BEIJING (AP) — El presidente chino Xi Jinping se reunió con ex presidente taiwanés Ma Ying-jeou en Beijing el miércoles en un intento por promover la unificación entre los bandos que se separaron en medio de la guerra civil en 1949.
Ma dejó el cargo hace casi dos décadas y fue en gran medida excluido de la fallida campaña del opositor Partido Nacionalista para retomar la presidencia en enero, una concesión a la fuerte oposición del electorado a la unificación política con China y a los políticos considerados dispuestos a comprometer la seguridad de Taiwán.
Sigue una larga línea de políticos de los nacionalistas, también conocidos como KMT, que han sido invitados a China por su gobierno autoritario de partido único y han recibido trato VIP en sus visitas por todo el país.
China reclama Taiwán como su propio territorio, que será anexado por la fuerza si es necesario. Beijing envía diariamente barcos de guerra y aviones de combate alrededor de la isla con la esperanza de desgastar las defensas de Taiwán e intimidar a la población.
“Todos los habitantes de ambos lados del Estrecho de Taiwán son chinos. “No hay disputa que no pueda resolverse, no hay problema que no pueda discutirse y ninguna fuerza puede separarnos”, dijo Xi a Ma.
“Las diferencias en los sistemas no pueden cambiar el hecho de que ambos lados del Estrecho de Taiwán pertenecen al mismo país y nación”, añadió.
Ma respondió que una nueva guerra entre las partes sería “una carga insoportable para la nación china”.
“El pueblo chino en ambos lados del Estrecho de Taiwán definitivamente tendrá suficiente sabiduría para manejar pacíficamente las disputas a través del Estrecho y evitar conflictos”, dijo Ma.
Ganó el presidente electo, Lai Ching-te, del Partido Democrático Progresista, partidario de la independencia. las elecciones de enero cómodamente y su vicepresidente electo Bi-khim Hsiao ha estado visitando países amigos de Taiwán en Europa y otros lugares antes de asumir el cargo.
El viaje de 11 días de Ma, aparentemente al frente de una delegación estudiantil, subraya las continuas interacciones en educación, negocios y cultura a pesar de la amenaza de Beijing de usar la fuerza militar contra la democracia isleña autónoma para lograr la unificación.
Hacia el final de su segundo mandato en 2015, Ma celebró una reunión histórica con Xi en Singapur, país que mantiene estrechos contactos con ambas partes. La reunión, la primera entre los líderes de China y Taiwán en más de medio siglo, produjo pocos resultados tangibles y el Partido Nacionalista de Ma perdió las siguientes elecciones presidenciales frente a Tsai Ing-wen, del PPD.
Lai Ching-te, actualmente vicepresidente, es despreciado por Beijing por su oposición a la unificación. Los nacionalistas recuperaron una estrecha mayoría en la legislatura, pero su influencia en la política exterior y otras cuestiones nacionales sigue siendo limitada.
Taiwán ha estado impulsando las relaciones militares con aliados como Estados Unidos y Japón, al tiempo que mantiene estrechos vínculos económicos con China continental.
