Fallo de la ley estatutaria intensifica los malos momentos de un Mineducación golpeado por la crisis de la Universidad Nacional y la salud de los docentes

YEste miércoles, una vez más, no se debatió el proyecto de ley estatutaria que busca garantizar el derecho fundamental a la educación, lo que, a sólo un día del final de la legislatura, supone la muerte de esta iniciativa en su paso por el Congreso por la clara falta de tiempo para pasar su último debate y posterior conciliación.

Según los criterios de

Definitivamente, Es un duro golpe para el Gobierno, pero particularmente para el Ministerio de Educación y su titular, la ministra Aurora Vergara Figueroa, que en los últimos seis meses tuvo que enfrentar todo tipo de tormentas.

Y además de lo ocurrido con el estatuto, Vergara fue protagonista de toda la polémica en torno al nombramiento del rector de la Universidad Nacional, pero también de la crisis que se desató tras la implementación del nuevo modelo de salud de los docentes.

“Este fue un primer semestre de año muy difícil para la cartera, donde lo que más estaba en juego era la capacidad de negociar y generar acuerdos en el sector. No sólo por el episodio de las últimas semanas en el Congreso, donde la falta de acuerdos condenó a la autoridad estatutaria, sino también a la hora de acordar la elección del rector de la Nacional y el paro de Fecode”, señala el analista educativo Ricardo Rodríguez.

Y agrega: “Todo esto no sólo es un mal precedente para el Gobierno y el Ministerio de Educación. También es válido para un sector como la educación, donde está claro que hay consenso en que es necesario reformarlo en todos los niveles. (y el reglamentario fue un buen comienzo). Esta incapacidad para generar consensos con sectores políticos pero también con agentes del sector como profesores, estudiantes, rectores de universidades entre otros, incluso con la actitud conciliadora del ministro, es preocupante para llevar a cabo cualquier reforma, especialmente las más complejas como a la educación superior, al Icetex o al Sistema General de Participación.”

Y apenas entre marzo y lo que va de junio, la cartera que encabeza Vergara pasó sus pruebas más difíciles, todas marcadas con un tinte político, y, según analistas consultados por EL TIEMPO, en cada una de ellas hubo más de lo que perdió el Ejecutivo. en lugar de lo que ganó.

Unos meses llenos de tensiones y consecuencias

Lo ocurrido esta semana con el proyecto de ley sepultó la primera de una serie de iniciativas legislativas que el Gobierno busca impulsar en el marco de la reforma educativa.

Y así fue hasta hace dos semanas, cuando un acuerdo con la oposición desató una protesta de Fecode, el sindicato docente, que ahora continúa manifestándose y cesando actividades. Finalmente terminaron presentándose tres presentaciones diferentes, todas muy diferentes en su contenido y con puntos irreconciliables para la otra parte.

Maestros y miembros de Fecode marchan este 19 de junio.

Foto:X: @BogotaTransito

“Este era supuestamente el proyecto más fácil, el que había logrado consenso en el Congreso en sus primeros tres debates. Pero los acuerdos se rompieron, ya sea por presiones de la oposición o de sectores oficialistas más radicales. No importa cómo fue. Lo que importa es que el país se queda sin un estándar que abriera la puerta a transformaciones más significativas para el sistema educativo en términos de acceso, equidad, permanencia, pertinencia y calidad”.explicó la doctora en nuevas pedagogías Marcela Robledo.

Según el experto, el debate sobre un derecho fundamental se dejó permear por discusiones ideológicas, lo que sienta un mal precedente para futuras reformas: “Involucrarse en una discusión entre lo público y lo privado, en un sistema reconocido como mixto por la constitución, o si hacer la evaluación docente de una determinada manera o insistir en un modelo de gobierno universitario, cuando todo eso podría resolverse en una posterior ley ordinaria, Lo que hizo fue privarnos de cosas muy necesarias que sí tenía la iniciativa, como hacer obligatoria la educación secundaria (décimo y undécimo grado) en un país donde hay regiones donde los niños terminan su educación en noveno grado”.

La pregunta ahora es cómo va a llevar a cabo el Ministerio de Educación sus otras reformas. Así lo señala el politólogo Alberto Castilla: “¿Cómo pretende el Gobierno hacer, por ejemplo, una reforma a la Ley 30 de 1992 para salvar las finanzas de las universidades públicas y modificar por completo la educación superior si ni siquiera pudieron llegar a ¿un acuerdo? sobre cómo debería ser el derecho a la educación”.

Pero este fue solo el último de una serie de episodios que en los últimos meses pusieron en vilo a la dirección del Mineducación. Desde marzo pasado, la negativa del ministro Vergara a firmar el nombramiento de José Ismael Peña como rector de la Universidad Nacional desencadenó una crisis institucional y una batalla legal sin precedentes en la institución pública de educación superior más importante del país.

Ahora, con Peña fuera del cargo, y con el nombramiento en su lugar de Leopoldo Múnera (quien contó abiertamente con el apoyo del presidente Gustavo Petro), la división en el sector se intensificó y, según los expertos, la autonomía universitaria quedó en entredicho. Mientras tanto, la disputa no termina, y ahora el Consejo de Estado tiene en sus manos la decisión sobre la legalidad de ambas posesiones.

Para el analista Francisco Cajiao, “En todo esto hay una enorme responsabilidad del Ministerio de Educación, que por sus ambigüedades y su clara intromisión en la autonomía universitaria, Puso a esta universidad en una crisis sin precedentes, cuando todo se podría haber solucionado firmando la decisión original del Consejo Superior Universitario o demandándolo en caso de dudas. Pero no se hizo ni lo uno ni lo otro, sino que el Gobierno decidió ignorar los estatutos y la justicia”.

Jhon Mauricio Marín, expresidente de Fiduprevisora.

Foto:archivo privado

Por si fuera poco, el Ministerio también estuvo involucrado en la crisis del nuevo modelo de salud docente. El ministro Vergara, como presidente del Consejo Directivo de la Caja de Beneficios Sociales Docentes (Fomag), fue uno de los encargados de estructurar e implementar el cambio en la prestación de servicios de salud para más de 800.000 afiliados.

Los problemas de dispensación de medicamentos, continuidad de tratamientos médicos esenciales, cancelaciones de cirugías y otros ocuparon los titulares de todos los medios de comunicación. yoLa crisis afectó las hasta ahora sólidas relaciones entre el Gobierno y Fecode, y le costó el cargo a Mauricio Marín, ahora expresidente de Fiduprevisora, entidad encargada de administrar los recursos del fondo.

¿Candidato a salir en el cambio de gabinete?

Todas estas polémicas y tropiezos ponen sobre la mesa la continuidad de Aurora Vergara al frente de la cartera educativa, según explica Castilla. Y en los últimos días, el presidente Gustavo Petro anunció que en los próximos días estaría anunciando cambios en su gabinete.

“No sería extraño que, visto todo lo que pasó con el sector educativo, y el papel que jugó la ministra Vergara, ella fuera una de las personas que dejaría el cargo”, dijo el experto.

MATEO CHACÓN ORDUZ

Editorial Educación

 
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