Robo o estafa, que tendrá que ser determinado por la justicia. La verdad es que las facultades de ley y odontología de la UBA desaparecieron 1600 millones de pesos de las cuentas que la institución tenía en el banco Nacional. El desaparecido fue descubierto por la Casa de Estudios y presentó la queja. A medida que ocurrió, las operaciones se llevaron a cabo bajo un mecanismo conocido como “Transferencias MEP” (medio de pago electrónico), que se convirtió en 13 y el desvío fue a personas naturales y legales que no son existentes. El banco también presentó la queja ante la justicia federal. Hasta ahora, según el judicial trascendido, hay cuatro detenidos y 17 más procesados.
La investigación está siendo realizada por el fiscal Eduardo Taiano y el juez a cargo es Sebastián Ramos. Taiano debe determinar quién y cómo se autorizaron estas transferencias que ocurrieron en septiembre del año pasado. Según lo que trascendió la justicia, este tipo de maniobras debería haber sido autorizada y administrada en persona. Además, están hechos con formularios en papel donde deben aparecer las firmas de los responsables de las cuentas y nada de eso sucedió.
Cuando las facultades de odontología y la ley detectaron la falta de dinero, advirtieron al rector. Hubo una investigación interna y, como ocurrió, se determinó que no había errores administrativos, sino que se enfrentaba a una maniobra penal porque, además, las operaciones se habrían llevado a cabo de un correo electrónico apócrifal. El punto es que las firmas y la documentación correspondientes no fueron verificadas. Es por eso que comenzó a investigar entre los empleados de UBA y Banco Nacia Argentina (BNA).
Los detenidos y procesados
Hasta ahora hay cuatro detenidos y 17 procesados. Fuentes judiciales dijeron que ninguno de los involucrados tiene algo que ver con las facultades o con la UBA en general. Al menos por ahora.
Con respecto a la posibilidad de que los detenidos y procesados pertenezcan a la Nacia de Banco, a partir de la investigación indicaron que todavía están investigados. Sugirieron que algunos de los sospechosos que algún contacto habrá tenido con el banco, pero advirtieron que todavía están trabajando en esa línea de investigación.
El mecanismo para extraer los fondos universitarios estaba tan bien hecho que no había alertas ni facultades ni en el BNA. Los pedidos de transferencia se administraron desde una dirección de correo electrónico que ya se ha encontrado que es falsa. El dinero en cuestión luego se refirió a otras cuentas de personas naturales y legales.
El hecho curioso es que la dirección electrónica utilizada ([email protected]) Era prácticamente idéntico a los correos electrónicos utilizados por la UBA. ¿Quizás eso confundió a los que confirmaron las transferencias? Pero quien sea muy similar y factible para generar un error no termina convenciendo a la oficina del fiscal de Taiano para que continúe buscando enlaces, por ahora, entre los estafadores y los empleados del Banco Nacional.
Aunque las auditorías internas llevadas a cabo por las facultades de odontología y la ley muestran que no hay responsabilidad en la universidad, en la oficina del fiscal no descartan que continúen investigando. Que ha sido tan rara maniobra, no convence que todos los funcionarios universitarios y también de la nación se acostumbren a contactar a este tipo de transferencias aún han sido engañados.
Lo más preocupado es que la operación tiene como un requisito que se realiza en físico y que es indispensable avanzar en las transferencias de las cantidades millonarias. Y eso es precisamente lo que no sucedió.
Ahora, ambas facultades, que continúan funcionando, aunque con medidas de seguridad más rígidas, esperan que la investigación avance, las responsabilidades se determinan y, sobre todo, pueden recuperar nada más y nada menos que los 1600 millones de pesos.