La verdadera felicidad está en uno mismo – Juventud Rebelde – .

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La verdadera felicidad está en uno mismo – Juventud Rebelde – .

Arianna Delgado destaca como uno de los jóvenes talentos más convincentes del panorama actoral cubano. Con una sólida formación teatral, llamó nuestra atención en producciones televisivas como Mirar de nuevo y los hijos de pandora. Ahora en Viceversanos presenta a Carmen, un personaje que busca rehacer su vida mientras escapa de un pasado convulso, marcado por la violencia doméstica.

La elección de Arianna para desempeñar ese papel no fue aleatoria. Dar vida a un personaje tan complejo, lleno de matices y con una profundidad emocional que requiere dedicación total en cada escena para ser creíble, exige de una actriz como ella, que desde el principio tuvo claro en qué consistía este trabajo.

Cierra los ojos y recuerda tu infancia. Era una niña con una energía inagotable, lo que llevó a su madre a buscar una salida en el arte para canalizar esa vitalidad. «Mamá, haz que la niña gaste energía. “No es que tenga hiperactividad, sino que tiene mucha energía”, recuerda Arianna, fueron las palabras del médico. Inició así su recorrido en el mundo de las artes, primero con la danza en la casa de la cultura, para luego incursionar en otras formas de expresión, como el canto y la actuación.

Esa temprana pasión la llevó a participar en festivales y a integrar grupos de danza desde la escuela primaria. A los 13 años descubrió la danza española con la compañía Sacramento, en Santa Clara, y se sumergió en el mundo del flamenco. “Ella no quería ser otra cosa que artista”, dice Arianna.

A pesar de enfrentar limitaciones en su formación de danza en su ciudad natal, encontró en la actuación una oportunidad para seguir creciendo artísticamente. «En la escuela provincial de arte Samuel Feijóo, de Villa Clara, no había danza moderna, que era el perfil más acorde con la danza española. Sólo había folklore y ballet profesional. Hice las pruebas de actuación y aprobé. “Básicamente, me vi obligado a concentrarme en actuar”.

El deseo de ampliar sus horizontes la llevó a trasladarse a La Habana a los 18 años, para estudiar en el Instituto Superior de Arte (ISA). A pesar de dejar temporalmente la danza y el canto para centrarse en la actuación, Arianna continuó llevando consigo su pasión por todas las artes escénicas. “Tenía que estar preparada para todo y, si ya sabía cantar, bailar y actuar, lo iba a aprovechar al máximo”, afirma.

—¿Cuándo te recibirá el medio televisivo?

—Cuando estaba en 4to grado. año en la ISA tuve la oportunidad de participar en un programa infantil dirigido por Jorge Oliver, además de algunas apariciones en el espacio cuando una mujer. Sin embargo, mi verdadero debut en televisión se produjo en la serie. UNO, bajo la dirección de Alberto Luberta. Posteriormente tuve el privilegio de formar parte del elenco de Siguiendo el rastro en un episodio titulado invitación a la muerte, donde interpreté a una mujer francesa. Para este papel tenía cierta preparación, ya que acababa de regresar de Francia.

«He tenido la oportunidad de visitar ese país en dos ocasiones, ambas relacionadas con el teatro. En 2012 viajé como parte de una colaboración con un teatro de una ciudad francesa, para participar en el prestigioso Festival de Aviñón, uno de los eventos teatrales más destacados de Europa y el mundo. Allí me enfrenté a un gran desafío: tenía que actuar en francés, a pesar de no hablar nada del idioma. Nunca lo había estudiado. La obra fue representada anteriormente en Cuba, pero los franceses tradujeron el texto a su idioma para las funciones en Aviñón.

«Un mes antes de emprender nuestro viaje, recibimos el texto para aprenderlo en francés. Recuerdo haber pensado que me volvería loco. A veces me quedaba dormido con los auriculares puestos, escuchando y escuchando francés. Nos vimos en la necesidad de buscar un profesor de la Alianza Francesa para que nos ayudara, ya que no teníamos tiempo para aprender el idioma de forma convencional: simplemente teníamos que memorizar el texto tal cual estaba. Gracias a ese festival conseguimos una gira en 2014. Cuando regresé de ese viaje, recibí la llamada para interpretar el personaje de Marion en Siguiendo el rastro».

—Tu formación es básicamente teatral…

-Sí. Al regresar de ese segundo viaje, me incorporé al grupo de teatro El Cuartel. Fue allí donde gané mi primer premio como actriz, un Adolfo Llauradó, gracias a la obra El Dorado, escrito por Reinaldo Montero. Durante la producción, Miguel Abreu, director de Ludi Teatro, me descubrió y me ofreció la oportunidad de trabajar juntos.

