liderando un estudio de arquitectura líder en América y el desafío de exportar servicios al mundo – .

Martín Gómez Platero Nació en Punta del Este hace 57 años. Estudió en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República (Udelar) y se inició en este campo como cadete en el antiguo estudio que su padre tenía con dos arquitectos.

En 2002 decidió disolverlo y creó Estudio Gómez Platero, su proyecto personal. Hoy la firma es un referente en proyectos arquitectónicos tanto en Uruguay como en casi todos los países de América Latina.

Su primer proyecto internacional, ese mismo año en Ecuador, fue el germen de la actual empresa porque lo salvó de la crisis y además le permitió contratar a los mejores arquitectos de su generación que en ese momento no tenían trabajo. Desde entonces no ha dejado de crecer y hoy ve grandes desafíos en sumar innovación y abrir Uruguay al mundo.

-Su estudio se ha convertido en un referente en la región, ¿cómo es la actividad hoy?
-Nosotros estamos muy bien. Hoy somos unas 230 personas trabajando, de las cuales el 80% son arquitectos. Desde México hasta Argentina tenemos proyectos en prácticamente todos los países de Latinoamérica, excepto Brasil, Chile y Venezuela. La diferencia entre el exterior y Uruguay es que aquí hacemos dirección de obra. En el extranjero hacemos el anteproyecto y el proyecto ejecutivo, lo entregamos y ahí termina. Aquí hacemos el anteproyecto, el proyecto ejecutivo y en el 95% de los casos la dirección de obra, lo que significa que tenemos una relación con el cliente y con el proyecto de cinco, seis, ocho o diez años. Tener proyectos en el extranjero nos motiva mucho, nos convierte en un mejor estudio para poder trabajar en diferentes culturas, ciudades, entornos. Por eso viajamos mucho al lugar, nos gusta un “baño de inmersión”. Estoy muy agradecido con mi profesión por muchas cosas, sobre todo por haber conocido América Latina como lo estoy haciendo. Incluso mi primer cliente internacional fue clave para la vida actual de la empresa. Fue en el año 2002, había disuelto el estudio anterior y creado el actual pero por la crisis quedó casi disuelto. En ese momento, la ciudad de Guayaquil se encontraba en un proceso de reformulación general y Guillermo Lazo, quien es el actual presidente del Ecuador, asumió la responsabilidad de construir la terminal de autobuses. Mandó a su gerente a investigar las mejores terminales de autobuses del continente y como Tres Cruces es un ejemplo, vinieron. Entonces me llamó Carlos Lecueder y me dijo que habían hablado con él y me había recomendado para el concurso. Me reúno con ellos, les digo que estoy interesado, pero tenía que ir a ver el proyecto a Ecuador. Decidí invertir y fui. Allí conocí a Guillermo Lazo. Ganamos y ese proyecto me permitió traer a los mejores arquitectos de mi generación que en ese momento estaban sin trabajo. Ése es el germen del actual estudio de Gómez Platero. Pero ahí también cometí un gran error. El trabajo duró del 2002 al 2007 y como Uruguay había repuntado y yo tenía trabajo local, decidí concentrarme en el país. Por suerte, en 2010, Lazo me llamó a la torre del Banco de Guayaquil por su cumpleaños número 100. Acepté, allí entendí que debía apostar por los negocios internacionales y instalé una oficina en Ecuador. Y no paramos más. Hoy somos muy proactivos, participamos en congresos y tenemos más trabajos que mostrar.

Hoy somos unas 230 personas trabajando, de las cuales el 80% son arquitectos. Desde México hasta Argentina tenemos proyectos en prácticamente todos los países de Latinoamérica, excepto Brasil, Chile y Venezuela.

-En proyectos y facturación, ¿cómo se comporta Uruguay respecto al exterior?
-En facturación, cerca del 60% es Uruguay porque hacemos dirección de obra, que es el 34% de los honorarios. En cuanto al número de proyectos, estamos ejecutando 194 en paralelo, de los cuales 109 están en Uruguay. La empresa ha ido creciendo de forma constante hasta la pandemia, cuando nos estancamos. Éramos 100 personas pero quería apoyarlos a todos. Teníamos algo de dinero, pudimos aguantar un poco y les hice una propuesta de que todos ajustemos nuestros salarios, los más altos más y los más bajos menos, y con eso les garanticé trabajo hasta el 30 de diciembre. Aceptaron y yo capaz de mantener el gran equipo que tenemos. Volvimos a crecer y hoy somos más de 230 profesionales. Desde entonces hemos crecido un 25% y este año será más.

-¿Es fácil exportar arquitectura desde Uruguay?
-Soy un gran hincha de Uruguay y de los uruguayos. Para vender arquitectura uruguaya al mundo lo primero es tener un buen nivel profesional y los arquitectos en Uruguay son buenos en cualquier lugar. Cada vez que entro a una reunión en algún lugar de Latinoamérica, ser uruguayo es un plus. El otro es actitudinal y es donde se debe poner más énfasis. Desde Uruguay se puede trabajar para el mundo pero hay que arriesgarse, competir, mirar más allá del país. Tienes que ir a conferencias, viajar, apostar. Hoy las barreras son más bajas que antes y por eso existe una enorme oportunidad.

