SANCTI SPÍRITUS.— Las cuerdas de la guitarra fueron testigos de las primeras miradas, de las risas cómplices, de los besos furtivos… y se convirtieron en el soporte de un amor joven que se refugia en la música de concierto.
Él, Luis Javier García Rodríguez, natural de La Sierpe, el municipio más joven de Cuba. Ella, Gleibys Peralta Bello, hija de una comunidad rural de Abreus, en Cienfuegos. Ambos egresaron de la especialidad de guitarra en el Centro Provincial de Enseñanzas Artísticas de Villa Clara, donde comenzó su historia, aunque poco antes ambos descubrieron su respectiva pasión por el instrumento.
«Mis primeros pasos fueron en el canto, como aficionado en la casa de cultura Argelio García Rodríguez, en mi ciudad natal. Luego, me matriculé en la escuela de arte Ernesto Lecuona, en Sancti Spíritus, donde aprendí a expresar mis sentimientos a través de la guitarra.
Por su parte, la chica delgada y de ojos expresivos recuerda que al principio encontró algunas opiniones encontradas al intentar dominar las seis cuerdas.
«Soy del campo y allí todavía predomina la idea de que la guitarra es de hombres. En una ocasión mi primer profesor del instrumento, Michael Rodríguez, incluso me dijo que yo “tocaba como un hombre”.
«Para mí fue impactante. Aunque sé que para él era una forma de elogiar mi actuación, me duele que esos criterios aún existan. Nuestro instrumento puede ser tocado por cualquier ser humano siempre que lo haga con amor. “Ahí es donde está la diferencia”.
Y aunque cada día refuerza esa opinión, no niega que al graduarse de la educación artística llegó a Cienfuegos con muchos temores relacionados con ese estereotipo del imaginario colectivo. Entre quienes lo ayudaron a desmontar ese legado de ideología patriarcal estuvo la maestra Ariadna Cuéllar: “Uno de mis referentes”, aclara.
“Ingresé a la orquesta de guitarras Ensemble, donde compartí con todos mis maestros, grandes de la guitarra cienfueguera, y viví la rica vida cultural de esa provincia”.
Mientras tanto, García Rodríguez regresó a Sancti Spíritus para impartir clases en la única escuela de enseñanza artística de esa provincia, con gran necesidad de profesores en las especialidades musicales.
«Volver a donde entrenaste es sin duda algo maravilloso. Sigo aprendiendo mucho de mis profesores incluso ahora, viviendo junto a ellos como profesor. He descubierto que me encanta enseñar. No sólo doy clases de guitarra, sino también materias teóricas.
«Trato de transmitir mucho amor en mis clases, porque no pueden creer que solo están ahí para aprender a tocar el instrumento o aprender sobre música y aprobar. “Apuesto a que entienden que si no aplican el amor a su arte no podrán ser músicos en el futuro”.
Es imposible no dejarse contagiar por esa filosofía de vida, dibujada constantemente en su rostro en una risa sincera.
Pero este joven no sólo dedica sus horas a acompañar a sus alumnos. «Como te dije, antes comencé a cantar, y cuando llegué aquí mi profesor, Sander Morgado, se puso en contacto conmigo para proponerme formar parte del coro vocal Imago, que él dirige con maestría. Para mí fue una alegría muy grande porque creo que el artista debe ser integral. “De esta manera cumplo mi sueño de ser cantante”.
Con sólo 20 años, guarda con recelo muchos otros deseos. Uno de los ya materializados pende de la fecha del 21 de diciembre de 2023, cuando en el festival de música de concierto que cada mes se realiza en la biblioteca provincial Rubén Martínez Villena, en Sancti Spíritus, ante oídos atentos, presentó un quinteto que reúne amigos de casi toda la vida y defiende ese género musical.
«Desde pequeños coincidimos en el amor por las cuerdas. Todos somos egresados del sistema de educación artística, en el cual nos formamos como concertistas de guitarra. Decidimos unirnos bajo el nombre de Cuerdas del alma, casi sin mirar mucho al futuro. Hoy, después de unos meses, hemos conseguido dar algunos pasos.
