Un debate a la hora de intervenir en un edificio – .

Un debate a la hora de intervenir en un edificio – .
Un debate a la hora de intervenir en un edificio – .

Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sur en temas relacionados con el patrimonio arquitectónico y el urbanismo. Ha publicado artículos en las revistas Propiedad, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referentes a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió la primera mención de ADEPA en la categoría Cultura e Historia.

Audionota: Juan Ignacio Zelaya

“Es una casa que tenemos que salvar. “Vamos a hacer una propuesta diferente, que nos permita preservarla e incorporarla al proyecto”.

Esta fue, palabra más palabra menos, la respuesta que el estudio de arquitectura dio a los inversores que van a construir un edificio en altura en Soler y Las Heras. La sugerencia fue bien recibida y se presentó al municipio un proyecto que incluye la nueva construcción y mantiene el edificio existente.

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Un pensamiento similar se constató hace siete años también cuando se presentó a la comunidad el proyecto de una torre de 22 pisos que surgiría del edificio centenario sobre las avenidas Colón y Brown, preservando el inmueble original y adaptándolo a nuevos usos.

Las Heras y Soler: la propuesta para mantener la propiedad original

Ninguna de las dos propuestas ha conseguido hasta el momento obtener viabilidad por parte del ayuntamiento, dado que plantean excepciones al Código Urbanístico, con el fin de incrementar la superficie a construir y ajustar el número de garajes disponibles.

Casa Rudolf, plano de planta original

Más allá de estos casos concretos, resulta interesante analizar la propuesta de construir una obra nueva sin derribar la existente, haciendo que ambas convivan.

Avenida Colón y Brown: una torre sobre la obra patrimonial

Aunque existen muchos ejemplos en el mundo donde se ha aplicado este criterio, no es una opción libre de controversia. Así como existe la idea de que hay que diferenciar una ampliación actual de una anterior –es decir, cada época con su lenguaje y materiales– otros sugieren que no está mal ampliar siguiendo el estilo existente. No existe una posición única.

En nuestra ciudad la demolición siempre ha sido el camino elegido. Es por eso que consultamos a profesionales de la arquitectura y docentes locales para conocer su opinión sobre esta alternativa de construcción.

no competir

Martín Castro es arquitecto, profesor de la Universidad Nacional del Sur (UNS) y exdirector de Planificación Urbana del municipio. En su opinión, construir sobre lo existente es un camino válido, aunque cada intervención de este tipo debe considerar el contexto y el tipo de trabajo.

“Si un edificio tiene un valor determinado y se pretende salvaguardar, se puede construir encima, al costado o de cualquier forma pero sin perder de vista que se trata de agregar valor al inmueble, de ninguna manera ¿Pueden competir las dos propuestas? Entiendo que la ampliación debería ser una arquitectura bastante austera desde el punto de vista formal”.

Mencionó algunos ejemplos del país y del mundo, en los que predomina “un lenguaje neutro, que respeta ritmos y alineaciones”. Finalmente, señaló que sería importante implementar algunos beneficios para quienes mantienen un edificio o le agregan valor.

Coexistir

Andrés Moroni es arquitecto, con doctorado realizado en Japón y profesor de arquitectura en la UNS.

“Es un tipo de intervención admisible para preservar determinadas propiedades y hacerlas convivir con una obra nueva, estableciendo un diálogo entre ambas propuestas. Por supuesto, entran en juego su ubicación, el entorno construido y pensar qué perfil de ciudad queremos preservar”.

Las Heras y Soler, detalle.

Destacó que en este tipo de intervenciones “la habilidad del diseñador” es clave para lograr armonía entre las obras y generar una propuesta válida.

“Por supuesto, este tipo de trabajo altera el edificio original. Quien pretende preservarlo no lo hace en términos estrictamente patrimoniales. Pero el dilema que se plantea es intentar preservarlo mediante una nueva propuesta o derribarlo”.

Preservar

Bernardo Roselló es arquitecto, con carrera en Roma y nuestra ciudad.

“El hecho de preservar me parece plausible, pero en cualquier intervención de este tipo el proyecto es importante. No se puede disociar una cosa de la otra, lo nuevo de lo existente, tiene que ver con el equilibrio de las partes, con lo cromático, con las texturas de los materiales viejos y nuevos”.

Y añadió: “Estoy de acuerdo con la estrategia de mantener fachadas de cierto valor, independientemente de que no estén catalogadas. Hay muchos trabajos existentes que son mejores que los nuevos. Lamentablemente no tenemos esa cultura y la ciudad ha perdido una cantidad importante de obras hermosas”.

Despegar

Claudio Pirillo es arquitecto y profesor de la UNS. En su opinión, construir sobre lo existente es una buena alternativa, aunque mencionó que requiere de algunas consideraciones generales.

“La idea de preservar el patrimonio es buena, pero no se trata sólo de preservar una fachada. El nuevo edificio, por ejemplo, debe diferenciarse del existente, ya sea mediante un espacio libre entre ambos u otro tipo de recurso. No es un simple añadido, debe haber un halo de sombra que marque el tiempo existente entre los edificios, que separe lo antiguo de lo contemporáneo. Debemos evitar la historia falsa”.

Criterio

Arrigo Reale es arquitecto, docente de la UNS y exdirector de Planificación Urbana del municipio. Se pronunció a favor de cualquier transformación que permita preservar un bien patrimonial o una obra preexistente.

“Es bueno que aparezcan cosas nuevas conviviendo con las viejas. Esto requiere un criterio de composición morfológica, que las dos propuestas dialogen y tengan buena relación. Ahora bien, si el proyecto no refleja lo que había antes y al mismo tiempo lo nuevo no tiene nada que ver con lo que existe, no me parece adecuado. Pero hay muchos especialistas que se pronuncian a favor de que lo nuevo conviva con lo viejo y lo fortalezca. Creo que eso es algo posible y cuando se consigue es magnífico”.

Interesante

Nicolás Trellini es arquitecto y docente de la UNS. Al igual que sus colegas, cree que es bueno preservar y construir lo nuevo sobre lo viejo mediante una propuesta que no distorsione lo existente y potencie lo nuevo.

“Al hacer este tipo de tareas, a veces es necesario transgredir el código de planificación, para obtener una excepción que es aceptable porque a cambio genera algo interesante para la ciudad”.

Por otro lado, hizo una propuesta más amplia y preguntó si es necesario construir tantos rascacielos en Bahía Blanca.

“¿Los necesitamos? Porque lo que pone en riesgo este tipo de obras es el patrimonio, incluso el que no está inventariado. ¿Una ciudad como la nuestra necesita este tipo de hábitat, a costa de destruir sus propiedades y atacarlas?

 
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