Cuba prioriza el acceso al agua, pero aún está pendiente un uso más sostenible

Un viejo vehículo lleva dos caños en su parte trasera en La Habana, junto a un chorro de agua proveniente de una gotera en la calle. Según estimaciones, más del 40 % del agua bombeada en Cuba se pierde por fugas y roturas de tuberías, a lo que se suma la escasez de ferretería y repuestos para reparaciones en las redes intradomiciliarias.

Foto: Jorge Luis Baños/IPS

La Habana, 18 abr.- Las pérdidas por roturas en las redes hidráulicas, el envejecimiento de las estaciones de bombeo y los cortes prolongados del servicio eléctrico complican el acceso al agua de las familias cubanas, un recurso sobre el que también penden las amenazas del cambio climático.

“Cuando no es una rotura, hay algún mantenimiento, falta la electricidad o llega con poca potencia al tanque. Es estresante. Tengo la casa llena de pomos, macetas y tantos recipientes como puedo acumular. Si pudiera, llenaría hasta las cucharas”, dijo la comunicadora Dariena Valle, quien junto a su esposo y sus dos hijas viven en el cuarto piso de un edificio en el barrio de Alamar, al oriente de La Habana.

Valle dijo a IPS que “el ciclo normal es cada dos días, pero uno vive con el miedo de si se cumplirá o no, y si tendrá tiempo para completar todo cuando llegue”.

En la oriental ciudad de Holguín, Ernesto Arencibia considera que la situación es “crítica” en el barrio de Harlem, donde vive, con ciclos de suministro “que van 40 días sin agua”.

Arencibia, ingeniero eléctrico, dijo a IPS que en su zona no existen fuentes alternativas como pozos. “Si el gobierno no envía o demora el envío de una pipa (vagón cisterna), tenemos que comprarla nosotros solos en unos 5.000 pesos (unos 14 dólares al tipo de cambio informal), más del doble del salario mínimo”, dijo .

“Se tira mucha agua, por rotura de tuberías o falta de flotadores en las cisternas. Cuando llega el agua, las aceras y las calles se convierten en ríos”: María Sarmientos.

El aumento de los apagones en marzo, en ocasiones de más de 12 horas diarias por escasez de combustible y averías y mantenimientos en las centrales de generación eléctrica, “y en menor medida fallos en los equipos de bombeo” incidieron negativamente en los ciclos eléctricos. suministro en varios territorios, afirmó Alexis Acosta, vicepresidente del Grupo Empresarial Agua y Saneamiento.

“Los principales problemas están en las zonas orientales del país, mientras que en el centro tenemos dificultades, sobre todo en algunos territorios montañosos y en la ciudad de Santa Clara. Ahora mismo el número de afectados en Cuba ronda las 500.000”, explicó el directivo durante una intervención televisiva el 10 de abril.

Precisó que en la Isla existen dos mil 678 localidades con sistemas de acueductos, tres mil 144 estaciones de bombeo y 24 mil 655 kilómetros de tuberías de acueducto.

Dos personas cargan baldes con agua potable a una casa en La Habana. Los datos oficiales más recientes indican que más de 8,3 millones de personas en Cuba cuentan con conexiones para recibir agua en sus hogares, y 475.000 acceden al recurso a través de camiones cisterna.

Acceso

De los 11 millones de habitantes que residen en este país insular caribeño, más de 8,8 millones de personas (79,4%) acceden a la red de abastecimiento de agua.

Sólo el 48% de ellos se beneficia “de un sistema de abastecimiento con indicadores de calidad, accesibilidad y disponibilidad que los convierten en sistemas marcados por una gestión segura”, puntualizó Acosta.

El primer Informe Nacional Voluntario de Cuba sobre la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (ODS), presentado en 2021, indicó que el 98,3% de la población tenía acceso al agua potable, pero solo el 86,4% de la población urbana y el 44,5% de la rural tener conexión domiciliaria.

Las estadísticas más recientes ilustran que más de 8,3 millones de personas cuentan con conexiones para recibir agua en sus hogares, mientras que 475.000 acceden al líquido a través de camiones cisterna.

En el caso de la población con conexiones intradomiciliarias, poco más de cuatro millones (la mitad) la reciben diariamente; otros 2,1 millones en días alternos, 1,5 millones en periodos de tres a nueve días, y más de medio millón de ciudadanos cada 10 o más días.

Por otro lado, 535.876 personas (6,1% de la población) se ven afectadas por alguna “eventualidad”, que incluye rotura de equipos, por un ciclo de servicio superior a siete días, o falta de electricidad, entre otros problemas, hay muchos datos. .

“Hace semanas cambiaron algunas válvulas en la zona y el agua ha mejorado. Llega cada cuatro días, por las mañanas, pero la presión no es buena. “Quien no tiene un ladrón de agua (impulsores) tiene mucho trabajo para abastecerse”, dijo María Sarmientos, una trabajadora doméstica que vive en la llamada zona baja del céntrico barrio del Vedado, en la capital cubana. IPS.

“Se vierte mucha agua por rotura de tuberías o falta de flotadores en las cisternas. Cuando llega el agua, las aceras y las calles se convierten en ríos”, lamentó Sarmientos.

Directivos del sector hidráulico reconocen la existencia de entre 2.500 y 3.000 fugas por las que, según estimaciones, se escapa más del 40 % del agua bombeada en Cuba.

