La expresión “ser mayor que Matusalén” se ha escuchado muchas veces cuando el tema se refiere a alguien que es muy mayor.
Pero en el caso de Jonathan, Matusalén siguió siendo literalmente un niño pequeño.
La tortuga gigante de Seychelles que lleva ese nombre es considerada el animal terrestre más antiguo del mundo. Estiman que nació en 1832, por lo tanto, estiman que tendría unos 192 años, aunque podría ser mayor.
Vive en la isla de Santa Elena, a donde llegó en 1882, sólo 61 años después de la muerte allí de Napoleón Bonaparte.
En esa geografía del océano Atlántico, a más de 1.800 kilómetros de las costas de Angola, el inmenso quelonio recibe todos los cuidados y mimos, incluida una dieta especial con frutas y verduras ricas en vitaminas.
Aunque ha perdido el sentido del olfato y apenas puede ver debido a las cataratas, Jonathan goza de buena salud, dijo su veterinario Joe Hollins al Libro Guinness de los Récords.
Acompañada de otras tres tortugas, deambula tranquilamente por los jardines de Plantation House, la residencia oficial del gobernador de Santa Elena.
Han atribuido parte de su longevidad precisamente a la quietud del entorno en el que viven, además de al lento metabolismo y ritmo de crecimiento que caracterizan a las tortugas gigantes, lo que reduce el desgaste de sus inmensos cuerpos, que alcanzan una esperanza de vida media de 150 años.
Las perspectivas de Jonathan son tan buenas que su veterinario ha declarado que “todos los indicios actuales nos hacen tener esperanzas de que alcanzará el tercer siglo, ¡si es que aún no lo ha hecho!”.
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