A Ciclón le costó entrar al partido. Ambos equipos se calibraron en los primeros minutos, que no tuvieron un dueño claro. Pero el visitante logró adaptarse. Inteligente, Romagnoli insistió a sus centrocampistas para que ellos se hicieran cargo de asfixiar a Mosqueira. Con el volante central tapado, Tatengue no tuvo primer pase. Luna Diale se vio obligado a empezar desde muy atrás y tuvo que recurrir demasiado a entregas largas. Cortando de raíz los circuitos locales de juego, el equipo de Pipi logró aislar a Orsini y Domina, que no estaban abastecidos.
En ese primer tiempo, San Lorenzo creció a partir de un Remedi que movía los hilos en el medio del campo. Y volcó el juego al sector izquierdo, con Braida que fue incisivo y hizo equipo con Cuello para triangular y generar superioridad numérica en ese sector del campo. Un lateral en el que también se vio lo mejor de un Tatengue muy opaco, con una Vera que fue el más picante del dueño de casa cuando salió al ataque. En esos primeros 45 minutos hubo más roces que juego, más tarjetas que situaciones de gol. Pero aún así los de Boedo merecieron llegar al descanso con ventaja porque eran ligeramente superiores.
