Un mundo fascinante, terrible y feroz – .

Un mundo fascinante, terrible y feroz – .
Un mundo fascinante, terrible y feroz – .

Sapukái es apenas un niño cuando le arrebata las sandalias a su padre borracho para ir a trabajar a los grandes bosques del norte argentino. Allí, junto a su amigo Lito, aprende a pedir permiso a los enormes árboles, con reverencia y humildad, antes de talarlos con el hacha. Allí descubre que, en lo profundo de la selva, la vida de un hachero vale menos que la del caballo del que tira los troncos.

A continuación reproducimos el texto leído por Juan Carlos Méndez Guédez en la presentación de la novela sapukai (Hoja de hojalata), Guillermo Rozen la librería La Mistral de Madrid.

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Esta novela de Guillermo Roz me ha hecho plantearme una pregunta que quizás no había pensado antes. ¿Cuántos años tenemos al momento de leer? Quién de tantas personas que hemos sido, unidas sólo por un nombre, pero separadas por ciudades, personas, texturas de la piel, brillos de los ojos, es la que lee, es la que somos en el momento en que entramos en una ¿página?

Imaginamos que con el paso de los años nos convertimos en lectores más astutos, más hábiles, más selectivos, más sagaces. Imaginamos que esta maduración es un progreso. Pero sapukaiesta maravillosa novela de Guillermo Roz, me ha hecho dudar de esta certeza.

¿No hay un encanto perdido en la inocencia con la que abordamos nuestras primeras historias? ¿No hay una necesaria ligereza en la forma en que hace muchos años los libros nos revelaban el mundo?

Lo menciono, porque al leer sapukai Sentí que me acercaba a ese adolescente casi niño que frotaba sus ojos contra las páginas y no encontraba en ellas tipos de narrador, ritmos, construcciones, cambios de registro; un adolescente que simplemente entró de lleno en la historia, que quedó absorto en ella y se sintió caminar entre sus páginas.

Así leo a Verne, Conrad, Salgari, llevado por un entusiasmo febril que he recuperado con la última novela de Guillermo Roz.

Así leo a Verne, Conrad, Salgari, llevado por un entusiasmo febril que he recuperado con la última novela de Guillermo Roz. Les juro que por momentos me veía en mi barrio de Caracas o en la casa de mi familia en Barquisimeto, tratando de que nadie me hablara, de no molestarme, que el mundo me pasaría de largo porque solo quería estar y permanecer en la historia apasionante y lejana que estaba leyendo.

Creo que fue Ian McEwan quien una vez dijo que no entregaba sus manuscritos a otros autores para que los leyeran, porque sólo podían decirle cómo habrían escrito esa historia. Hay un ojo sagaz, pero también demasiado profesional en la mirada que tenemos a lo largo de los años, y al leer. sapukai Solté ese peso por una razón muy sencilla: estaba emocionada y quería saber más y más, quería saber más y más de ese mundo fascinante, terrible y feroz que Roz ha construido en este libro.

Un libro que comienza con su título: sapukai (que entendemos proviene del guaraní y tiene un significado absolutamente poético que combina el sonido con la vista y es una invocación para que el mundo no se acabe) nos ofrece una palabra mágica que nos promete un mundo de aventuras, un mundo de epopeyas como las que leemos en la infancia. Nombre del personaje que seguiremos en estas 331 páginas y que en su sonido ya es una invitación y un hechizo.

Pero debo señalar algo que entendí después de la emoción de estas páginas. Así como en aquellos años remotos podíamos leer novelas de aventuras en las que grandes hombres conquistaban territorios lejanos poblados de figuras borrosas, esta novela da un giro y mantiene ese tono épico, pero da voz a esas figuras que antes eran sólo parte del escenario; hasta el punto de humanizarlos; los revela; de la misma manera que revela cómo los paisajes conquistados son, en definitiva, territorios destruidos por la codicia.

Esa es una de las bellezas de la escritura, de cada libro surge un libro que lo replica, lo complementa, lo amplía, lo cuestiona.

La historia de sapukai lo vemos, lo vemos muy de cerca, sentimos su respiración y sus texturas

Esta novela de Roz redimensiona lo que podemos pensar sobre la aventura y el progreso; Lo hace con mucha habilidad, moviendo el foco de la narrativa entre un personaje y otro, con una maestría que hace que cada cambio sea imperceptible, pero que acumula capas de significado dentro de nuestras emociones y nuestro entendimiento. También es una novela visual, pero no lo digo sólo en el sentido cinematográfico, que a estas alturas puede parecer muy útil, sino pensar en lo que dijo Henry James cuando propuso que en lugar de decir las cosas, era mejor mostrarlas..

La historia de sapukai Lo vemos, lo vemos muy de cerca, sentimos su respiración y sus texturas.

No voy a ampliar más. Más allá del placer que me dio este libro, encuentros como este me recuerdan una historia que aparentemente sucedió en las Islas Canarias. Un presentador de libros habló durante cincuenta y nueve minutos, desgranando cada detalle de la novela, analizando cada capítulo, haciendo sugerencias e incluso señalando algunas imprecisiones gastronómicas reseñadas en la página 44.

En el minuto restante para terminar la presentación, el autor sólo atinó a decir: Buenas noches a todos, gracias por venir.

No queremos que eso suceda hoy, así que le dejo la palabra a Guillermo Roz para que nos hable de su libro, que nos hable de fantasmas, que nos hable de un médium que le dio algunas pistas imprescindibles para emprender esta historia.

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Autor: Guillermo Roz. Calificación: sapukai. Editorial: Hoja de estaño. Venta: Todos tus libros.

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