La SEMG publica un test pionero para detectar la demencia

La SEMG publica un test pionero para detectar la demencia
La SEMG publica un test pionero para detectar la demencia

El Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) ha firmado un acuerdo con la Dra. Rosa López Mongil para ofrecer en exclusiva en la web semg.es la Prueba de Mongil de actividades avanzadas de la vida diaria. (AAVD). Es una herramienta utilizada para evaluar la funcionalidad de las personas, muy útil a la hora de diagnosticar precozmente casos de deterioro cognitivo o demencia en el que la diferenciación es a veces complicada.

Esta prueba, junto con la de actividades básicas e instrumentales, también permite, en seguimientos evolutivos, detectar pequeños cambios en la funcionalidad que permitirían establecer sospechas sobre modificaciones en la cognición, tanto para detección de deterioro funcional leve en cuanto a sospecha de demencia en estadios leves. Por otra parte, los déficits detectados por el test de Mongil se correlacionan con síndromes geriátricos mayores y con la estadificación de la demencia.

Con el objetivo de ponerlo a disposición de todos los profesionales interesados ​​en la evaluación de la funcionalidad, independientemente de dónde se encuentren, SEMG ha desarrollado un modelo para llenar en líneaa modo de calculadora, que está alojada en la web de la SEMG y a la que pueden acceder de forma gratuita médicos de familia, neurólogos, psiquiatras, psicólogos, fisioterapeutas, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales, trabajadores de residencias sociosanitarias…

Primer medidor AAVD

Según Alberto Freire, jefe del Grupo de Trabajo de Neurología de la SEMG, hasta el momento no habia nada que medir o poder detectar estas actividades avanzadas, punto en el que radica la importancia del Test Mongil. “Rosa López Mongil no sólo desarrolla dos pruebas que son para actividades básicas y actividades instrumentales para las que ya las había, sino que también desarrolla una accesible y fácil de explorar para actividades avanzadas, de tal manera que la SEMG facilitará el acceso a los estudiantes. tres pruebas para poder realizarlas de forma jerárquica, secuencial y consecutiva y explorar todas las actividades de la vida diaria, si fuera necesario.

“Los problemas de memoria se pueden clasificar en tres tipos que podrían evolucionar de uno a otro o estancarse en cualquiera de ellos. En el envejecimiento normal, simplemente con la edad, nuestro cerebro se ralentiza a la hora de procesar determinadas órdenes. Esto puede quedarse allí o puedes pasar al siguiente nivel, que se llama “defecto cognitivo leve”, según indicó la SEMG en un comunicado. “En el deterioro cognitivo leve hay pequeños fallos de memoria, pero estos no nos impiden seguir viviendo de forma autónoma, independiente. Este nivel es un área gris donde los pacientes no cumplen con los criterios de demencia, pero Tampoco tienen un envejecimiento normal.: existe un deterioro cognitivo mayor al esperado para la edad y nivel cultural del individuo, pero este no afecta las actividades de la vida diaria o las afecta mínimamente y, por lo tanto, no produce discapacidad social o laboral que permita al sujeto llevar una vida vida independiente en sociedad”, añade Freire.

“Este deterioro cognitivo leve puede permanecer allí o evolucionar hacia un demencia. Y en la demencia, además de las alteraciones de la memoria, ya existe un problema con determinadas actividades, con determinadas funciones orientadas a la interacción con el entorno que permiten a la persona adaptarse a su entorno y mantener su independencia dentro de la comunidad. . Es lo que comúnmente conocemos como “persona dependiente”, que necesita ayuda para hacer las cosas más básicas de su vida diaria”, indica la organización de médicos generales y de familia.

Proceso de detección de estos procesos.

La SEMG señala que el primer paso es la pruebas psicológicas, especialmente centrado en la memoria porque es de lo que primero se quejan los pacientes o sus cuidadores. “Una vez realizadas estas pruebas, lo que definirá si se trata sólo de un deterioro cognitivo leve o demencia es cómo se ve afectada la funcionalidad del paciente: la capacidad de hacer cosas. En este sentido, tenemos tres tipos de funciones que realizamos en la vida diaria. En primer lugar, las funciones básicas de la vida diaria necesarias para cuidar el propio cuerpo: bañarse, comer, lavarse, ir al baño, vestirse, moverse… Las identificamos con el concepto habitual de ser dependiente o no”, continúa. .

“Por otro lado, están los funciones instrumentales de la vida diaria, orientadas a la interacción con el medio y que permiten a la persona adaptarse a su entorno y mantener su independencia dentro de la comunidad y evitar la incapacidad social o laboral, permitiendo al sujeto llevar una vida independiente en la sociedad respetando sus normas. : gestionar medios de transporte, utilizar el teléfono y poder comunicarnos, gestionar trámites, burocracia… El impacto de estas actividades es lo que diferencia el deterioro cognitivo leve de la demencia”, explica la organización.

Estas dos funciones anteriores han difundido ampliamente y utilizado escalas para evaluar la dependencia de los pacientes con puntuaciones que indican la gravedad y grado de dependencia.

Relevancia de las AADL para detectar la demencia

Finalmente, están las llamadas. AVD. “Son muy sutiles y no se exploran porque es raro que el paciente se queje (a veces se diagnostica depresión cuando en realidad no es así: de ahí la importancia de hacer un diagnóstico diferencial). Permiten un buen desarrollo personal dentro de la sociedad. No practicarlos no compromete la independencia del individuo. Están relacionadas con el tiempo libre (actividades espontáneas u organizadas que proporcionan disfrute, entretenimiento, pasatiempo o diversión; actividades no obligatorias y elegidas voluntariamente), participación social (patrones de comportamiento característicos y esperados en una interacción individual o colectiva dentro de un determinado contexto social). sistema), actividad laboral (asociada a cualquier tarea física o intelectual que reciba algún tipo de remuneración); y la actividad educativa (actividades que nos permiten adquirir nuevos conocimientos y capacitarnos), argumenta el comunicado.

Para actividades avanzadas de la vida diaria no existen pruebas específicas para el médico de familia y no estan cuantificados, ni escalas de mayor o menor gravedad, sólo se valora si se continúa haciéndolo o no. “Pero estas actividades avanzadas son de gran importancia porque detenerlas puede ser un indicador muy temprano de la aparición de la demencia. Detectarlos nos permite a los médicos ayudar al paciente animándole a retomar o potenciar esas actividades: recuperar su vida social, sus aficiones, salir, socializar, realizar actividades culturales”, según el jefe del Grupo de Trabajo de Neurología del SEMG. Es decir, hasta ahora no existía nada que midiera o detectara estas actividades avanzadas, y aquí es donde entra la importancia del Test Mongil, ofrecido exclusivamente por la SEMG a través de su página web.

Si bien puede contener declaraciones, datos o notas de instituciones o profesionales de la salud, la información contenida en Redacción Médica es editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud consulte con un profesional sanitario.

 
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