Abdul Qader Al-Sarhi, de 13 años, murió por desnutrición en el Hospital de los Mártires de Al-Aqsa, situado en la ciudad central de Deir Al-Balah, anunció el centro sanitario en un comunicado.
Las autoridades del enclave costero afirman que el número de muertes por esta causa es en realidad mucho mayor porque solo contabilizan a los que fueron ingresados en hospitales.
Desde principios del mes pasado, el paso de Rafah, en la frontera con Egipto, se encuentra cerrado tras la ofensiva terrestre lanzada por el Ejército israelí contra el lugar y la ciudad del mismo nombre.
Ese cruce fue la única puerta de Gaza al mundo durante más de siete meses, tanto para evacuar a heridos y enfermos como para llevar alimentos, combustible y medicinas al territorio.
La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios advirtió esta semana sobre el riesgo de desnutrición mortal y hambruna entre las personas más vulnerables de Gaza e insistió en la urgencia de ayudarlas.
El portavoz de esa organización en Ginebra, Jens Laerke, señaló que los habitantes de Gaza “no están recibiendo la cantidad que necesitan desesperadamente para evitar la hambruna, para evitar todo tipo de horrores que vemos”.
Es muy, muy poco lo que circula en este momento, aseguró el funcionario.
La Organización Mundial de la Salud reveló recientemente que el 85 por ciento de los niños menores de cinco años no habían comido durante 24 horas al menos una vez en los tres días anteriores a una encuesta rápida sobre inseguridad alimentaria.
La encuesta también encontró que el 95 por ciento de los niños de seis a 23 meses comen dos o menos grupos de alimentos diferentes por día.
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