“Secuestro del vuelo 601” en Colombia: una cautivadora y musical historia de terror | REVISIÓN | CRÍTICA | TRANSMISIÓN | RESUMEN | VÍDEO | NETFLIX

“Secuestro del vuelo 601” en Colombia: una cautivadora y musical historia de terror | REVISIÓN | CRÍTICA | TRANSMISIÓN | RESUMEN | VÍDEO | NETFLIX
“Secuestro del vuelo 601” en Colombia: una cautivadora y musical historia de terror | REVISIÓN | CRÍTICA | TRANSMISIÓN | RESUMEN | VÍDEO | NETFLIX

Lo peor que podría hacer alguien que tenga la posibilidad de leer “Los condenados del aire” y su adaptación a la TV”,Secuestro del vuelo 601″, es tomarse un tiempo y compararlos. Miracol TV y Netflix se han tomado muchas libertades para llevar a la pantalla el libro del periodista Massimo Di Ricco sobre la ‘época dorada de los secuestros aéreos’ en América Latina.

Sin embargo, esto no generó necesariamente un resultado negativo. A pesar de las innumerables diferencias entre la exhaustiva investigación de Di Ricco y la serie creada por Pablo González y CS Prince, los seis episodios que vemos en pantalla son un producto musical, atrapante y, fundamentalmente, entretenido.

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“Secuestro del vuelo 601” cuenta la historia de Borja (Valentín Villafañe) y Solano (Alain Devetac), dos tipos que deciden secuestrar un vuelo nacional que tenía programado la aerolínea colombiana AeroBolívar. Aunque dos tipos, una pistola y una metralleta no parezcan suficientes para hacerse cargo de un avión entero, ambos consiguen poner nerviosos a los cuarenta pasajeros y la tripulación que se encuentran dentro del robusto avión.

Como ocurre en muchos hechos violentos, la propuesta de Netflix cuenta con verdugos, víctimas y (algo parecido a) héroes. Ya mencionamos los primeros. Los segundos son los pasajeros, pero fundamentalmente la tripulación. Desde las azafatas Edilma (Mónica Lopera) y Bárbara (Ángela Cano), hasta el propio comandante o piloto Richard Wilches (Christian Tappan) y su segundo en cabina Guillermo Lequerica (Johan Rivera).

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Quizás en una de sus principales diferencias con el libro, “Secuestro del vuelo 601” decide abstraerse notablemente del agitado ambiente político e ideológico en el que se desarrolla el secuestro (30 de mayo de 1973, Guerra Fría, Revolución Cubana, naciones tomando un posición, etc.) y pone ambos pies en lo dramático/humano. Para ello utiliza a los protagonistas antes mencionados, apoyados por un grupo de personajes secundarios de variada relevancia.

Quizás en este segundo grupo de actores destaque por encima de todos ‘Pirateque’, el manager del AeroBolívar interpretado por el actor Enrique Carriazo. Él toma la iniciativa cuando comienza el secuestro y, durante la primera mitad de la serie, se disfraza de héroe para, con notable valentía, enfrentarse no sólo a los piratas de la aerolínea, sino también a los irracionales directores de la aerolínea, e incluso al colombiano. gobierno mismo. , reacio a “negociar con criminales”.

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Siguiendo con esta priorización de lo dramático, el relato de la azafata Edilma Pérez resulta por momentos sumamente potente. La serie comienza con ella, mostrándola por primera vez como madre soltera abrumada por la energía de sus tres hijos menores. Al no encontrar a alguien que los cuide mientras ella trabaja, todo se retrasa y las cosas parecen complicarse en su trabajo. Pero el destino le brindará una oportunidad de oro para contrarrestar su inminente despido por incumplimiento: subirse al vuelo 601.

Perfilada como una madre al borde de la “locura”, el personaje de Edilma sufre una serie de transformaciones a lo largo de la serie. Y en este sentido, la actuación de Mónica Lopera es contundente. De la desesperación al llanto, pasando por el pánico más de una vez. La actriz de 38 años es capaz de transmitir fielmente cada uno de los momentos que vive en pantalla.

