Un legado vivo que envolvió a la ciudad del metal


Era una sensación que hacía tiempo que no se vivía en Madrid y estoy seguro que a muchos de los que la vivieron conmigo les traerá recuerdos de otra época, de otro Madrid… El heavy metal, su actitud, su espíritu, Su Filosofía, todo lo que rodea ese fascinante mundo, se apoderó de las calles de un barrio que antaño tuvo tanta tradición rockera como Carabanchel. Al hacer transbordo de la línea 10 a la 5 del metro en la estación Alonso Martínez dirección Vistalegre, en cada parada el vagón se iba llenando de más y más camisetas de Saxon, Iron Maiden, Black Sabbath o Judas Sacerdote. Como en aquellos años en los que de camino a la estación de Begoña, donde se ubicaba el pabellón, gente de heavy metal llenaba los vagones para ir a ver a Escorpiones, Obús, Arco Iris o Queen. Sólo faltaban los litros de cerveza y cierto aroma a cannabis.

Ahora, seguramente con una media de edad mucho mayor, muchos de ellos con sus hijos e hijas, más tranquilos en general -La pelea que tuvimos en esos años en el metro fue legendaria, aunque ahora es solo historia- pero con el brillo en los ojos por la emoción de vivir un concierto de puro heavy metal con tres nombres que son señas de identidad absolutas del género.

Frente a un Palacio Vistalegre que aún no estaba lleno – a las siete de la tarde seguramente mucha gente aún estaría saliendo del trabajo, no olvidemos que este concierto se realizó un lunes- Comenzó esta formidable velada en la que abrieron fuego Uriah Heep. Además de haber sido siempre un gran seguidor de este histórico grupo y haberlos podido ver en numerosas ocasiones, siempre haciendo magníficos conciertos, tenía muchas ganas de ver al grupo tras la cancelación de su gira de 2022. Una vez más, no decepcionaron.

Uriah Heep

Como siempre, y gracias a la profesionalidad que vienen demostrando desde hace décadas, los británicos ofrecieron un gran concierto, demasiado corto para mi gusto. – sólo 45 minutos- en el que combinaron temas de su disco de 2023, ‘Chaos & Color’, con los inevitables clásicos de sus años más populares en la primera mitad de los 70. Entre los primeros, y provocando una respuesta del público sumamente entusiasta, brilló con luz propia en el inicio del programa “Save Me Tonight”, así como “Hurricane”, que desde que la escuché por primera vez en el disco. Me dije a mí mismo que estaba destinado a ser uno de los imprescindibles en el set de los Heep.

Una versión muy potente y endurecida de “Free and Easy”, de su disco ‘Innocent Victim’, de 1977, me hizo pensar por momentos que estaban tocando “Easy Livin’” más acelerado, pero ese gran tema obviamente llegaría a el fin. Antes, Bernie Shaw reivindicó a Mick Box como una leyenda viva en la historia de la buena música, sin etiquetas, nos regalaron dos versiones formidables de “Gypsy” y “July Morning” antes de llegar al final, esta vez, con “Easy Livin’. “

Uriah Heep

Toda la banda está en excelente forma, Bernie Shaw tiene una voz impecable y, a pesar de sus 76 años, Mick Box sigue derrochando energía, ilusión, fuerza y ​​vitalidad. Lo único que extrañé fue que no tocaron “Stealin’”, mi favorito de todos los tiempos de Uriah Heep, que seguramente habría caído si hubieran tenido más tiempo.

Vale la pena repetir todo lo dicho sobre Uriah Heep sobre lo que fue la sensacional actuación de Sajón. Es, sin duda, una de las bandas que más veces he visto en directo dentro del ámbito del heavy metal, tanto a nivel estatal español como en innumerables festivales europeos, desde el Wacken al Rock sueco pasando por Bang Your Head, Grasspop o Gods Of Metal, y nunca, absolutamente nunca, han dado una mala actuación.

sajón

Formación emblemática si la hay del heavy metal, han acumulado a lo largo de su carrera una serie de canciones que son himnos para sus fans y que combinaron en este concierto también con el disco que salió a la venta el pasado mes de febrero, ‘Hell, Fire & Damnation’. ‘, siendo precisamente el tema que da título a este nuevo disco el que abrió su descarga.

Con el recinto casi lleno, auténticos éxitos como “Motorcycle Man” -¡brutal!- “Power & The Glory” o “Crusader” cosecharon tremendas ovaciones, no se la pudo perder “Madame Guillotine”, que acaba de publicarse como nuevo single de ‘Hell, Fire & Damnation’.

Cabe destacar el magnífico papel desempeñado en esta formación sajona por el guitarrista de Diamond Head Brian Tatler, que sustituye a Paul Quinn, pero que pese a permanecer sobre el escenario en un discreto segundo plano, musicalmente aporta mucho al grupo y refuerza considerablemente su solidez.

sajón

“Crusader” sonó sensacional, “Denim & Leather” y “Wheels Of Steel” fueron simplemente demoledoras, y para poner la guinda al pastel, “And The Bands Played On” y “Princess Of The Night”. Como en el caso de Uriah Heep, sólo me faltaba una canción: “Strong Arm Of The Law”. La próxima vez no te lo pierdas. ¿Bien, Biff?

