El fracaso de la reforma sanitaria profundiza el divorcio entre el presidente Petro y el Congreso

El fracaso de la reforma sanitaria profundiza el divorcio entre el presidente Petro y el Congreso
El fracaso de la reforma sanitaria profundiza el divorcio entre el presidente Petro y el Congreso

YEl presidente Gustavo Petro culpó al Congreso de la República por el colapso de la reforma sanitaria, sin duda la mayor derrota política en este escenario desde que asumió el cargo en agosto de 2022. Por su parte, esta corporación respondió con una dureza que hoy muestra una relación rota y con pocas posibilidades de reconciliación.

“Nos derrotaron no pocos parlamentarios financiados por extranjeros. Fuimos derrotados por una flagrante violación de la Constitución y de la Ley. Se mire por donde se mire, las campañas se financiaron con recursos de salud pública o con recursos extranjeros se financiaron campañas y partidos”, dijo el Presidente cuando se redactaba el acta de defunción del proyecto.

Ministros Luis Fernando Velasco y Guillermo Alfonso Jaramillo.

Foto:Néstor Gómez/El Tiempo

“Eso está prohibido por la Constitución y la ley”, reiteró. “Es un peligro inmenso para la democracia colombiana porque indica no sólo la corrupta privatización de la política, sino también la pérdida de la soberanía nacional”. Según él, los parlamentarios de la Comisión VII que votaron a favor de la reforma recibieron dinero para sus campañas políticas de Keralty, la multinacional propietaria de EPS Sanitas.

“Es inadmisible la afirmación del presidente Petro, según la cual la Comisión VII del Senado de la República decidió archivar el proyecto de reforma sanitaria bajo influencia ilegal y corrupta”, respondió puntualmente Iván Name, presidente del Congreso.

“Las declaraciones insultantes y calumniosas del Presidente atacan la dignidad que ostentan todos los miembros de esta célula legislativa. Parece olvidar que esta misma comisión fue la que aprobó en primer debate la reforma previsional, que actualmente se tramita en el pleno y su archivo ha sido negado en dos ocasiones”, agregó Nombre.

El Ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo.

Foto:Milton Díaz

Divorcio a la vista

Se inició así un enfrentamiento de consecuencias imprevisibles para todos. La situación aumenta el grado de polarización que sacude al país, cierra la puerta a los grandesacuerdo nacional propuesto por Petro en la instalación del Congreso, el 20 de julio, y, en opinión de varios analistas, puede traducirse en un bloqueo institucional.

“El expediente de la reforma sanitaria, y aún sin saber si la pensión correrá el mismo riesgo o si, por el contrario, será la oportunidad de extender una rama de olivo desde el Congreso y limar tensiones con el gobierno de Petro, expuso el crisis que existe entre ambas ramas del poder público”, afirma el analista Gabriel Cifuentes.

“El tan cacareado acuerdo nacional no dio resultados y tampoco el cambio de estrategia de negociar uno a uno con los congresistas, lo que ha significado la virtual paralización de la agenda legislativa en el Congreso y la imposibilidad del gobierno”, interpreta este analista.

Andrés Calle – Iván Nombre

Foto:César Melgarejo. EL TIEMPO – Prensa del Senado

Atrás quedaron los días en que el Presidente tenía un poderoso bloque parlamentario como resultado de la búsqueda de consensos con la que puso de su lado a los partidos Liberal, Conservador y ‘La U’. En ese momento también mantuvo una línea abierta con el expresidente Álvaro Uribe, del Centro Democrático. Los opositores eran una minoría.

En ese contexto, el 13 de febrero de 2023, el Presidente, la vicepresidenta Francia Márquez y la ministra de Salud Carolina Corcho presentaron sonrientes el texto de la reforma en un emotivo acto en la Plaza de Armas de la Casa de Nariño que fue seguido en vivo. Para el país.

Inesperadamente, las primeras críticas llegaron desde el propio consejo de ministros. Alejandro Gaviria, Salud; Cecilia López, Agricultura; José Antonio Ocampo, Hacienda; y Jorge Iván González, Departamento Nacional de Planeación (DNP), expresaron su preocupación por el impacto fiscal y el cambio de un nuevo sistema a otro que lleva 30 años continuos en construcción.

Gustavo Petro, presidente de Colombia.

Foto:imágenes falsas

Posteriormente surgieron dudas en la Legislatura. Los dirigentes políticos de los grupos mantuvieron reuniones con el presidente en Palacio. Sin embargo, el proceso se volvió engorroso en la Cámara en medio de voces que se atacaban sin tregua. El Presidente sorprendió y puso fin a su poderosa coalición en abril de ese año.

“La coalición política acordada mayoritariamente ha terminado hoy por decisión de algunos presidentes del partido de gobierno”, dicho. Al pasar la responsabilidad a sus hasta entonces aliados, el Presidente, que era un parlamentario notable y experimentado, conocía los riesgos y confiaba en poder seducir a los congresistas uno por uno.

Una victoria fugaz

Obtuvo una victoria momentánea al poner de su lado a representantes del Partido Liberal como Andrés Calle, quien logró que se aprobara en la Cámara. Hoy, con todo lo sucedido, muestra lealtad a Petro. “Quien preside el Senado es la antípoda del Rey Midas, todo lo que toca se convierte en escombros. “Ha convertido las pretensiones más valiosas del pueblo soberano en chatarra oxidada”, dijo el viernes el presidente de la Cámara de Representantes sobre Name.

La presentación oficial estuvo a cargo del senador Wilson Arias, del Pacto Histórico.