El secuestro real duró 60 horas y atravesó varios países.

Pero si la actuación de Lopera es sobresaliente, la de Christian Tappan está muy a la altura. Conocido por su trabajo en múltiples películas y series (desde “El patrón del mal” hasta la más reciente, “Primate”), el actor de 52 años no ha perdido en absoluto la capacidad de hacernos creer cualquier papel que tenga por delante. de él. . Y como ha dicho el autor del libro que inspira “Secuestro del vuelo 601”, en esta ocasión su papel del Comandante Wilches condensa las cabezas de las distintas tripulaciones que (en realidad) vivieron el secuestro allá por 1973. En la serie, Él y Lequerica lo son todo.

Wilches cumple plenamente con la responsabilidad de un comandante de vuelo: traer y transportar con vida a todos sus pasajeros. No le da la mano en ese sentido cuando lo amenazan, lo golpean o lo insultan. Y en las idas y venidas del secuestro –un acontecimiento traumático se mire como se mire– es capaz de enfrentarse a los piratas de las aerolíneas, de interrogarlos utilizando enfoques que van desde lo moral a lo filosófico. Todo sin descuidar en ningún momento el timón de tu avión.

El comandante Wilches sometido por uno de los piratas aéreos. (Netflix)

Si Edilma y Wilches representan la resistencia, del otro lado están los piratas aéreos. Borja y Solano cumplen claramente el papel de siniestros hombres armados que pueden desatar una tragedia en cualquier momento. No lo tienen fácil no sólo porque solo son dos y sus armas son limitadas, sino porque todo el ecosistema que los rodea es complejo: baños sucios, gente desesperada por el hambre, tripulantes reacios, autoridades irascibles y más.

Secuestro del vuelo 601″ tiene cuidado de no darnos sólo el relato ‘periodístico’ de horas de pánico a miles de pies de altura. La serie de Miracol TV ofrece varios detalles que llaman la atención, desde reflexiones sobre capitalismo versus revolución, hasta luchas de clases por el uso de un baño químico, pasando por la posibilidad de flotar recordando algunas de las canciones más emblemáticas y populares de la segunda mitad del siglo XX.

Mónica Lopera como la azafata Edilma Pérez.

Mientras una azafata camina hacia el avión al que debe abordar, o durante la resistencia de dos futbolistas amateurs contra las perversidades del sistema al que pertenecen, la propuesta de Pablo González y CS Prince incluye varios momentos sublimes, capaces de aislarnos por completo. desgracia. que sufren los secuestrados en la pantalla de nuestra televisión.

No hay nada nuevo si nos detenemos en la buena calidad de la industria televisiva colombiana. Se podrían escribir infinitas críticas reflexionando sobre el legado de “La patrona del mal” o “Betty la fea”, por citar sólo casos emblemáticos de la ‘televisión antigua’. Aunque ciertamente no es necesario retroceder tanto en el tiempo. Ya en la era del streaming, Colombia ha demostrado que puede estar al mismo nivel que industrias como México o Argentina.

Entre esas líneas, “Secuestro del vuelo 601″es un magnífico ejemplo de la evolución de las producciones colombianas. Porque, aunque aquí el drama personal se roba el protagonismo, se percibe claramente un esfuerzo por cuidar los detalles para asegurar un resultado satisfactorio. De los ambiciosos banda sonora mencionado, al vestuario de época, a través de un reparto que mezcla juventud y experiencia, pero sobre todo un innegable talento para transmitir emociones y sentimientos, por muy descarnada que sea la historia que hay detrás.

SECUESTRO DEL VUELO 601/NETFLIX

Sinopsis: Cuando un avión es secuestrado, dos azafatas deben burlar a los atacantes en medio de intensas negociaciones… tanto en el aire como en tierra. Basado en hechos reales.

Creado por: Pablo González, CS Príncipe

Elenco: Mónica Lopera, Ángela Cano, Christian Tappan.

Duración: Seis episodios

 
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