La película de Brady Corbet, El brutalista, Es tan largo (tres horas y treinta y cuatro minutos) que su proyección se interrumpe con un intermedio. En los últimos años, las películas que superan las dos horas y media parecen estar aumentando. ¿Por qué esta tendencia?
Un vistazo rápido al ecosistema audiovisual nos será suficiente para darnos cuenta de que su contenido es cada vez más numeroso, rápido y, sobre todo, breve.
Nuestra atención es constantemente desafiada por el flujo incesante de los tweets, bobinasVideos de Tiktok, etc. Dado esta saturación, por no decir hipertrofia, del espacio audiovisual, algunos autores han indicado el riesgo de que nuestra atención esté comprometida, reducida. Tal es el caso de Nicholas Carr y su ya clásico Superficial ¿Qué es Internet con nuestras mentes?
A la luz de esta circunstancia, debe suponerse que el diseño de material audiovisual, como películas o series, tenderá a reducir su duración, pero la verdad es que la duración de las películas no deja de crecer.
El aumento de minutos en la pantalla se advierte en películas para cines. Este es el caso en El brutalista (Brady Corbet2025), con 214 minutos, Hierba seca (Nuri Bilge Ceylan2023) con 198 minutos, Avatar: la sensación de agua (James Cameron2022), con 192 minutos, el recientemente lanzado Babilonia (Damien Chazelle2022), con 188 minutos, o éxito Avengers: final del juego (Antonio Y Joe ruso2019) y sus 181 minutos.
Pero también puede ver esta tendencia en películas diseñadas principalmente para ser explotadas por plataformas de transmisión -como El irlandés (Martin Scorsese2019), con 209 minutos de metraje, y Barro (Alejandro González Iñárritu2022) y sus 159 minutos, o aquellos orientados a más circuitos minoritarios, tradicionalmente vinculados al cine independiente o autor. En este sentido podemos mencionar Pacificación (2022), el trabajo de Albert Serra que se desarrolla durante 166 minutos.
En primer lugar, debe tenerse en cuenta que siempre ha habido películas con una duración mayor que el promedio. Pensemos, por ejemplo, de los clásicos como Lo que tomó el viento (Victor Fleming, George Sugar Y Madera de sam1939), con una duración de 238 minutos, y Ben-how (William Wyler1959) y sus 211 minutos, para poner solo un par de ejemplos bien conocidos.

La pregunta que intenta ser discutida en este artículo es la razón del aumento de la duración de las películas en un momento en que todo: la serie, las guerras entre las plataformas de transmisiónLa pérdida de capacidad de atención y la oferta inmejorable que fomenta el consumo acelerado, indica que la tendencia debe ir al lado opuesto.
La hipótesis inicial es que la razón atiende a tres propósitos: por un lado, el deseo de expandir las narraciones, por otro, la necesidad de diferenciarse de la ficción televisiva (o a través de transmisión) Y, finalmente, el intento de justificar el creciente precio de una entrada al cine.
Este problema, sin embargo, no implica una novedad absoluta, pero también acentúa características ya presentes en la industria del cine de Hollywood de los años 50. Ya en ese momento, la necesidad de no marcar la oferta de televisión LED estudios para apostar en obras de mayor extensión, con más estrellas, con más efectos, más espectáculo. Algo como lo que sucede hoy con producciones del tipo Avatar El que por Marvel.
En décadas anteriores, los cines habían optado por un modelo de doble sesión, heredado del pasado o por tres proyecciones seguidas. Esta fue una de las razones por las cuales la duración promedio de una película fue de 90 o 100 minutos.
Irónicamente, producciones con espíritu exitosocuya duración superó en unos minutos el promedio, como Alien: el octavo pasajero (Ridley Scott1979; 116 minutos), Volver al futuro (Robert Zemeckis1985; 116 minutos), Gáfanos (Ivan Reitman1984; 107 minutos) y Los Goonies (Richard Donner1985; 114 minutos), por mencionar solo unos pocos ejemplos que todavía están muy presentes en la memoria de los lectores: pasaron de ser excepciones a convertirse en la norma y terminaron marcando el nuevo curso de la industria.
Por otro lado, el intento de expandir las narrativas (que, paradójicamente, podría verse como un “intento de parecerse a la serie”), sin convertirse en algo novedoso, presenta diferentes matices.
Robert McKeeen su trabajo El guiónseñala la existencia de obras con más actos de los tres tradicionales. En este sentido, cita Cuatro bodas y un funeral (Mike Newell1994), con cinco actos; En busca del arca perdida (Steven Spielberg1981), con usted, o El cocinero, el ladrón, su esposa y su amante (Peter Greenaway1989), con ocho.
Ahora, como ya señaló, que en el pasado era una especie de excepción comienza a convertirse en una regla.
Lo que nos lleva a la siguiente conclusión: actualmente, el cine debe enfrentar varios problemas. Entre estos se encuentran los cambios en los hábitos de consumo del espectador, que incluyen una disminución en la asistencia a Salas, la primacía de la serie (más consistente con la idea del consumo doméstico y dinámico), la oferta audiovisual más grande y el precio de los boletos a la habitación, síntoma al costo de la suscripción mensual a cualquier plataforma de la plataforma de transmisión-.
Por todas las razones indicadas en el texto, la industria del cine, especialmente la orientada a ser proyectada en las habitaciones, parece haber concentrado su oferta. Por lo tanto, ha mejorado las películas de gran cantidad y duración, con más secciones subsubes y mayor espectacularización. Todas estas características parecen justificar el precio de la entrada y ofrecer un incentivo disuasorio contra la suscripción a una plataforma de transmisión u otros canales de difusión.
En el caso de más producciones indiasLa duración más larga asistiría al deseo de explorar nuevas narrativas, más lejos de los discursos de televisión o corriente principal A partir de las grandes producciones.
Sea como fuere, y al confirmar la deriva del sector, puede ser aconsejable solicitar las palomitas de maíz en formato XL, si no queremos que se agoten antes de que se sientan las luces de la habitación.
Este artículo está incluido en las investigaciones realizadas por el Grupo de Investigación de la Universidad de Murcia Idecoa.
*Profesor de comunicación audiovisual, Universidad de Murcia.
Este artículo fue publicado originalmente en La conversación.
[Fotos: archivo; Lol Crawley/ A24 vía AP]
