El indulto presidencial, adoptado hace horas, tiene un doble objetivo: celebrar el 44º aniversario de la independencia del país, antaño llamado Rodesia, en el que estaba vigente un sistema de gobierno racista, inspirado en el de Sudáfrica, y reducir el hacinamiento en las cárceles.
La medida es secuencia de otra similar y para el mismo número de condenados, dictada en mayo pasado, cuando las cárceles de Zimbabue, con capacidad para 17.000 reclusos, albergaban a 22.000, según datos oficiales.
Según la amnistía, también saldrán en libertad los condenados a pena de muerte, reducida a cadena perpetua, y con una estancia de 20 años o más de prisión, al igual que las mujeres y los jóvenes que hayan cumplido un tercio de sus penas. , los ancianos y los enfermos terminales.
Los ciegos y los presos con otras discapacidades condenados a la pena capital también serán liberados, precisa la orden del presidente.
Sin embargo, la amnistía exime a los sancionados por delitos sexuales, robo, violencia pública, posesión ilegal de armas de fuego, trata de personas y robo o vandalismo de infraestructura eléctrica o de telecomunicaciones, quienes permanecerán en cárceles.
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