Las habas son una excelente fuente de proteínas, lo que las convierte en un alimento muy completo para personas que siguen una dieta vegetariana. Su contenido en proteínas es similar al de los garbanzos o las judías e incluso superior al de las lentejas.
En cuanto a su contenido vitamínico destaca el ácido fólico, esencial para el desarrollo neuronal y el funcionamiento del sistema nervioso, y si nos fijamos en el contenido de minerales, los más abundantes son el hierro, el magnesio, el zinc o el fósforo. También destaca su cantidad de fibra (es la legumbre con mayor aporte) y favorece el tránsito intestinal, ayudando a regular los niveles de azúcar y colesterol en sangre.
Los frijoles contienen una notable cantidad de antioxidantes, sustancias que ayudan a combatir la oxidación de los radicales libres, reduciendo el riesgo de padecer ciertas enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades cardíacas o incluso algunos tipos de cáncer.
Todas sus variedades son similares en cuanto a su contenido nutricional, aunque si consumimos judías frescas y de temporada, el sabor y la textura son mucho más agradables al paladar.
Podemos cocinarlos de muchas formas, combinados con otras verduras, como guarnición de carnes o pescados, en revuelto con huevos, salteados o en nata o simplemente cocidos y con especias como snack o entrante.
Un plato de judías frescas con jamón o huevo es una excelente fuente de nutrientes
Como todas las legumbres, su inconveniente es que en ocasiones pueden resultar un poco indigestas y hay personas que tras comerlas sufren hinchazón, malestar intestinal… Se podrían probar alternativas como consumirlas sin piel (pasadas por un pasapurés) o germinadas, ya que son tolerados. mejor al digerirlos.
Un plato de habitas salteadas, combinado con jamón o huevo cocido, y acompañado de una ensalada, es una excelente fuente de nutrientes.
