El jefe de la Misión de Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUSCO), Bintou Keita, advirtió este miércoles ante el Consejo de Seguridad de la ONU del deterioro de la seguridad en el este del país y destacó que “no existe una solución militar sostenible al conflicto”. Keita, que ha señalado que el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) “ha logrado avances significativos y ha ampliado su territorio a niveles sin precedentes” desde las elecciones de diciembre, ha destacado la importancia de un proceso político que aborde las causas profundas. En este sentido, ha indicado que si bien la crisis del M23 llama mucho la atención, “también es crucial” señalar las atrocidades cometidas por las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF) y las desastrosas consecuencias para la población civil, especialmente en la frontera entre Kivu del Norte e Ituri, donde han muerto unas 200 personas desde principios de año. También ha añadido que la inseguridad se ve alimentada por las acciones de la milicia de la Cooperativa Congoleña de Desarrollo (CODECO), así como de otros grupos armados, entre ellos las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), vinculadas al Estado Islámico. Asimismo, ha condenado los ataques con disparos directos o indirectos contra fuerzas de paz. “La escalada de tensiones entre Ruanda y Burundi que llevó al cierre de su frontera por parte de Bujumbura -antigua capital de Burundi y sede de su Gobierno- es una cuestión adicional que podría conducir a la desestabilización de la provincia y de la región”, señaló . PAÍS MÁS AFECTADO POR LA INSEGURIDAD ALIMENTARIA El jefe de la MONUSCO ha denunciado que esta situación de inseguridad se produce en un país con una gran crisis humanitaria, ya que más de 7,1 millones de personas han sido desplazadas, mientras que 23,4 millones sufren de inseguridad alimentaria. “Uno de cada cuatro congoleños se enfrenta al hambre y la desnutrición, lo que convierte a la República Democrática del Congo en el país más afectado por la inseguridad alimentaria”, lamentó. Hay zonas que enfrentan oleadas masivas de desplazados internos, se han reportado miles de casos de violencia de género y explotación sexual en el país, pero el plan de respuesta humanitaria solo ha recibido el 40 por ciento de lo necesario. El representante de la República Democrática del Congo ha afirmado que la situación en la zona oriental del país es responsabilidad “total” del Gobierno de Ruanda, sus Fuerzas Armadas y “los terroristas del M23”. Así, ha denunciado que esta “coalición del eje del mal” ha lanzado misiles contra propiedades de la MONUSCO, provocando la muerte de cascos azules. El Ejército congoleño seguirá movilizándose hasta que se restablezca la autoridad del Estado sobre sus territorios, subrayó, aunque ha destacado los esfuerzos diplomáticos a nivel regional, reconociendo que su país está “decidido a establecer una paz duradera en todo el territorio” aunque “No aceptará ningún acuerdo frontal”. Por su parte, el representante de Ruanda ha criticado la presencia de la misión de la ONU en su país vecino, mencionando que a pesar de ello la seguridad ha empeorado y el número de grupos armados ha aumentado, con su consiguiente daño a la situación en Ruanda. Derechos Humanos y población civil. “El discurso de odio, la persecución y la limpieza étnica contra las comunidades tutsis congoleñas alcanzaron niveles sin precedentes bajo la vigilancia de la comunidad internacional”, advirtió contra lo que considera una falta de voluntad política que obstaculiza el progreso de la MONUSCO.
