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El FTSE 100 ha alcanzado un nuevo precio de cierre más alto de todos los tiempos, ya que el valor de la libra cayó frente al dólar estadounidense para dar un impulso a las empresas del principal índice bursátil de Gran Bretaña.
El índice subió un 1,62 por ciento cuando la negociación cerró en 8.023,87 puntos el lunes, superando su récord de cierre anterior de 8.012,53 de febrero de 2023, pero no alcanzó su máximo histórico de 8.047,06, que tocó brevemente en un día de negociación en febrero.
Cuando la libra cayó a su punto más bajo frente al dólar en unos cinco meses, cayendo al 0,2 por ciento a 1,23 dólares, el índice de primera clase saltó 128,02 puntos el lunes por la tarde.
A pesar de cotizar en Londres, muchos miembros del FTSE obtienen gran parte de sus ganancias en el extranjero o en dólares, como los gigantes petroleros Shell y BP.
Los minoristas Sainsbury’s, Marks & Spencer, Tesco y Ocado estuvieron entre los que más subieron del día, ya que la confianza de los inversores mejoró ante las continuas esperanzas de que las tensiones en Medio Oriente disminuirán, lo que ayudó a que los precios del petróleo retrocedieran.
Pero Rachel Winter, socia de Killik & Co, dijo que el sólido desempeño del FTSE 100 se debió “en gran medida a la debilidad de la libra esterlina frente al dólar”.
Y añadió: “El FTSE contiene un gran número de grandes empresas internacionales que obtienen sus ingresos en dólares y declaran sus beneficios en libras esterlinas.
“Cuando el dólar se fortalece, estas empresas se vuelven más rentables en términos de libras esterlinas.
“La fortaleza del dólar se debe a la persistente inflación en Estados Unidos, lo que significa que las tasas de interés estadounidenses se mantendrán más altas por más tiempo”.
El FSE 100 ha ganado un 4 por ciento este año, menos que sus rivales europeos como el CAC francés y el DAX de Alemania, que han subido más del 6 por ciento.
El índice también está por detrás de sus rivales estadounidenses: el índice S&P500 de empresas que cotizan en Nueva York subió un 5,65 por ciento.
Londres está luchando por atraer nuevas cotizaciones en el mercado de valores, y las empresas buscan vender acciones en lugar de favorecer a Estados Unidos, con su mayor tolerancia a grandes paquetes salariales para los jefes y acceso a más inversores dispuestos a ofrecer precios de acciones más altos.
Shell, el gigante energético, es la última empresa que considera abandonar su base en el Reino Unido para trasladarse a Estados Unidos.
