(4 estrellas)
Fabrice Toussaint es un filósofo con cierta fama como ensayista y tercera en la televisión francesa. Después de un chequeo médico, enfrenta el trance de la aceptación de la muerte. De la mano de Agustón Masset, un especialista en tratamientos paliativos, Fabrice descubre la emocionante dimensión filosófica de las personas que deben prepararse para la muerte de una esperanza vital.
Costa Gravras entra en un campo tabú De una manera tan elegante que el espectador olvida inmediatamente todos los prejuicios posibles sobre el tema y se sumerge en su propio descubrimiento personal.
‘The Last Sigh’ es una película en la que no se le pide al espectador un esfuerzo intelectual para disfrutarlo, sino más bien un esfuerzo emocional. Tienes que abrir la mente a un tema que crea rechazo. Costo Buen rollo milenario.
Costa-Gavras no intenta convencernos de nada y menos consignas vacíos para enfrentar la muerte, sino que nos lo expone como parte de la vida, al igual que los pacientes y parientes de la película. Huye del drama fácil y el manual de autohelpes. BUSCA y encuentra la emoción sin edulcorantes y que el sujeto se presta a ella.
La película rodeada principalmente en lugares naturales, Conseguir un gran realismo, Pero no con el objetivo de aumentar su efecto, sino de huir de las artificialidades que pueden distraernos de la crudeza de la situación. Esta puesta en escena mezclada con el misterioso pulso característico de Costa-Gavras produce un ritmo tremendamente efectivo sin tener que recurrir a asambleas agresivas. Algo disponible para pocos directores.
Los actores son sensacionales
Es común en este director mostrarnos nuevos registros dramáticos en actores ya más que conocidos. Como es el caso del dúo protagonista aquí. Denis Podaldès y Kad Merad, actores conocidos en el cine francés que redescubrimos en el último suspiro. Especialmente un Kad que es una comedias comunes de todo tipo y aquí se transforma con una interpretación sobria y contenida de un médico iluminado por la medicina paliativa.
El elenco secundario es muy exitoso, con acciones bien en el apogeo de los protagonistas. Entre varias caras de cine conocidas es inevitable de no nombrar Charlotte Rampling que en una pequeña apariencia muestra su carisma Y un aspecto poderoso. Además, con un personaje de mayor peso, Angela Molina, aparece en un papel que le permite desatar su energía personal.
‘The Last Sigh’ es una película fácil de ver que Tiene un dilema filosófico y una gran carga emocional, Pero, sobre todo, alcanza una sinceridad que excede la pantalla. Costa-Gavras tiene 92 años, por lo que asistimos a un ejercicio personal de aceptación personal del fin de la vida del autor de la obra. Ejercicio de exhibición de artista máximo o quizás catarsis personal.
No digo que Costa esté en sus últimos momentos, tuve la oportunidad de entrevistarlo y su vigor fue más que evidente, pero él está en la última etapa de su vida y no debería ser fácil lidiar con estos problemas en ese momento vital y menos hacer una película sobre ellos. Puede ser un ejercicio terapéutico que nos lleva al último gran conflicto de la vida. Aunque ya está preparando su próxima película.
‘El último suspiro’ puede ayudar al público que no lo conoce puede acceder a otras obras como ‘faltantes’, ‘z’ o ‘capital’. Un autor en forma con una filmografía pasada para descubrir y un futuro para esperar.
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