El mundo consume cada vez más alimentos. Según el Banco Mundial, unos sistemas alimentarios fuertes, sostenibles e inclusivos son fundamentales para alcanzar los objetivos globales de desarrollo sostenible. Allí Colombia juega un papel clave, al ser una de las regiones identificadas por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) donde se pueden cultivar y producir los alimentos que requiere la humanidad. Sin embargo, la agricultura es uno de los factores que impulsan la degradación del suelo y la pérdida de biodiversidad.
Según datos de un reciente estudio realizado por investigadores de Noruega, Países Bajos y Japón, la producción de alimentos es la principal causa de pérdida de biodiversidad en todo el mundo y alrededor de un tercio de toda la agricultura se produce en zonas consideradas de alta prioridad para su conservación. En nuestro país, un ejemplo de esto es la deforestación que está generando la agricultura en la Amazonía, especialmente en áreas protegidas como los Parques Nacionales Naturales.
En ese sentido, y en el marco de un grupo de foros que desarrollan camino a la COP16 el Centro de Objetivos de Desarrollo Sostenible, Parques Como Vamos, la Universidad Javeriana y la Universidad de los Andes, convocaron a un grupo de expertos para intentar para responder a esa pregunta: ¿es posible hacer agricultura sostenible y regenerativa preservando la sostenibilidad? ¿Y cuáles son los desafíos para alcanzar ese objetivo que, no sólo en nuestro país, sino también en el mundo, parece tan lejano?
Lo que dicen los expertos sobre la relación entre biodiversidad y agricultura
“¿Qué está sucediendo? No sólo no hay financiación, sino que ¿hay respuestas productivas disponibles? ¿Podremos producir el millón de hectáreas de maíz que importamos? ¿Están disponibles esas semillas? ¿Están disponibles los métodos? ¿Dónde está aquí el modelo productivo sostenible? ¿Es eso asequible? Le dije a la ministra de Medio Ambiente, Susana Muhammad: aprende economía, suma economía. Si sigues sin reconocer que hay una oferta te vas a quedar en el discurso”, aseguró López.
Según el experto, nuestro país tiene la capacidad de jugar un papel muy importante en la producción agrícola mundial, pero para ello necesita definir cómo hacerlo correctamente para que no impulse, por ejemplo, la deforestación, como es el caso. sucediendo hoy con la ganadería en la región amazónica. “El sector agrícola tiene el potencial que no tiene el turismo”, destacó el exfuncionario.
“Si bien es cierto que aquí podemos hacer un análisis de las barreras u oportunidades que tiene nuestro marco legal, creo que tenemos más oportunidades para esa integración intersectorial. Es cuestión de calzarnos las botas y ser coherentes con ese llamado a la integración de cara a la economía social, pero con una productividad diferente en función de esos límites de los ecosistemas. Las herramientas jurídicas constitucionales y los marcos internacionales están ahí. Es una cuestión de voluntad política”, enfatizó Valenzuela.
Finalmente, en la primera parte del foro, Mauricio Cabrera, Viceministro de Políticas y Normalización Ambiental, destacó que un problema hoy son las economías ilícitas y cómo estas impactan en el desarrollo de iniciativas productivas legales, como sucede con la carne vacuna. Ante esto, destacó, hoy existen “estrategias más robustas para mitigar la presencia de economías criminales en los territorios”.
Cabrera también señaló que el sector agrícola del país todavía tiene “una visión muy ortodoxa” sobre ciertos productos tradicionales como el café y el arroz, cuando tenemos disponibilidad de otros productos alternativos que también se pueden cultivar, como aceites, bioinsumos o maderas y no -productos forestales maderables. “Hay cuestiones culturales en las que tenemos que trabajar y cuestiones de la cadena de valor que tenemos que resolver. “Es hora de salir un poco de la caja tradicional”.enfatizó el funcionario.
“Las actividades humanas, en su mayoría lideradas por la agricultura, han afectado la integridad de los ecosistemas. Puede sonar romántico, pero yo preguntaría: ¿cuál es el costo social de la pérdida de la integridad de los ecosistemas? No sólo la productividad y la competitividad pueden ser una medida variable del éxito del desarrollo. Hoy hemos perdido más del 92% de los bosques secos tropicales, principalmente debido a los sistemas de producción agrícola. Hoy el 60% de las áreas que eran bosque seco tropical, reconocidas oficialmente por el Ideam, se encuentran bajo desertificación. ¿Qué competitividad hay en la desertificación? “¿Qué productividad hay en la desertificación?” Resaltó García.
Por su parte, Juan Fernando Roa, gerente del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), señaló que hoy uno de los problemas que intentan corregir es “una situación heredada” donde el ICA vacunaba al ganado en las fincas ganaderas sin verificar si estaban ubicados en áreas protegidas y cómo la presencia de ganado impacta los ecosistemas. “Se trata de poder lograr este acercamiento para quienes hoy tienen ganado en puntos sensibles como Parques Nacionales Naturales y Parques Naturales Regionales. Todavía estamos trabajando en esa agenda allí”.Destacó Roa.
“Difiero de Cecilia López en que hay una tensión entre biodiversidad y producción. Lo que la restauración nos dice es que existe la condición necesaria e indispensable para reconciliar lo que ha sucedido durante 50 a 100 años a través de un enfoque deficiente de la producción agrícola en el país. (…) ¿Qué vamos a amenazar la biodiversidad cuando tenemos de 30 a 40 millones de hectáreas superimproductivas? Esto es lo primero de lo que hay que hablar en ganadería: ¿a quién se dan los incentivos, por cuánto tiempo se dan los incentivos? Creo que en pocas palabras tenemos que ser sistemáticos a través de programas y presupuestos claros de largo plazo y con perspectiva de Estado, eso es lo que le falta a la política pública ambiental”, puntualizó Franco.
EDWIN CAICEDO
Periodista de medio ambiente y salud.
@CaicedoUcros