-¿Tienen previsto abrirse en nuevos mercados?
-Tenemos oficinas comerciales en México, Ecuador y Colombia, y la producción se realiza en Uruguay. Este año haremos nuestro primer proyecto en Estados Unidos, en Miami, para un cliente de Guatemala que va a invertir en esa ciudad. Vamos con un socio local.

Martín Gómez Platero. “Los arquitectos en Uruguay son buenos en cualquier lugar. Cada vez que voy a una reunión en algún lugar de Latinoamérica, ser uruguayo es un plus”

Foto de : Leonardo Maine

-El año pasado te uniste a Microsoft Lab, ¿qué papel juega la innovación en el estudio?
-Sé poco de tecnología, pero me encanta todo lo que tenga que ver con innovación. Un día dos grandes referentes hablaban de la reciente salida de OpenAI. Les pregunté, me lo explicaron y quedé impresionado. Cuando llego al estudio digo “esto viene, hay que estar atentos”. Durante la pandemia había contratado a Juan Ciapessoni para que nos asesorara en innovación. Y cuando me dice que Microsoft va a montar un laboratorio aquí, ya que es el principal accionista de OpenAI, decido hacer una alianza para trabajar en inteligencia artificial (IA). Ahora también buscamos fortalecer esa alianza con GeneXus y global. En IA estamos trabajando en anteproyectos. Por ejemplo tenemos varios programas de IA a los que le damos el diseño de una planta o lo que estás armando y te devuelve opciones en diferentes lenguajes arquitectónicos que luego tomamos o descartamos. Acelera enormemente la productividad. Lo que nunca reemplazará es al mayor que termina diciendo que esto es bueno o malo. Hay gente que le tiene miedo a la IA, yo soy totalmente optimista y el estudio tiene que estar por encima de la IA porque si no nos vamos a quedar.

Hay gente que le tiene miedo a la IA, yo soy totalmente optimista y el estudio tiene que estar por encima de la IA porque si no nos vamos a quedar.



-¿Llegará el momento en que una persona le diga a una IA en lenguaje natural que arme un proyecto arquitectónico?
-No, porque incluso diciendo el mismo mensaje, un estudio pensará que una opción es buena y otro estudio no. Por tanto, siempre habrá estudios buenos, más o menos y malos, porque es una cuestión de diseño y talento. La IA ayudará a mejorarlo, pero si eres malo seguirás siendo malo.

-¿Qué desafíos tiene Uruguay para seguir desarrollándose?
-La educación es clave. Habrá que hacer reformas constantemente porque todo cambia rápidamente. Lo que se enseña hoy cambiará el año que viene. Hay que tener una educación totalmente flexible hacia lo que viene y no encasillarse. Siempre habrá carreras específicas como arquitectura, ingeniería, medicina, derecho, pero hay que flexibilizarlas. Me gusta la frase “cada uno tiene su camino, el final ya está definido pero el ancho dependerá de nosotros”. Uruguay necesita estar muy actualizado en educación. Otro desafío es la apertura al mundo. Los arquitectos que lo reciban no sólo deben trabajar para Uruguay sino para el mundo. Todavía no tenemos esa formación, no la damos. De la Facultad de Arquitectura sales muy bien formado, pero hay que estar muy abierto y atento a lo que pasa en el mundo. Por ejemplo, me molesta un poco cuando me preguntan sobre ciudades inteligentes, porque generalmente la gente piensa en una ciudad tecnológica y una ciudad inteligente es aquella que está bien planificada, que tiene buenos espacios públicos, que tiene flexibilidad para atender lo que viene. , donde el peatón es el protagonista, donde todo está en un radio de 15 minutos. Es la ciudad que quieres visitar cuando viajas. La parte tecnológica es una mercancía. Hoy estamos haciendo tres ciudades, +Colonia, una en Ecuador y otra en Guatemala.

-En la exportación de servicios, ¿cómo define al país en términos de conectividad aérea, Internet y competitividad?
-La conectividad a Internet está bien. La conectividad aérea mejoró, pero todavía estamos débiles. Hoy para ir a Europa solo tenemos una ruta directa que es Madrid, luego todo vía San Pablo, Buenos Aires o Panamá. Para que vengan más inversores, deben hacerlo fácil y rápidamente. Si tuviéramos un vuelo Montevideo-París dos veces por semana, habría más franceses invirtiendo aquí. Las personas que descubren Uruguay se enamoran del país. Se está haciendo mucho, pero aún queda mucho por hacer. Y en términos de competitividad, Uruguay es caro, pero no sólo por el dólar. Debemos buscar la competitividad en otra parte. El dólar influye, pero también el precio de la electricidad, así como otros servicios y el coste de la vida. Hay que buscar formas de competitividad que no estén sólo en el tipo de cambio.

 
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