A esta situación contribuye, además de las roturas de tuberías, la escasez de hardware y piezas para reparar las redes intradomiciliarias.

“Sería muy bueno que se vendieran tanques, tuberías, mangueras, uniones y otros accesorios a precios asequibles. Muchos de estos productos están en manos de revendedores en el mercado negro, con precios muy elevados. Vender con mayor frecuencia filtros de agua e hipoclorito también ayudaría a mejorar la calidad”, dijo a IPS Ana Denia Soler, profesora residente en La Habana.

Una mujer camina junto a las tuberías que integrarán una nueva red de abastecimiento de agua potable en La Habana. Cuba cuenta con tres fábricas de tuberías de polietileno de alta densidad, con diámetros de hasta 1.200 milímetros para conductores, con el fin de reponer una parte de la infraestructura muy deteriorada.

Riesgos

La disponibilidad de agua es un tema estratégico en el archipiélago cubano, altamente dependiente de las lluvias, que son más abundantes de mayo a octubre y durante el paso de los ciclones tropicales. La forma larga y estrecha del país hace que sus ríos sean cortos y de poco caudal.

En la última década se han registrado marcados periodos de escasez de precipitaciones, como el que afectó al 70% del territorio nacional de 2014 a 2017, así como la sequía meteorológica durante el último trimestre de 2022 y el primer semestre de 2023.

Diversos estudios predicen que el clima de Cuba tenderá a menores precipitaciones, mayores temperaturas y sequías más intensas, y que hacia 2100 la disponibilidad de agua podría reducirse en más de un 35%.

La extensión de los períodos secos requerirá una aplicación intensiva de la ciencia, el seguimiento, la innovación y las perspectivas de evaluación ante este extremo climático, afirman los especialistas.

También como consecuencia del cambio climático se proyecta un aumento del nivel del mar, fenómeno que agravará la intrusión salina a la que hoy son vulnerables 574 asentamientos humanos y 263 fuentes de abastecimiento de agua, según informes oficiales.

La isla tiene capacidad para almacenar más de 9.000 millones de metros cúbicos de agua en unos 245 embalses.

Hasta el 15 de febrero los embalses acumulaban el 66% de su capacidad, aunque en provincias como La Habana, Mayabeque, Sancti Spíritus y Ciego de Ávila el llenado no superó el 50%.

Trabajadores de la empresa Aguas de La Habana preparan la zanja donde se instalará una nueva tubería de agua potable. El presupuesto del Estado, así como las contribuciones de la colaboración internacional, han apoyado, en los últimos años, inversiones para ampliar y modernizar las infraestructuras del sector hidráulico.

Soluciones

Tanto el presupuesto del Estado como el capital procedente de la colaboración internacional han apoyado, en los últimos años, inversiones para ampliar y modernizar las infraestructuras del sector hidráulico.

Destacan proyectos y fondos de naciones como Arabia Saudita, Kuwait, Japón, España, Francia y la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), entre otras.

Destaca la construcción de trasvases para controlar posibles inundaciones y desviar agua a largas distancias, con el objetivo de apoyar las labores agrícolas, además de abastecerlas a comunidades y centros turísticos y, en algunos casos, instalar minicentrales hidroeléctricas.

Tres fábricas en el país producen tuberías de polietileno de alta densidad, con diámetros de hasta 1.200 milímetros para conductores, con el fin de reemplazar parte de la infraestructura deteriorada.

También se han inaugurado plantas desalinizadoras en algunas de las 15 provincias cubanas, con el fin de crear puntos de fácil acceso en poblaciones afectadas por altos niveles de salinidad en sus fuentes.

Según José Antonio Hernández, presidente del Grupo Empresarial Agua y Saneamiento, actualmente trabajan en tres principales programas de inversión que incluyen el reemplazo de equipos de bombeo, medición y cambio de matriz energética.

En el programa televisivo del día 10, Hernández afirmó que lo que “tiene más impacto en la mejora del servicio en el país es la adquisición de equipos de bombeo”, y mencionó que de los 1.063 adquiridos en el exterior se han instalado 803.

Con el fin de promover un manejo más sustentable del vital líquido, se ejecuta un programa de transformación de la matriz energética en más de mil 300 sistemas de acueductos, en línea con la política nacional para el desarrollo de fuentes de energía renovables y su aprovechamiento. eficiente.

El programa prevé sustituir el 37,4 % de los equipos de bombeo con el apoyo de paneles solares fotovoltaicos, con proyecciones de mejorar el suministro a cerca de 400.000 cubanos.

En ese sentido, Hernández se refirió a la compra de baterías para darle vitalidad a los generadores eléctricos.

Asimismo, “se ha dado prioridad a la compra de productos químicos para garantizar la potabilización del agua”, junto con la reparación de averías, dijo.

La Constitución protege el derecho de los cubanos al agua potable y a su saneamiento, con la debida remuneración y uso racional, mientras que la Ley de Aguas Terrestres, de 2017, orienta la gestión integrada y sostenible del recurso.

El gobierno también se comprometió a cumplir con los 17 ODS, adoptados por Naciones Unidas en 2015, el sexto de los cuales proyecta el acceso a agua potable y saneamiento para toda la población para 2030.

ED: por ejemplo

 
For Latest Updates Follow us on Google News
 

PREV Tras los pasos del exgobernador de Antioquia Antonio Roldán inmolado en su ciudad natal
NEXT Argentina ya no está lejos de la autosuficiencia