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Nueva York
CNN
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David Pecker está rompiendo su silencio.
El exjefe del National Enquirer se convirtió el lunes en el primer testigo llamado a testificar en el histórico juicio de Donald Trump por dinero secreto. Sentado en la sala del tribunal de Manhattan, Pecker ofreció detalles esclarecedores sobre cómo el infame tabloide operaba y llevaba a cabo las llamadas operaciones de “atrapar y matar”.
“Utilizábamos el periodismo de chequera”, confesó cándidamente Pecker, “y pagábamos por las historias”.
Fue la primera vez que Pecker habló públicamente sobre la práctica secreta (comprar derechos exclusivos de una historia con el propósito expreso de no publicar nunca la información) desde que la táctica ganó amplia notoriedad durante las elecciones presidenciales de 2016. El Wall Street Journal, que abrió el camino al informar sobre la historia, dio la noticia por primera vez en noviembre de 2016: pocos días antes de las elecciones – que American Media Inc., matriz de Enquirer, había pagado a la ex modelo de Playboy Karen McDougal 150.000 dólares por los derechos de una historia sobre una aventura que ella alegaba con Trump.
Pecker también supuestamente alertó al bando de Trump sobre la decisión de la estrella de cine para adultos Stormy Daniels de hacer pública su supuesta aventura con Trump, que luego fue capturada en un pago de silencio de 130.000 dólares.
Pero mientras The Journal y otros medios de comunicación informaron ampliamente sobre cómo Pecker protegió a Trump de las vergonzosas acusaciones de romance comprando los derechos de historias dañinas y luego nunca dejándolas ver la luz del día, Pecker nunca ha dicho una palabra al respecto, hasta ahora.
El antiguo aliado de Trump, a quien los fiscales le otorgaron inmunidad para testificar en el caso, solo subió al estrado por un corto período el lunes, cuando el tribunal concluyó a primera hora de la tarde. Pero durante su breve tiempo en el estrado de los testigos, Pecker confirmó una serie de detalles que las organizaciones de noticias habían informado previamente sobre su operación.
Pecker dijo que los editores podrían gastar más de 10.000 dólares en una historia, pero que cualquier cosa más requería su aprobación explícita. Y dijo que las historias de importancia tenían que ser aprobadas por él. En otras palabras, como entonces presidente de AMI, se le leyó en las historias que habrían tocado a Trump. Dada su naturaleza, seguramente habrían llegado a su escritorio.
Mientras Pecker testificaba, Trump permaneció impasible mientras observaba a su antiguo aliado divulgar detalles sobre el plan que lo ha puesto en grave peligro legal, informó el equipo de CNN en el tribunal. Pecker sonrió y saludó a la mesa de Trump después de bajar del estrado de los testigos. Pero el expresidente, que se ve obligado a comparecer ante un tribunal de Nueva York, en lugar de hacer campaña en todo el país, no puede estar contento con cómo se ha desarrollado todo esto.
Y el juicio apenas comienza.
Pecker volverá al estrado de los testigos el martes, cuando se reanude el juicio. Y en el transcurso de su testimonio, se espera que ofrezca mucha más información sobre cómo el Enquirer, que impulsó la candidatura de Trump en las elecciones de 2016, protegió al favorito republicano de las historias dañinas.
Si bien todos los detalles del periodismo sensacionalista seguramente se mostrarán en su totalidad, al seleccionar a Pecker como el primer testigo en el caso, los fiscales claramente confían en su testimonio para dejar al descubierto la conspiración para influir en las elecciones. En el estrado el lunes, Pecker dijo que tenía dos direcciones de correo electrónico, una para trabajo general y otra privada para correos electrónicos que “no quería que mi asistente viera”.
Dada su estrecha amistad con Trump, la bandeja de entrada privada de secretos sensacionalistas lascivos de Pecker podría ser la clave del destino legal de Trump.
