El período crucial para la política basada en el petróleo aún está por llegar. En la industria automotriz, el verano se conoce como “temporada de conducción” en los EE. UU. debido a la gran cantidad de personas que salen a la carretera para viajar de vacaciones. Será entonces cuando la nación sentirá más intensamente la presión del aumento de los precios del combustible.
Para Biden, las perspectivas de estabilización de precios parecen escasas.
“Los precios de la gasolina a 4 dólares por galón no parecen muy lejanos, particularmente porque una prima de riesgo geopolítico ha regresado a los mercados energéticos”, escribió esta semana en la revista Forbes Dan Eberhart, jefe de la empresa estadounidense de servicios petroleros Canary.
“Las crecientes tensiones en Oriente Medio y los ataques con aviones no tripulados de Ucrania contra el sector de refinación de Rusia (el tercero más grande del mundo y un exportador fundamental de productos refinados) también están impulsando los precios más altos”.
Representa un importante dolor de cabeza para Biden, ya que las elecciones de noviembre se celebrarán justo después de la temporada de conducción.
“Los precios de los surtidores son muy importantes para las elecciones estadounidenses y cualquier presidente en ejercicio hará todo lo posible para mantenerlos bajos”, dice Ashley Kelty, analista de investigación de petróleo y gas del banco de inversión Panmure Gordon.
“Miren el esfuerzo desesperado e inútil que hizo Biden en las elecciones de mitad de período al liberar reservas de la reserva estratégica”.
Biden liberó 180 millones de barriles de petróleo de la Reserva Estratégica de Petróleo nacional en los meses previos a las elecciones de mitad de período de 2022, con poco impacto perceptible en el precio.
Kelty dice: “Ese esfuerzo fracasó porque la Casa Blanca fue demasiado estúpida para darse cuenta de que los precios no se ven afectados por las medidas locales y que los sauditas se rieron abiertamente de ellos mientras restringían la producción para hacer subir los precios”.
Los factores clave que impulsan los aumentos de precios son los fundamentos de la oferta y la demanda.
Según la AIE, se prevé que la demanda mundial de petróleo aumentará en 1,4 millones de barriles por día a un nuevo máximo histórico de 104 millones de barriles por día para finales de este año. Predice que la demanda de petróleo no alcanzará su punto máximo hasta al menos 2030.
En teoría, los productores de petróleo podrían seguir el ritmo de ese aumento de la demanda. Sin embargo, les ofrece una oportunidad de oro para jugar en el mercado.
Suprimir la oferta para hacer subir los precios es la táctica más obvia. Los 12 miembros de la OPEP, la Organización de Países Exportadores de Petróleo, y los 10 miembros asociados que conforman la OPEP+, incluida Rusia, han hecho buen uso de ella.
