El aprendizaje como ejercicio político – .

El aprendizaje como ejercicio político – .
El aprendizaje como ejercicio político – .

El aprendizaje y la formación se han convertido en un importante nicho de mercado en el que las universidades compiten a escala global. Una competición para estudiantes que se incrementa con las posibilidades de formación no presencial.

En este contexto, el aprendizaje está en el centro del debate. El valor añadido de las universidades estará en su capacidad de avanzar en un modelo que haga imprescindible la labor docente. Implementar prácticas de aprendizaje buenas e innovadoras es una necesidad estratégica para las universidades de todo el mundo.

Por tanto, es una buena noticia que el sistema universitario español avance hacia un mayor reconocimiento de la docencia en la carrera académica. La legislación vigente establece que, en el acceso a puestos docentes, es obligatoria la acreditación de la calidad docente.

Transmitir conocimientos, pero ¿cómo?

Las metodologías cooperativas se basan en el compromiso y la motivación del alumnado, pasando de la pasividad del alumno que escucha, absorbe información y la memoriza a la experimentación con los contenidos. Estas metodologías van más allá de la adquisición individual de habilidades, centrándose en el trabajo en grupo. Activando un espíritu cooperativo, buscan convertir el aprendizaje en un proceso colectivo.


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La práctica cooperativa se basa en cinco principios:

  1. interdependencia positiva: el éxito radica en la participación y contribución de todas las personas de manera positiva.

  2. El requisito individual: cada persona debe rendir cuentas ante los miembros del grupo.

  3. Interacción cara a cara: requiere proporcionar tiempo para el trabajo en grupo.

  4. Habilidades interpersonales y de trabajo en grupo.: con herramientas para estructurar y organizar.

  5. Reflexión: facilitando una evaluación constante del grupo, las dinámicas, los contenidos y el docente.

Los dos primeros principios buscan hacer a cada persona corresponsable, no sólo de su propio progreso sino también de los resultados de los demás. De la misma manera, crean una lógica por la cual si alguien falla, todo el grupo sale perjudicado.

Los tres últimos buscan maximizar el potencial individual y grupal, limitando las amenazas (fallos en el compromiso, delegatismo, dirección) y obligando a identificar mecanismos de resolución de conflictos.

Una experiencia en Ciencia Política

La asignatura Fundamentos del Análisis Político del grado de Ciencias Políticas de la UPV/EHU sigue esta lógica. Se basa en el aprendizaje basado en proyectos. En concreto, en nuestra asignatura los alumnos se organizan en grupos de entre cuatro y seis personas. Durante el curso deberán analizar un conflicto político.

Para garantizar la interdependencia, la tarea comienza con la redacción de un contrato de grupo. Allí identifican las fortalezas y debilidades individuales y grupales. También definen sus compromisos, mecanismos de resolución de conflictos y motivos de expulsión.

A continuación, deberán leer y resumir individualmente cinco recursos documentales sobre el caso elegido. Deberán compartirlos para elaborar un primer informe. En este documento identifican las causas estructurales del conflicto y los actores presentes.

Posteriormente deberán redactar un segundo informe en el que analicen la identidad y el componente ideológico de este fenómeno. Para ello, primero deben desarrollar un marco teórico que describa las características de las identidades y las ideologías.

Finalizan con un tercer informe en el que reordenan todos los hallazgos y aplican los contenidos impartidos por el docente. Estos contenidos se trabajan de forma individual y grupal a través de prácticas reflexivas. Para ello se realizan ejercicios aplicando conocimientos a vídeos, obras de arte o puzles conceptuales.

Ejercicio de trabajo en grupo.
Igor Ahedo GurrutxagaCC BY-SA

Evaluación continua y análisis cuidadoso.

Las claves de este modelo son la autonomía, la autorregulación y la autodirección de los estudiantes. Por tanto, el rol docente se transforma. No se trata sólo de transmitir conocimientos. Se deben proporcionar herramientas de gestión, como el contrato de grupo.

Se deben diseñar dinámicas de aprendizaje asombrosas. De ahí el andamiaje en tres informes que permite avanzar sobre conocimientos previos. Y es necesario implementar estrategias de autorregulación. Por tanto, el modelo necesita una evaluación continua. Un análisis cuidadoso de los posibles errores en la adquisición autónoma de conocimientos es clave.

Mayor interés de los estudiantes

Los datos muestran que esta metodología incrementa el interés de los estudiantes en casi 40 puntos más que la media de la titulación (el interés final alto y muy alto que evalúan los estudiantes ronda el 70%-80%).

Además, los testimonios demuestran que este interés se traduce en motivación y compromiso. Reconocen que en esta materia asisten más a clase (a pesar de que no se controla la asistencia) y trabajan más.

Esta metodología despierta un interés creciente, como podemos comprobar en las jornadas celebradas recientemente por el Ministerio de Universidades español y en las que se hace referencia a ellas en el modelo ANECA o en Universidades como la del País Vasco.

Su utilidad está avalada por estudios recientes y además es combinable con el modelo SoTL (Scholarship of Teaching of Learning) que considera el análisis científico del aprendizaje como parte de la labor docente.

Toma protagonismo en tu propio aprendizaje

Al sentirse sujeto activo de aprendizaje, los estudiantes encuentran una mayor motivación, interés y compromiso. El trabajo autónomo, la capacidad de autodirección y la libertad en la elección del tema de trabajo demuestran esta autonomía y agencia, que se autorregula a través del andamiaje en informes y la evaluación continua. En esta agencia se sustenta el compromiso que está en la base del aprendizaje individual.

Sin embargo, la interdependencia en la que se basa el proyecto hace que el aprendizaje se experimente como un proceso colectivo. Esto, en resumen, convierte el aprendizaje en un proceso político basado en la colaboración y el éxito del grupo.

 
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