«Entré al Ludi Teatro y con Fuego, primer trabajo que presentamos en nuestra sede, ganamos el premio Caricato. “Fue un reconocimiento muy gratificante que marcó el inicio de una etapa muy importante en mi carrera como actriz”.

—¿Sigues vinculado al teatro?

—Sigo trabajando con El Cuartel y Ludi Teatro. El teatro siempre ha sido y seguirá siendo una parte fundamental de mi vida. En este momento me he volcado más hacia la dirección. Con el primero estoy dirigiendo una obra alemana llamada El círculo alrededor del solque se estrenará próximamente, y con el segundo, me he encargado de dirigir lecturas de obras holandesas como parte del proyecto Temptations and Pain: Contemporary Theatre from the Netherlands, el cual está basado en un libro del mismo nombre presentado en el Última Feria Internacional del Teatro del Libro de La Habana.

—Hablemos de telenovelas. Con Mirar de nuevo te aventuras en este complejo género…

—Eso tiene mucho que ver con mi decisión de ser madre. Cuando quedé embarazada repasé todo lo que había hecho hasta ese momento. Me sentí satisfecho, complacido. Consideré tomarme un tiempo libre y dar a luz. Aunque la televisión me atraía, siempre la vi como un medio de difícil y complejo acceso. No enfoqué mi vida ni mi carrera en buscar oportunidades en ese entorno. No creo que estar sentado en casa esperando que te llame un director o pasar todo el tiempo haciendo piezas fundidas ser la solución.

«Creo en el trabajo. Creo que si estás trabajando, alguien te va a ver. De hecho, sucedió con nido de mantis, película en la que participé. Su director, Arturo Soto, me vio actuando en el teatro y me llamó.

«Cuando mi hija tenía año y medio pasé por la Casa Productora de Telenovelas y descubrí que estaban haciendo piezas fundidas para Mirar de nuevo. Conocí a Julio César Ramírez, quien era mi profesor en el ISA, y me pidió mi número. El elenco aún no estaba completo y me invitó a participar.

«Sandra, mi personaje, fue bien recibida por el público. Con Ernesto Fiallo repetí en los hijos de pandora y formo parte del elenco de su próxima telenovela, junto a Tamara Castellanos en la dirección, Sábados de Gloria».

—¿Qué aspectos de Carmen te llamaron más la atención y cómo los trabajaste durante la actuación?

—Lo que más me gustó del personaje fue que estaba alejado de los anteriores, y siempre trabajé en él partiendo de mí, pero le agregué otras características. Es una mujer más sencilla y humilde, que busca constantemente sobrevivir y salir adelante, a pesar de huir de la violencia doméstica. Me atrajo especialmente esa evasión constante que ella vive y los cambios en su imagen.

—¿Cómo actuaría Arianna en una situación así?

—Fue complejo leer su historia e interpretarla. Entendí que el miedo puede paralizarte e impedirte avanzar en la vida. Creo que Arianna sería más valiente y nunca se habría dejado maltratar así. Sin embargo, reconocí que la situación era muy difícil y no me atrevo a decir con seguridad cómo reaccionaría ella. De lo que estoy segura es que denunciaría los abusos y lucharía por la justicia.

—¿Qué te llevas de tu experiencia en Viceversa?

—Recibo el inmenso cariño de todo el equipo; Realmente teníamos una gran química. El público ha recibido muy bien al personaje y se nota que les gusta mucho. En cuanto a aspectos negativos, hasta el momento no tengo ninguno que mencionar, salvo que a veces leo comentarios muy tristes en las redes sociales de personas que han perdido la fe en el amor y no creen en una relación como la de Pilo y Carmen.

Arianna Delgado entiende profundamente la esencia del arte y la actuación. Para ella es una expresión que va más allá de las palabras: «Creo que el arte se siente más que cualquier otra cosa. Cuando entendí que ser buena actriz era más fácil que ser mala me sorprendí mucho. Me di cuenta que actuar bien es simplemente estar ahí con todo lo que tienes, entregándote por completo. El artista debe tener un punto de vista por encima de todo de su entorno.

Arianna disfruta de la compañía de sus seres queridos. Para ella, su bienestar reside en los momentos cotidianos y en el amor compartido con su familia: “Creo que la verdadera felicidad reside en cada persona”. Su momento favorito es sencillo y lleno de amor: “Cuando estoy acostada en la cama, con mi hija y mi marido, mirándolos a ambos y haciéndoles cosquillas. “No necesito nada más para ser feliz”. (Extractos de la entrevista publicada en la revista Alma Mater)

 
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