Por Yoni Weiss
Las negociaciones para un acuerdo de intercambio de prisioneros entre Israel y Hamás se ven obstaculizadas por la incertidumbre de Hamás sobre su capacidad para liberar a 40 rehenes civiles. Esto complica el acuerdo propuesto, que incluye un alto el fuego de seis semanas y el intercambio de cientos de terroristas convictos por una parte de los rehenes retenidos por Hamás.
Un funcionario de Hamás dijo a la Wall Street Journal que el grupo no podía garantizar la liberación de 40 rehenes vivos, comprometiéndose sólo a un total de 40 rehenes. La ambigüedad genera preocupación sobre el destino de los rehenes, con informes que sugieren que un número significativo ya puede haber fallecido, ya sea por lesiones iniciales de captura, problemas de salud u otros actos de violencia.
Los servicios de inteligencia estadounidenses e israelíes sugieren que algunos rehenes podrían ser utilizados como escudos humanos, complicando su recuperación. El alto el fuego de noviembre fracasó en parte porque Hamás no proporcionó una lista de rehenes civiles vivos, lo que pone de relieve los desafíos para lograr un acuerdo transparente.
La situación revela la compleja dinámica de las negociaciones, donde los mediadores creen que la mayoría de los anfitriones vivos son hombres jóvenes, incluidos soldados, a quienes Hamás valora mucho en el cálculo del intercambio. La negativa de las FDI, la Oficina del Primer Ministro y la Oficina del Director de Inteligencia Nacional a hacer comentarios subraya la naturaleza delicada de las discusiones en curso.