Foto:Néstor Gómez / EL TIEMPO

La tesis de que esa lealtad que existía en la Cámara hacia Palacio iba a replicarse en el Senado no se cumplió. Allí la realidad es otra. En plata blanca, el Pacto Histórico es ahora minoría.

“El Gobierno mantuvo una coalición de gobierno hasta que se dio cuenta de que su agenda era un imposible político con el espectro político de Colombia. Pasó de ser un gobierno de izquierda que buscaba consensos a un gobierno de izquierda radicalizada, en el que buscó imponerse y fracasó”, dice el politólogo Gonzalo Araújo. “La Legislatura electa en 2022 es pluripartidista y eso sumado a un presidencialismo como el nuestro configura, como es el caso y como indica la literatura política, un bloqueo institucional”, vaticina este analista.

El miércoles, el ministro Luis Fernando Velasco aceptó la derrota en la Comisión VII y hasta se mostró autocrítico: “Probablemente no fue la (reforma) que presentamos, probablemente le faltó complemento, probablemente no tuvimos el tacto político para saber vender o la política táctica de integrar a todas las personas”.

Pero advirtió que lo volverán a intentar porque “la crisis (en el sector) está ahí, tenemos que buscar una salida”. Velasco era consciente de que debía medir sus palabras en un Congreso en el que fue elegido tan democráticamente como el Presidente y que hoy tiene sobre la mesa reformas previsionales, laborales y educativas, entre otras. En materia de salud, podría hacer una nueva propuesta desde cero y presentarla a partir del 20 de julio, en la próxima legislatura.

Sin embargo, el Presidente está ansioso y se enfrentó al Congreso al ordenar la intervención de las dos EPS más grandes: Sanitas EPS y Nueva EPS. “Lamento profundamente la intervención”, respondió Name. “Tienen amplio prestigio entre los colombianos y una cobertura de más de 15 millones de usuarios. “Revisaremos a fondo las causas que llevaron a la toma de estas determinaciones”.

Comisión VII del Senado.

Foto:

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Pero mientras Nombre anunció que en el Congreso hasta las intervenciones serán vistas con lupa, el Gobierno insistió en que el camino es constituyente.

El ministro Guillermo Alfonso Jaramillo abrió esa puerta frente a los propios congresistas cuando se pronosticaba el colapso: “No tenemos ningún problema, por eso estamos en un proceso constituyente, hacia dónde más podemos ir, un proceso constituyente”.

“El anuncio del Presidente de recurrir a otras vías distintas al Congreso para hacer efectiva su reforma de salud es un anuncio de ruptura con el poder Legislativo”, dice Patricia Muñoz Yi, profesora e investigadora de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Javeriana.

“Es un aviso que también se debe leer para futuras reformas que el Gobierno quiera tramitar en otros sectores. El Gobierno hace uso de otros recursos de poder que tiene el Ejecutivo pero socava la posibilidad de acuerdos y la participación del Congreso en la realización de esas reformas”, argumenta el experto.

Gustavo Petro, presidente de Colombia

Foto:Presidencia

Para el analista Araújo, los próximos días serán intensos, complejos e inciertos. Para él, el sesgo y posicionamiento del presidente Petro lo que traerá será un tercer año legislativo sin iniciativas gubernamentales relevantes, en el que intentará dejar de lado al Congreso y que a su vez traerá un Congreso con amplio margen de maniobra en la tramitación de nuevas leyes. y en la función de control político. “Si se estira demasiado el silbato, podríamos incluso ver mociones de censura efectivas por primera vez desde que existe la figura”, afirma.

Y en medio de este bloqueo, muchos actores de la vida política –incluido el propio Presidente– tienen la mirada puesta en las elecciones de 2026.

“Pasamos del bloqueo a un período de anticipación electoral, ya anunciado por Petro, en el que buscará que sus nueve temas de reforma constitucional se apoderen de la agenda política”, dice Araújo. Para este analista, así busca el Presidente posicionar la tesis de la imposibilidad de hacer reformas sociales “para el pueblo” y de paso desgastar a sus oponentes políticos, el centro y la derecha, y mostrar que la única salida es la izquierda, “pero con cambios constitucionales”.

¿Hay posibilidades de reconciliación entre el Presidente y el Congreso? El analista Cifuentes lo ve difícil. “El expediente de la reforma sanitaria, que ha sido el caballo de batalla y principal bandera en la que el Gobierno ha invertido todo su capital político y que ha durado 14 meses, abre un nuevo escenario de confrontación. El Congreso será el chivo expiatorio del Gobierno y el culpable de que las reformas y el cambio no avancen”, afirma.

El anuncio del Presidente de recurrir a otras vías distintas al Congreso para hacer efectiva su reforma sanitaria es un anuncio de ruptura con el poder Legislativo.

Para Cifuentes, en los próximos días buscarán fortalecer la narrativa de que hay un bloqueo a las propuestas del Gobierno y que será necesario convocar a procesos constituyentes -“aunque no está claro cómo y con qué efectos”-. -dice- “porque el Congreso “según el gobierno no representa el grito del pueblo ni ofrece soluciones a sus necesidades”.

Así, en las próximas semanas se intentará bajar la temperatura del enfrentamiento entre el Ejecutivo y el Legislativo -que, por cierto, no deja ganadores sino un ambiente enrarecido-, les resulta difícil poder reconstruir relaciones y mucho menos pensar que el Gobierno podrá recuperar mayorías sólidas. en el Congreso.

La escalada de la confrontación también será un punto de partida y un argumento constante para una campaña anticipada. Ambas partes buscarán culparse mutuamente. Como muchas parejas que están pasando por un divorcio.

ARMANDO NEIRA – EDITOR POLÍTICO DE EL TIEMPO

 
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