada de las freidoras como pasó con los microondas y los móviles. En un plazo de uno o dos años podremos comprobarlo”, afirma el profesor de la UAB. “Dependerá de si el público lo considera cómodo y práctico o si pesan más los inconvenientes del exceso de tiempo, el consumo energético y la ocupación del espacio”.

Este artículo fue publicado originalmente en RAC1.

 
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