Después de revisar el texto proporcionado en Ana Estrada Ugarteun activista de 45 años, alcanzó el objetivo de su lucha por una muerte digna el pasado domingo 21 de abril al recibir el eutanasiaun derecho que defendió desde el 2019en medio de intensas batallas judiciales y ante críticas que cuestionaron su decisión.
Estrada, que padecía una enfermedad progresiva e incurable, había planificado meticulosamente su último día con vida, asegurando que fuera un día privado acompañada únicamente de sus seres más cercanos y de un médico en quien confiaba.
La psicóloga peruana, que hizo pública su intención y el proceso detrás de ella, compartió en una de sus últimas entrevistas los desafíos que enfrentó, especialmente cuando batallaba con EsSalud aprobar el protocolo para someterse a la eutanasia.
“Aún hay mucho desconocimiento y resistencia a hacer las cosas correctamente, entonces creo que es más una cuestión de miedo de su parte”, dijo Estrada, destacando la dificultad de cambiar percepciones y procedimientos establecidos.
La preparación de Estrada para su partida incluyó resolver cuestiones pendientes y garantizar que todo estuviera en orden para su último día. “Hay cosas que he ido solucionando y ya las revisé”, mencionó. La tranquilidad con la que Estrada habló de sus preparativos reflejaba su fortaleza y la paz que buscaba al tomar esta decisión.
Ana Estrada Nació en Lima el 20 de noviembre de 1976 y hace 12 años recibió el diagnóstico de polimiositis, una enfermedad inflamatoria de los músculos, caracterizada por debilidad muscular simétrica y progresiva. Esta condición pertenece al grupo de enfermedades conocidas como miopatías inflamatorias idiopáticas, que provocan una disminución significativa en la calidad de vida de quienes las padecen.
Los síntomas incluyen principalmente:
- Debilidad muscular que afecta a ambos lados del cuerpo.
- Dificultad para subir escaleras, levantarse de una posición sentada, levantar objetos o estirarse por encima de la cabeza.
A medida que avanza la enfermedad, los síntomas pueden intensificarse, afectando la deglución (tragar alimentos) y la respiración, debido al debilitamiento de los músculos implicados en estos procesos. Otros síntomas pueden incluir fatiga, dolor muscular y dificultades en las articulaciones.
el tratamiento de polimiositis Por lo general, implica el uso de medicamentos que inhiben el sistema inmunológico, como corticosteroides e inmunosupresores, para reducir la inflamación. La fisioterapia también juega un papel crucial en el manejo de la enfermedad, ayudando a mantener la fuerza muscular y la movilidad tanto como sea posible. En algunos casos, se pueden recetar medicamentos adicionales para tratar síntomas o complicaciones específicos asociados con la enfermedad.
La esperanza de vida de las personas con polimiositis Varían significativamente según la gravedad de la enfermedad, la velocidad del diagnóstico, la eficacia del tratamiento y la presencia de complicaciones. Aunque algunos pacientes responden bien al tratamiento y pueden llevar una vida relativamente normal, otros experimentan un deterioro progresivo de su funcionalidad y calidad de vida, como es el caso de Ana Estrada.
En situaciones graves, la enfermedad puede poner en peligro la vida, especialmente si afecta los músculos respiratorios o si se producen complicaciones como insuficiencia respiratoria o infecciones graves.
El polimiositis, una enfermedad que puede manifestarse en personas de cualquier edad, suele identificarse en adultos de entre 30 y 50 años. La clave de su diagnóstico radica en la evaluación que realiza el médico reumatólogo. Si se sospecha esta condición, se solicitan a los pacientes una serie de pruebas diagnósticas, entre las que se incluyen:
- Prueba de sangre: Estas pruebas permiten evaluar los niveles de enzimas musculares y detectar marcadores específicos que pueden indicar la presencia de la enfermedad.
- Rayos X: Estas imágenes son útiles para complementar el estudio, aportando información adicional sobre el estado de los tejidos musculares.
- Electromiograma: Esta prueba se realiza para medir el grado de afectación muscular, ofreciendo una visión detallada de la función muscular y su respuesta a los estímulos eléctricos.
- Resonancia magnetica: Se utiliza para evaluar el grado de inflamación muscular, proporcionando imágenes detalladas de los tejidos afectados.
- Biopsia muscular: Esta técnica consiste en extraer una muestra de tejido muscular para su análisis, permitiendo identificar posibles anomalías que puedan estar presentes en el músculo y confirmar el diagnóstico de polimiositis.
