Dormir bien para estudiar mejor – Bienestar es vida – .

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Dormir bien para estudiar mejor – Bienestar es vida – .

francisco segarraSomnólogo experto en Medicina del Sueño por la European Sleep Research Society (ESRS) y jefe de la Unidad del Sueño Olympia Quirónsalud

Publicado el 6 de junio de 2024

El sueño es una parte fundamental de la salud y el bienestar general, pero a menudo se subestima su importancia para el rendimiento académico, probablemente porque los adolescentes y jóvenes no son muy buenos midiendo limitaciones y riesgos. Sin embargo, numerosos estudios científicos respaldan la afirmación de que un sueño de buena calidad está estrechamente relacionado con un rendimiento académico óptimo en estudiantes de todas las edades. El descanso es un mecanismo regulador esencial de nuestro organismo, por lo que la falta de sueño nos afecta a nivel físico, mental y emocional.

Tal y como indica Francisco Segarra, somnólogo experto en Medicina del Sueño de la European Sleep Research Society (ESRS) y jefe de la Unidad del Sueño de Olympia Quirónsalud, es necesario optimizar la esfera cognitiva con un buen sueño en época de exámenes. “El déficit de sueño”, afirma, “interfiere con la capacidad de las neuronas para codificar información, lo que explica que se produzcan lagunas temporales de memoria, situación que debemos evitar a toda costa de cara a los exámenes”.

sueño y salud

Las investigaciones muestran que las personas que duermen menos de lo necesario tienen tiempos de respuesta más lentos, dificultades en los procesos de toma de decisiones y peor atención y memoria.

Durante el sueño, el cerebro lleva a cabo procesos vitales para el aprendizaje y la memoria, consolidando la información adquirida durante el día. La falta de sueño altera estos procesos, lo que puede provocar dificultad para concentrarse, problemas de memoria y una disminución general del rendimiento académico.

Diversos estudios han demostrado que los estudiantes que duermen lo suficiente tienden a obtener mejores calificaciones, mientras que aquellos que sufren de privación crónica del sueño tienen un rendimiento académico más bajo. La falta de sueño no solo afecta la capacidad de aprender y retener información, sino que también puede afectar negativamente las habilidades de resolución de problemas, creatividad y toma de decisiones, habilidades cruciales para el éxito en el entorno educativo.

Además, la falta de sueño puede tener efectos negativos en la salud física y mental de los estudiantes, lo que a su vez puede afectar su rendimiento académico. La falta de sueño se ha asociado con un mayor riesgo de problemas de salud como obesidad, diabetes tipo 2 y trastornos del estado de ánimo, todos los cuales pueden interferir con el éxito académico y el bienestar general.

Es importante tener en cuenta que no se trata sólo de la cantidad de sueño, sino también de su calidad. Los estudiantes que experimentan interrupciones frecuentes del sueño o sufren episodios de insomnio u otros trastornos del sueño pueden experimentar los mismos efectos negativos en el rendimiento académico que aquellos que duermen poco. Por ello, es fundamental promover hábitos de sueño saludables y abordar cualquier problema subyacente que pueda estar afectando a la calidad del descanso.

Estrategias practicas

En el esfuerzo constante por alcanzar la excelencia académica, es fundamental que los estudiantes, padres y educadores reconozcan la importancia del sueño como un componente integral del éxito educativo. Cabe señalar algunas estrategias prácticas para promover un sueño saludable y mejorar el rendimiento académico.

Lo más importante es establecer una rutina de sueño. Hay que mantener horarios de sueño regulares que ayuden a entrenar al cuerpo para dormir mejor. Esto significa acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Las siestas, si son un hábito, no deben ser demasiado largas, nunca superiores a los 25 minutos.

También es necesario crear un ambiente propicio para dormir. La habitación debe ser silenciosa, oscura, bien ventilada y silenciosa. Sería deseable, en la medida de lo posible, que la habitación se utilizara únicamente para dormir y que tuviera una cama cómoda. Al menos dos horas antes de ir a dormir, se deben eliminar del ambiente los dispositivos electrónicos que te exponen a la llamada “luz azul”. Por el contrario, durante este periodo conviene realizar alguna actividad relajante, como meditación, lectura tranquila o escuchar música adecuada.

Por supuesto, es necesario fomentar hábitos de vida saludables: una dieta equilibrada y ejercicio regular pueden contribuir a un sueño más reparador. Conviene evitar la cafeína y las comidas copiosas antes de acostarse, así como las comidas excitantes (chocolate, té o bebidas de cola) y, por supuesto, el alcohol y el tabaco.

Es importante educar sobre la importancia del sueño. Los padres y educadores pueden desempeñar un papel clave a la hora de educar a los estudiantes sobre los beneficios del sueño y cómo puede afectar su rendimiento académico y su salud en general. En realidad, se trata de priorizar el bienestar mental: el estrés y la ansiedad pueden interferir con el sueño, por lo que es importante enseñar a los estudiantes cómo gestionar el estrés de forma eficaz.

Francisco Segarra afirma que “al adoptar estas estrategias y hacer del sueño una prioridad en la vida de los estudiantes, podemos contribuir a crear un ambiente educativo que promueva el éxito académico y el bienestar integral”.
En última instancia, al reconocer y valorar la importancia del sueño, podemos ayudar a cultivar una generación de estudiantes más saludables, felices y exitosos en todos los aspectos de la vida.

 
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