Bien lo saben Roxana Pérez Fariña, Karen Marie Dorta Pérez, René Catalá González y Gleibys Peralta Bello, quienes aceptaron sin dudar el desafío de darle vida a un proyecto diferente en el pentagrama espirituano. Cuántas horas de ensayo han sido necesarias para armar un repertorio diverso, que los haga lucir mucho más maduros en el escenario.
«Interpretamos música brasileña, mexicana, española, africana, cubana… Y quizás muchos se preguntarán por qué no defender melodías que atraigan a más público. Creemos que la música de concierto contribuye a la formación de una sociedad mejor y más integral. Cuando salimos del colegio nos dijimos: ¿qué hacemos ahora con la guitarra y con nuestra formación? Seguir otro camino sería empezar de cero… Esas ideas nos hicieron optar por la estética de Cuerdas del alma.
Cuerdas del alma es uno de los proyectos musicales asignados a la filial espirituana de la AHS. Fotos: Cortesía de los entrevistados
Ese fue el empujón final para que Peralta Bello decidiera dejarse abrazar definitivamente por los brazos de la ciudad de Yayabo.
«Con cada experiencia en Cienfuegos pensé en Sancti Spíritus, sentí cuánto necesitaba que los jóvenes aportaran el arte, y decidí venir.
«Con toda sinceridad, confieso que, para mí, tanto a nivel profesional como personal, ha sido muy bueno estar aquí. Primero, porque puedo dar clases en Lecuona, mientras que en la escuela de Cienfuegos el plantel estaba lleno y a mí no me necesitaban.
Además, entré en el coro vocal Imago, otra escuela… Y dar a luz a Cuerdas del alma ha sido difícil, pero a la vez reconfortante, porque a diferencia de Ensemble, aquí somos uno por acorde, y es muy complicado interpretar una sola voz. “La clave para lograr esta coordinación ha sido sin duda el amor y la dedicación a lo que hacemos”.
El maestro Reynier Mariño los sintió a un clic de distancia. Los descubrió en una publicación de Instagram y, sin dudarlo, sumó el quinteto a sus presentaciones durante la gira que ofreció por diversos escenarios de la provincia de Sancti Spíritus.
«Luego nos invitó a ir a La Habana y allí protagonizamos un muy buen programa de presentación. Lo acompañamos en el bar Tempo Habana, en la casa natal de José Martí, y para nosotros fue sin duda un honor estar allí, porque el Apóstol siempre fomentó el gusto por la buena música, y sus palabras al respecto quedan reflejadas en el informe que Presentar al Instituto Cubano de la Música para ser reconocidos como profesionales. Y por si fuera poco esa alegría, te compartimos la experiencia de conversar con alumnos del Conservatorio Amadeo Roldán.
Estas alegrías se suman a la reciente noticia de que los cinco guitarristas son socios oficiales de la Asociación Hermanos Saíz (AHS). Precisamente en la Casa del joven creador de Sancti Spíritus plantarán una bandera una vez al mes para regalar sus melodías y ser acompañados por invitados, también defensores de la música de concierto.
«Desde niña siempre vi la ECA como algo grande, inalcanzable, porque muchos de mis modelos a seguir estaban allí. Aposté cuando pensé que tenía una buena muestra para presentar y la alegría de todos al ser aprobada ha sido inmensa. A mí me pasó algo similar cuando hice las pruebas para ingresar al Instituto Superior de Arte (ISA). “Luis Javier me animó mucho a hacerlo y los dos nos matricularemos el próximo curso escolar”, alega, continuando el encuentro con su pareja en una mirada cómplice que revela los estrechos vínculos que los unen.
«Para el desarrollo de la cultura es necesario contar con más graduados universitarios en especialidades artísticas. Esta culminación de estudios contribuye a una mayor intelectualidad del creador e influye en una mejor expresión de su arte. “Así podremos contribuir mucho más a preservar nuestra identidad y defender nuestros verdaderos valores”, asevera, con la misma pasión con la que pasa sus dedos por la curva que hace vibrar las seis cuerdas que entrelazan su amor.
