“Esto es México”, una crítica desde el arte – .

Naucalpan, Méx.—El hornos de ladrillos con el que se construyó Satélite, Echegaray y Santa Mónica forjaron el carácter y la creatividad de Teódulo Rómulo, Artista plástico contemporáneo de reconocimiento internacional, que creció en uno de los barrios más complicados de Naucalpan y donde sigue creando obras de teatro que cuestionan la violencia, los desaparecidos y los muertos en el México de hoy.

“Nací en el estado de Tlaxcala el 17 de febrero de 1943, cuando descubrí la luz divina del color”, en una casa donde las chinches se alimentaban de su sangre. origen indígena.

El maestro, que abrió las puertas de su taller a EL UNIVERSAL Dijo que su infancia la pasó “cuidando vacas y gallinas, que aparecen en todos mis trabajos, porque estos seres son de mi niñez y son vitales para la vida”.

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Recordó que lo trajeron a la colonia 10 de Abril, en Naucalpan, “cuando era muy joven, a las ladrilleras de San Agustín, La Otra Banda, así se llamaban. Él tenía como diez, 11 años cuando llegué de Tlaxcala. primero trabajamos llevando particiones para la construcción de Echegaray, Satélite y Santa Mónica (años 50). Mi padre nos despertaba a las cuatro de la mañana en invierno, aquí en el barrio 10 de Abril, con solo una camisita iba a cargar los ladrillos de los hornos. Era un etapa muy duracuando terminábamos de trabajar hasta las seis o siete de la noche, era todo el día”.

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El artista también recordó el momento en que “quemamos los tabiques, los sacamos del horno caliente, nuestras manos tenían grietas que dolían como no tienes idea, tenía crucescitas en las yemas de los dedos de tanto frotar la piel con el calor de la partición. Ni siquiera pudimos agarrar las tortillas, porque dolían por el calor. Fue una etapa dura, pero buena porque mi padre nos enseñó a trabajar”.

Por ello, reflexionó el artista, su primer cuadro al ingresar al Academia de San Carlos En 1966 fue Paisaje de los hornos de San Agustín, La Otra Banda en el que captó el humo negro que emanaba de chimeneas, casas de madera, tendederos y personajes cargando materiales. “Como era aquí, era un basurero, pero era muy lindo, dentro de lo feo está lo bello”.

Comentó que cuando creció ya no quiso llevar mamparas y entró al Vocacional 4porque quería ser ingeniero electrónico, pero “solo sacó cinco y ceros”, por lo que mejor siguió el consejo de un profesor “que nos dijo: ‘¿Qué hacen aquí? No te limites a calentar el asiento como las gallinas’”.

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El artista plástico muestra sus obras, entre ellas Paisaje de los hornos de San Agustín, Foto: YARETZY M. OSNAYA. EL UNIVERSAL

Luego intentó entrar en el colegio del aire en Guadalajara, Jalisco, “porque buscaba conocimiento y alimento”, pero no logró entrar.

Luego recordó que por casualidad fue a La Merced y pasó por la calle Academia, donde descubrió la Academia de San Carlos, se asomó a una ventana, vio gente pintando desnudos, esculturas entre otras obras, y se dirigió directo a la dirección. para buscar registrarse, era el año 1965 y en 1966 se registró.

Allí logró realizar su sueño de pintarque forjó durante sus caminatas por los cerros de San Mateo en Naucalpan y por Atizapán, desde donde vio el El valle de México y se dijo: “¡Cómo me gustaría pintarlo!”

Fue en San Carlos donde Teódulo conoció y formó parte del generación de artistas plásticos integrado, entre otros, por Sebastián, Byron Gálvez, Froylán Ruiz y Rodrigo Pimentel.

“Sebastián era una persona sencilla, que buscaba experimentar (…) quería ser escultor, muy luchador, era muy amigo de Mathias Goeritz”, creador de Las Torres de Satélite.

En 1970, el poeta Carlos Pellicer escribió sobre “el artista de extraordinario talento. Es un joven indígena cuyos nombres Teódulo Rómulo, griego y latín, resumen mucho un encuentro de culturas mexicano”, dijo orgulloso el maestro, tras reconocer que en su juventud le avergonzaba su nombre.

Después de vivir más de 20 años en ParísTeódulo Rómulo regresó a Naucalpan porque “las mulas siempre regresan al mismo bebedero” y este es su lugar de arraigo, reconoció el artista.

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A sus 81 años, Teódulo lamenta que “los políticos y los gobiernos estén culturalmente analfabeto”, que en lugar de fomentar el arte retirar el apoyo para los creadores.

En sus obras, como en el cuadro Política, hace una crítica a través de un cerdo, como personaje central, “porque la puta política es una mierda“, el Señaló.

En ese sentido también presenta su obra Esto es México, un lienzo con muertos decapitados, desaparecidos, en un escenario de cruces y luto en nuestro país “donde [destaca] Hay hasta 100 muertes al día”.

Finalmente, el artista habla de la obra en la que un gallo que está jugando a las cartas con un hombre le dice: “¡Orale, hijo de puta, ya me engañaste, cabrón!”.

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