Toyota ha pronosticado una caída del 20 por ciento en sus ganancias anuales a medida que el mayor fabricante de automóviles del mundo aumenta el gasto en vehículos eléctricos e inteligencia artificial en un intento de crear un “cambio de juego” para competir contra sus rivales chinos.
Las acciones de Toyota cayeron brevemente hasta un 3 por ciento debido al débil pronóstico del miércoles, a pesar de un año exitoso que impulsó las ganancias del fabricante de automóviles a un récord gracias a las fuertes ventas de híbridos de gas y electricidad y el yen más débil.
Para el año fiscal hasta marzo de 2025, la compañía espera una ganancia operativa de 4,3 billones de yenes (28 mil millones de dólares) en comparación con los 5,3 billones de yenes en el año fiscal 2024, una estimación significativamente inferior a las expectativas de los analistas.
El director ejecutivo de Toyota, Koji Sato, dijo el miércoles que el grupo japonés se concentraría en “consolidar su posición” y asegurar el crecimiento remodelando su modelo de negocios centrado en hardware para incluir servicios y software de movilidad.
“Para este año fiscal, gastaremos el dinero y el tiempo necesarios con la determinación de consolidar nuestra posición”, dijo Sato.
La empresa planea invertir 1,7 billones de yenes en “áreas de crecimiento” como la inteligencia artificial, los vehículos eléctricos y el software. También planea recomprar hasta el 3 por ciento de sus acciones por valor de 1 billón de yenes y señaló que comenzaría a deshacer más de sus muchas participaciones cruzadas.
A finales de abril, Toyota dio a conocer una asociación con Tencent, el propietario chino de la superaplicación WeChat, mientras los fabricantes de automóviles extranjeros buscan asociaciones con empresas chinas para seguir siendo competitivos en el feroz mercado del país.
Yoichi Miyazaki, director financiero de Toyota, dijo que la compañía estaba “muy por detrás” de sus rivales chinos en algunas áreas, añadiendo que tendría que “soportar” varios años difíciles y evitar verse arrastrada a una competencia de reducción de precios con las marcas locales.
“Necesitamos pensar en cómo podemos lograr un cambio de juego” mediante una mayor inversión, añadió Miyazaki.
En los tres meses hasta finales de marzo, el beneficio operativo de Toyota aumentó un 77 por ciento respecto al año anterior, hasta 1,11 billones de yenes, impulsado por una fuerte caída del yen frente al dólar.
Las ventas de vehículos del grupo se mantuvieron prácticamente estables en 2,4 millones de unidades durante el trimestre, ya que una serie de escándalos de seguridad y datos en algunas de sus filiales más cercanas perjudicaron las ventas en Japón. La compañía vendió 374.000 vehículos en China, un 1,6 por ciento menos que el año anterior.
El grupo, que incluye a Daihatsu y Hino Motors, espera vender 10,4 millones de vehículos en el actual año financiero, en comparación con los 10,3 millones de vehículos del año anterior.
Koji Endo, jefe de investigación de acciones de SBI Securities, dijo que la mayor sorpresa fue el gran plan de recompra de acciones de Toyota, que podría reflejar cambios más amplios en la gobernanza del grupo japonés.
También añadió que era inevitable “una pausa” en el crecimiento de las ganancias de Toyota, ya que la gran red de proveedores y personal de la compañía estaba desgastada por las interrupciones en la producción causadas por un escándalo de pruebas de seguridad en Daihatsu.
