Se trata de Parengyodontium album, un microorganismo que ahora se suma a la lista de especies marinas que degradan el plástico: hasta ahora sólo se habían encontrado cuatro especies.
Según el artículo, los investigadores fueron a buscarlos en los puntos calientes de contaminación plástica en el Océano Pacífico Norte, establecidos a partir de corrientes de fondo que los conducen y concentran en diferentes áreas.
En opinión de los autores, este hongo marino podría ser el arma perfecta contra el exceso de plástico, uno de los materiales más utilizados en el mundo actualmente.
De hecho, desde su desarrollo en la década de 1950, la producción ha crecido hasta representar el 34,8 por ciento del mercado mundial de plásticos en 2019, según la Asociación de la Industria del Plástico.
Debido a su uso masivo, este polímero ha llegado a las zonas más remotas del océano, afectando gravemente la salud de los ecosistemas marinos.
Investigadores del Instituto Real de los Países Bajos para la Investigación del Mar (NIOZ), como parte de la investigación, aislaron el hongo marino de la basura plástica recolectada cultivándolo en el laboratorio en plásticos especiales que contienen carbono etiquetado.
Estos isótopos llamados 13C siguen siendo rastreables en la cadena alimentaria. Es como una etiqueta que nos permite rastrear adónde va el carbono. Luego podemos rastrearlo en los productos de degradación, señaló Annika Vaksmaa de NIOZ en el comunicado oficial.
En el giro subtropical del Pacífico norte ya se han acumulado unos 80 millones de kilogramos de plástico flotante, advirtió.
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