una historia particular el último libro de Manuel Vicent, un relato autobiográfico que es también la historia del siglo XX a través de la inteligente perspectiva del autor. Ficción y autobiografía se entrelazan en este libro en el que Manuel Vicent, uno de los cronistas más agudos de nuestros días, aborda la historia reciente de España de una manera evocadora y muy literaria y muestra su propia visión –vitalista, sensorial y nostálgica- de la existencia y el paso del tiempo. Hay recuerdos felices y agitados, hay recuerdo del pasado, alegría y rebelión. Y también sueños cumplidos y derrotas inexorables.
«Qué certera es la mirada de cronista de Manuel Vicent.José Sacristán
«La vida, como el violín, sólo tiene cuatro cuerdas: naces, creces, te reproduces y mueres. Con estos mimbres cada historia personal se teje con toda una maraña de sueños y pasiones que el tiempo macera a medias con el azar.
Un niño monta por primera vez uno de los caballos de cartón en un tiovivo sin imaginar que esa forma de galopar, arriba y abajo, siempre una vuelta más, presagia todo lo que va a pasar con el paso de los años. La música, las canciones, las lecturas, los perros, los coches y el mar –siempre el mar– se entrelazan con los sueños, los amigos, los amores, las heridas y los momentos de belleza que conforman una vida.
El crítico ha dicho:
«Me deslumbró su forma de mirar y contar la vida, todavía lo hace. […] Leyendo sus libros pienso: esto es la felicidad.
Día a día (cadena SER)
«Durante los últimos años, Manuel Vicent ha ido elaborando una excelente crónica de la historia de España. […] con una escritura exquisita que fluye con elegancia.
Eva Cosculluela (Heraldo de Aragón)
«La belleza en Manuel Vicent está en la exactitud de la frase. Esa es la belleza literaria.
Manuel Gutiérrez Aragón
“Preciso y alegórico en el uso de la palabra”.
María Serrano, El debate
«Un escritor que siempre se retrata bajo todo lo que cuenta, en medio de un lenguaje que pela como una naranja jugosa que se pela perfectamente, que la enciende y la consume como si fuera un Marlboro americano, o que pone una sola piedra de hielo. y la medida exacta para que sea una de esas bebidas que se toman con suavidad, que te ligan a su sabor y aroma, y de cuya marca, Vicent, uno acaba siendo fan.
Guillermo Busutil, La Opinión de Málaga
«Un magnífico cronista […] capaz de captar los más mínimos detalles de personajes y objetos, y de analizar, con mimo y sutileza, los sentimientos de las criaturas que aparecen en sus textos.
Ascensión Rivas, La cultura
