La Guardia Civil ha detenido a dos hombres y una mujer de unos veinte años como presuntos autores del triple asesinato de la familia Villar Fernández en Chiloeches (Guadalajara) y sospecha que el móvil del crimen fue un robo que había salido mal: los vecinos de la casa descubrieron a los ladrones, se enfrentaron a ellos y los primeros acabaron matándolos a puñaladas.
El pasado sábado por la mañana, el otro hijo de esta familia, Yeray, descubrió los cadáveres de sus padres, Ángel Villar y Elvira Fernández, ambos de 52 años, y el de su hermana Laura en la casa familiar. Los investigadores señalan, como principal hipótesis, que el crimen se habría producido tras un robo que habría salido mal, según cuentan. A B C.
Los detenidos son conocidos del exnovio de la menor de las víctimas, la hija de 22 años del matrimonio. Los detenidos también serían parte de su entorno. El exnovio, concretamente, Tenía orden de alejamiento contra la niña y tenía antecedentes por robo.. En este sentido, la Guardia Civil sospecha que los asaltantes tenían información privilegiada sobre la vivienda.
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los agentes Los presuntos autores del triple crimen fueron detenidos poco después que Yeray Villar, de 21 años, descubrió los cadáveres en la vivienda familiar de la urbanización Medina Azahara, en Chiloeches. A las 3:32 de la madrugada, cuando regresaba de fiesta, encontró un incendio en la casa y llamó al 112. Una vez que los bomberos apagaron las llamas, encontraron los cadáveres.
Estos mostraron heridas de arma blanca y aparecieron esparcidos en distintas estancias de la casa. En concreto, el cuerpo de Laura fue encontrado en la escalera que conecta la planta baja con la primera, donde se encuentran sus dormitorios, por lo que los agentes creen que intentó huir de los asesinos.
A los agentes no les resultó difícil reconstruir lo ocurrido antes del crimen porque la urbanización tiene cámaras de seguridad y una barrera con un guardia durante 24 horas. Tanto en las imágenes como en la garita quedaron registrados los movimientos de los presuntos responsables, lo que facilitó su detención a las pocas horas.
La misma mañana del crimen, la madre, Elvira Fernández, también llamó al 112 por unos ruidos sospechosos que le hicieron pensar que alguien había entrado en la casa. Sin embargo, se desconoce si la Guardia Civil o la Policía Local acudieron a esta primera llamada de auxilio. Cuando llegaron el hijo del matrimonio y los primeros patrulleros, la casa estaba envuelta en llamas, luego de que los presuntos asesinos le prendieron fuego. para borrar las huellas del crimen.
