Si alguien podía hacer una película sobre la creación de las Pop-Tarts, esa tostada o panqueque relleno ultraprocesado que sólo hay que calentar para llenar nuestro torrente sanguíneo de azúcares y grasas que juegan al ping pong con nuestro cerebro, era él. Dirigida, coescrita y protagonizada por el propio Jerry Seinfeld, sin vidriar cualquiera sin congelarcomo su nombre original lo indica, es otro ejemplo de su talento con sarcasmo supino y cierta nostalgia burlona, riéndose de lo que la cultura estadounidense, o si se quiere, el capitalismo, puede producir.
Su debut como director era algo que los fanáticos estaban esperando y esta historia es ideal: Seinfeld es un ícono, al igual que esa comida rápida que cambiará la hora del desayuno de millones para siempre. Porque aquí en Argentina no los consumimos, es parte de la alegoría que la industria cultural ha inculcado durante décadas y en más de una película vimos que los meten en una tostadora y se lo comen como algo fácil y rápido. Ese detalle no es casualidad, ese aspecto cotidiano es algo que seguramente Big Jerry tomó en cuenta para su ópera prima. El guión tiene marcados guiños a la cultura pop y a películas y series como El Padrino, Apolo 13 cualquiera Hombres Locos, como para resaltar ese aura de tiempos pasados que parece que le gustaba explorar en una película de época. Algo de su infancia, seguro.
Todo tiene lugar en Michigan, en 1963, donde dos empresas archirrivales de la industria de los cereales (Kellogg’s y Post) compiten para crear un producto que revolucionará el mercado y todo da como resultado este pastel dulce, con ingredientes artificiales, que se populariza y se difunde. como una ola que llega a la playa. Pero lo cuenta mostrando todo el laberinto de un enfrentamiento corporativo lleno de traición, ambición y demasiado azúcar. Jerry, en la serie sobre él, Seinfeld, ya mostraba obsesión con el tema: su comida favorita eran los cereales con leche. Una escena recurrente era Jerry o su vecino Kramer, abriendo el armario y buscando cereales para comer con leche.
Como suele suceder, todo surgió como una broma entre Spike Feresten, guionista y colaborador desde los años de Seinfeldy el propio Jerry. Se rieron más de una vez pensando en alguna película sobre Pop-Tarts, que de hecho el comediante las incluía en algunos de sus monólogos y siempre se colaban en las conversaciones de trabajo, porque la sola idea les parecía grotesca. Era sólo una broma, hasta que dejó de serlo. Llegó la pandemia y con poco (o nada) que hacer, la idea de una película tomó forma. El director debutante sabía que debía, por el peso de su jerarquía, apoyarse en otros cómicos y quizás sorprender con algunos actores que no habían atravesado abiertamente este género. Y fue para ellos.
Además de Seinfeld, la película cuenta con un reparto de lujo: Melissa McCarthy, Jim Gaffigan (experto en chistes de comida chatarra, si no lo conocéis, os recomendamos sus especiales de stand-up), Amy Schumer, Bill Burr, Peter Dinklage, Fred Armisen, James Marsden, Max Greenfield, el gran Cedric the Entertainer y varios otros que no son comediantes pero que sorprenderán como Hugh Grant, Jon Hamm y Christian Slater.
