El problema con los consejos que dio Quirós sobre dónde poner repelente para evitar picaduras

Fernán Quirós, ministro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, recordó en las últimas horas en qué parte del cuerpo es clave aplicarse repelente reducir las posibilidades de ser atacado por el mosquito Aedes aegypti. Sin embargo, tu consejo contra el dengue tiene un problema. Un problema que a estas alturas ya es recurrente.

El funcionario bonaerense destacó la preferencia por vuelo bajo que suele tener esta variedad de mosquitos, por lo que sugirió a las personas prestar más atención a proteger la parte inferior de las piernas con repelente, es decir, los tobillosya que allí se concentraría el mayor número de picaduras.

La recomendación sufre un obstaculo lo que hoy roza el sentido común, aunque al mismo tiempo tiene a su favor -como se verá más adelante- la posibilidad de funcionar como “administrador” de ese mismo obstáculo. La verdad es esa la mayor dificultad Lo que la gente hoy tiene es no saber en qué parte del cuerpo aplicar el repelente, pero donde conseguirlo.

La falta de aerosoles, geles y cremas protegerse del dengue ha sido una constante desde principios de año y ahora, ante el creciente temor al contagio del virus -cuando los casos reportados ya superan los 150 mil y hay 106 fallecidos-, la déficit de existencias Se ha vuelto aún más evidente.

Llevado al extremo y en consonancia con la escasezLa indicación de Quirós también podría ser útil -sazonando el drama con algo de humor- para aquellos que tienen la suerte de encontrar el último envase en el supermercado o en la perfumería y quieren hacer que el producto funcione aplicándolo principalmente – sopesando probabilidades – en los tobillos.

Aplicar repelente en la parte inferior de las piernas es clave porque el Aedes Aegypti pica más en esa zona.

Por supuesto, si el problema de la escasez se resolviera repentinamente y comenzara a haber mayor disponibilidad de repelentes, sería recomendable continuar con la aplicación en el resto del cuerpo, especialmente en aquellas partes no cubiertas por la ropa. A priori, cuanto mayor menos posibilidades habría de ser picado, aunque nadie asegura que esta dimensión otorgue indemnización.

La fumigación no es suficiente para eliminar el mosquito; debe ir acompañado de la eliminación de todos los recipientes que acumulen agua. Foto: Fernando de la Orden

Falta de repelentes y precios desorbitados

La falta de repelentes en las empresas ha llevado a que las cosas niveles desconcertantes: por ejemplo, el hecho de que un spray de naranja de tamaño pequeño cueste hasta 12 mil pesos en internet, cuando en la góndola suele rondar los 3 mil. Y el verde, hasta 17 mil. Ambos, con disponibilidad sólo en seis días.

Clarín consultó al principal fabricante y proveedor de repelentes del país, el laboratorio estadounidense SC Johnson, que con su portafolio acapara el 80 por ciento del mercado. Al cierre de esta nota, 24 horas después de plantear la preocupación para conocer los motivos del desabasto, no había habido respuesta.

Las preguntas tenían que ver con si –más allá de la demanda inusual debido a la epidemia récord– habría habido una mal cálculo de los niveles de stock necesarios para abastecer el creciente mercado argentino. Tanto es así que dondequiera que quede un resto de botes de repelente, la venta generalmente dividido con un límite de contenedores por cliente.

Un mosquito Aedes aegypti visto a través de un microscopio en el Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores, de La Plata. Foto: AFP

A principios de enero ya había habido problemas con el suministro de repelentes y en ese momento SC Johnson explicó: “La empresa ha estado trabajando para incrementar la producción y la entrega de productos a distribuidores y clientes minoristas. Se están tomando todas las medidas para normalizar el suministro, agregando turnos de producción que funcionarán de manera ininterrumpida”. Fue hace 83 días.

En este contexto de escasez, existen iniciativas razonables de salud pública, como proporcionar repelente gratuito a la población. Esto es lo que se evalúa, por ejemplo, en Córdoba, una de las provincias más afectadas por la epidemia. Pero el plan se enfrenta al mismo problema: el obstáculo -dicen allí- no son los costes, sino la falta de proveedores.

El repelente de mosquitos se convirtió en un bien escaso y caro esta temporada. Foto: Fernando de la OrdenEl repelente de mosquitos se convirtió en un bien escaso y caro esta temporada. Foto: Fernando de la Orden

Los motivos por los que el repelente brilla por su ausencia parecen haberse convertido en el secreto mejor guardado de esta inédita temporada de dengue. Hay quienes hablan de falta de contenedores de aluminio, pero la realidad es que muchas presentaciones vienen en plástico. Otros mencionan el déficit de una materia prima importado clave para la fabricación.

La verdad es que no hay repelente, o hay muy poco y cuando aparece vuela como los mosquitos, entonces Cuidar el dengue es cada vez más difícil. Aunque las personas pueden contar con el “manual” de Quirós para saber dónde aplicar el repelente, no tienen la elemento clave para pasar de la teoría a la práctica.

 
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