Judas Sacerdote

Exactamente las 21.30 horas y tras el habitual intro de “War Pigs” de Black Sabbath, un Vistalegre ya abarrotado estalló en una ensordecedora ovación cuando se apagaron las luces y Judas Sacerdote Subieron al escenario atacando para abrir con un devastador “Panic Attack”.

De todas formas debo decir que en esta primera canción noté problemas de sonido, más concretamente de microfonía de la batería. Siendo Scott Travis, al menos en mi opinión, el mejor baterista del mundo del heavy metal desde que Cozy Powell y John Bonham nos dejaron para siempre, el hecho de que su instrumento no suene con la calidad y claridad requerida es algo que hay que llevar consigo. Debe hacerlo, pero también hay que decir que estas deficiencias se resolvieron pronto. En “You’ve Got Another Thing Comin’”, segundo tema de la noche, todo sonó como debía.

Judas Sacerdote

El ritmo del concierto fue trepidante desde el primer momento. La banda ha querido dejar claro que los graves problemas de salud que Rob Halford y Richie Faulkner sufrieron recientemente no han mermado en absoluto sus capacidades, y más concretamente en el caso del guitarrista, me ha llamado mucho la atención cómo ha ganado protagonismo. e incluso un importante nivel de liderazgo dentro de Judas Priest. En el escenario es, con diferencia, el más dinámico del grupo, los focos le persiguen en todo momento y, musicalmente, gran parte del peso del concierto recae sobre sus hombros.

Judas Sacerdote

Todo el grupo se muestra fuerte, compacto, sólido, con la voz de Rob Halford a muy buen nivel, aunque evidentemente le cuesta alcanzar algunas notas, y para que no hubiera lugar a dudas, prácticamente unidos entre sí, Sonaron “Rapid Fire”, “Breaking The Law” y “Riding On The Wind”.

Cabe destacar que Judas Priest fue la única banda del cartel que contó con una gran pantalla LED detrás del escenario en la que se proyectaban imágenes muy significativas, como las de los disturbios y enfrentamientos con la policía de muchos jóvenes en Inglaterra. de los peores años de “Thatcherismo”además de otros montajes que dieron gran color a un espectáculo con un magnífico diseño de iluminación, con el inmenso tridente símbolo de la banda ubicado como un cañón de luces en lo alto del escenario.

“Love Bites” quita un poco el pie del acelerador antes de añadir más intensidad al concierto con otra de las nuevas, “Gates Of Hell”, y “Devil’s Child”, uno de los temas de este concierto en el que vamos. para escuchar a Rob Halford más dedicado y levantando más sus cuerdas vocales.

La segunda mitad del show tendrá una parte algo más equilibrada, con temas no tan directos, pero en los que el grupo muestra más su faceta de algún modo, digamos progresiva, como “Sinner” antes de volver a ponerse de pie. y golpes de cabeza. a todo Vistalegre con “Turbo Lover”.

Ahora es el momento de la introspección. Rob Halford se sienta en uno de los amplificadores y de manera casi confidencial, como si estuviera hablando con un grupo de amigos frente a la chimenea de su casa en un día de invierno, y comienza a hablar con el público sobre cómo fueron los inicios de la música pesada lo era. metal, Black Sabbath, sus primeros años en Birmingham, recuerda varios discos de la banda y finalmente se levanta para anunciar “Escudo invencible”que la banda ataca a máxima potencia.

Entramos en la recta final y tras una vuelta a su cara más progresiva con “Victim Of Changes” –uno de los mejores de la noche para mi gusto- y “The Green Manalishi”, nos adentramos en la catarata final, echando toda la carne de nuevo al asador y elevando la temperatura emocional del candente concierto con “Painkiller”, ya en los bises “The Hellion / Electric Eye”, el entrada triunfal de la moto en “Hell Bent For Leather” y, en absoluta apoteosis, un “Living After Midnight” prolongado unos minutos y con todo Vistalegre cantándola a pleno pulmón.

Judas Sacerdote

Debajo de la leyenda que se muestra en los LED, “¡El sacerdote volverá!”, la banda reparte púas y baquetas a las primeras filas y se despide. Luces encendidas, el sueño se acabó. La gran marea del heavy metal, satisfecha por el magnífico espectáculo que ha presenciado y vivido, se dirige hacia los vómitos a la salida del recinto y, de allí, hacia el metro.

Las tres bandas dieron su mejor versión, las tres se esforzaron en hacer disfrutar al público, que a su vez también dio todo para que la energía no dejara de fluir, y el sentimiento general fue de gran satisfacción por haber disfrutado una vez más de tres grupos que tienen mucho que ver con que el heavy metal, a pesar de sus críticos y detractores, fue una música que cambió el rock y que ha dejado un legado que sigue vivo en los corazones de quienes siguen vibrando al escuchar “Easy Livin”. ‘”, “Heavy Metal Thunder” o “Tienes otra cosa por venir”. Una noche para recordar por siempre.

Redacción
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