Muere Pierre Gonnord, el maestro del retrato contemporáneo, a los 60 años – .

Francés afincado en Madrid desde los años ochenta, Pierre Gonnord fue un gran retratista, dueño de una técnica impecable, en parte aprendida de la pintura antigua, y especialmente empático con las víctimas de la convulsa historia de nuestro tiempo.

Tras una larga enfermedad, Pierre Gonnord, fotógrafo francoespañol, falleció ayer en Madrid a la edad de 60 años. Nacido en Cholet (Maine-et-Loire), economista de formación y autodidacta en el campo de la imagen, en 1988 se instala en Madrid, donde pronto conectará con Juana de Aizpuru, que resultará clave para la difusión de su obra. como lo ha sido para los de Cristina García Rodero y Alberto García-Alix, y quien era su vecino en Barquillo. Un hito en su carrera fue la exposición que le dedicó en 2005 la Maison Européenne de la Photographie de París, que presentó sus monumentales retratos europeos, neoyorquinos y asiáticos.

Siempre en su país natal, su fotolibro ‘Regards’ (2005), publicado por la ya desaparecida TF, fue prologado por Agnès de Gouvion Saint-Cyr, de gran renombre en el campo de la fotografía. Al año siguiente, la Casa Asia, con sede en Barcelona, ​​expuso una selección de sus retratos de ese continente. En 2006 expuso en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. En 2007 recibió el Premio de Fotografía de la Comunidad de Madrid. En 2008 mostró su ciclo ‘Testigos’, centrado en personas desplazadas (gitanos, refugiados de la guerra civil de la antigua Yugoslavia y migrantes africanos), en la Universidad de Salamanca, mientras que ‘La interpelación silenciosa’ se pudo ver en el en el marco del festival cartagenero La Mar de Músicas. De 2009 es su fotolibro ‘Tierra de nadie’, sobre el mundo rural español y portugués, con prólogo de Rafael Doctor, y editado por Lunwerg. El mismo año, dentro de la colección de conversaciones de La Fábrica, se publicó el volumen dedicado a él, con el mismo crítico de arte como interlocutor. También es importante su fotolibro ‘Retratos’ (2013, también en La Fábrica), y su trabajo individual en el CEART de Murcia (2013) y el Museo de la Universidad de Navarra (2016). Su mirada de retratista de este hombre tímido, refinado y culto fue impecable. Amigo del silencio y del claroscuro, y fascinado por la pintura antigua (un poco como Bill Viola), siempre estuvo involucrado en los problemas de nuestro tiempo. “Trabajamos”, escribió, “con la emoción y la fragilidad de los seres humanos”. Aunque menos conocida, no hay que olvidar su espléndido papel de paisajista, atenta, entre otras cosas, a los acantilados y a las aves, tan importantes para fotógrafos y poetas.

Entre sus obras posteriores destaca su ciclo ‘La sangre no es agua’, sobre los supervivientes y familiares de nuestra diáspora en su país natal. Se vio en 2019, en las Arquerías de Nuevos Ministerios, junto con mi exposición ‘El exilio republicano español’. Junto a cada imagen, un folio con un relato oral. La exposición viajó luego a la ECCO de Cádiz, a la Universidad de Málaga, y tres años más tarde, a la Halle des Blancs-Manteaux parisina, de la mano de la Asociación 24 de agosto de 1944. Descanse en paz.

Ver comentarios

 
For Latest Updates Follow us on Google News
 

PREV Guadalupe Farfán revela cuánto le afectó entrar a ‘Al Fondo Hay Sitio’ a los 17 años: “Dejé la universidad”
NEXT “Le están haciendo daño” – .